Acertaba Dimitri Rassam, el productor de las dos recientes películas de ‘Los tres mosqueteros’, en trasladar el espíritu de folletín de las novelas de Alejandro Dumas sin renunciar a la lírica de su prosa ni su sabor genuinamente galo, esquivo en algunas de las decenas de las adaptaciones de la historia, logrando un equilibrio fantástico entre la aventura y la intriga histórica que se replica de nuevo en ‘El conde de Montecristo’, con una diferencia fundamental.
No hay en el material original el mismo afán de sacar espadas y la historia toma unos derroteros de romance gótico y thriller, con un carácter épico que supone a priori un desafío más grande. Pero Rassam ha mantenido muchos aspectos de sus anteriores adaptaciones en esta nueva para mostrar un trabajo más ambicioso y maduro para el que ha contado con los directores Matthieu Delaporte y Alexandre de La Patellière, un dúo que refina el aspecto algo televisivo de la anterior adaptación con una apertura panorámica que recuerda a los grandes clásicos de aventura y piratería.
No deja de ser algo austera en su concepción respecto a los blockbusters millonarios de antaño, pero logra retratar la época del exilio napoleónico con una ambientación creíble y efectiva que se vale de las grandes construcciones, monumentos, palacios y localizaciones naturales que amplifican un presupuesto modesto para estándares de Hollywood de 42 millones de euros, que representan la película más cara del cine francés de este año, pero en los que también hay que contar que se expanden en una duración de 180 minutos en los que pasan muchas, muchas cosas en muchos, muchos años.
Una piedra angular del género de la venganza
Por ello no se explica que tras haber recaudado cerca de 25 millones en su país de origen haya entrado en España de una forma silenciosa y poco llamativa, apenas 165 copias en todo el país con respecto a las 300 de la insoportable 'Borderlands' y lo que es peor, con una publicidad exigua y mínima convocatoria a medios para verla previamente. Algo que puede entenderse por la duración, pero no por la calidad, ya que Youplanet tiene en sus manos una de las joyas del cine europeo de este año, lo que hace incomprensible que haya sido ocultada de esta manera. Un tuit de Pérez- Reverte ha dado la alarma a muchos, que están descubriendo por qu, a pesar de la poca confianza en su distribución, es uno de los estrenos más satisfactorios del verano.
Anoche vi la nueva película de "El conde de Montecristo" y me gustó mucho. Tres horas disfrutándola. Me parece una excelente versión de una de las mejores novelas de todos los tiempos.
Quizá lo que menos luce en el conjunto es una banda sonora que acaba teniendo compases demasiado repetitivos, pero cuando la partitura de Jérôme Rebotier decide ponerse oscura, ‘El conde de Montecristo’ se envuelve de un aura siniestra que muchas otras adaptaciones no han sabido trasladar a la pantalla. Hay respeto por la prosa de Dumas, por los pasajes hablados y existe un fetichismo genuino por el valor de la palabra que llena de poder muchos de los diálogos, cargados de segundas intenciones y una pureza casi ingenua, en un escenario de mercado enfangado en los logros técnicos.
Pero claro, mucho del mérito es el contenido de la obra en sí, probablemente el trabajo literario sobre la venganza más importante de la historia de la ficción, una plantilla ineludible para otras obras que han marcado la cultura popular, desde esa boda truncada de ‘Kill Bill’ —y su lista, y sus duelos— a ‘Old Boy’ y ese encierro particularmente largo, e incluso el atuendo y uso de la máscara de ‘V de Vendetta’ o la forma de reaparecer a plena vista en ‘Gladiator’.
Un plan magistral y perverso
Todo estaba aquí, por lo que el paso más inteligente en la adaptación es dejar que el material hable por sí mismo, demostrando su atemporalidad y sabiendo colorear las descripciones con una corrección casi inmaculada, con un respeto que hace desaparecer cualquier intromisión autoral de los directores más allá de la claridad narrativa, un trabajo de contención que a menudo se confunde con la realización plana, pero que en casos como este son estrategias deseables.
Destaca en el plantel de un estupendo reparto la transformación de Pierre Niney en Edmundo Dantés, un actor que ya destacaba en la estupenda ‘Black Box’ y que aquí logra pasar por todas las partes de la transformación del personaje de forma creíble, logrando en última instancia encarnar al hombre carcomido por el odio que vuelve como una mano implacable. Su porte elegante, su mirada profunda y el acompañamiento de un vestuario romántico de fantasía le convierten en un Bruce Wayne del siglo XIX, consumido por su soledad y rodeado de riquezas, en una de las más acertadas representaciones del libro.
Otros pasajes como el cautiverio, el tesoro y la cena en la que juega con las historias de fantasmas son algunos de los que ‘El conde de Montecristo’ consigue reflejar como ninguna otra adaptación hasta el momento. Pero el conjunto, con una capacidad de síntesis perfectamente resuelta, poniendo el acento en el corazón de la novela, es en sí mismo un apasionante thriller que no deja pesar ni un momento de sus ágiles tres horas, una compresión admirable para un material que daba para toda una miniserie. Curiosamente tendremos una dentro de unos meses, pero tiene difícil superar la magia que evoca esta adaptación a la que el idioma francés convierte en la ensoñación perfecta de la experiencia Dumas, además de una de las mejores películas del año.
En Espinof | Las 21 mejores películas de aventuras de la historia
En Espinof | Las mejores películas de 2024
Ver 7 comentarios