Como habéis podido comprobar por mis críticas y publicaciones de tráilers, casi siempre que Jason Statham trae algo nuevo a la cartelera, le presto atención. Y no porque me guste físicamente –no voy a discutir que está cachas, pero no es mi tipo–, sino porque, con Bruce Willis algo fuera del panorama, es el actor del que podemos esperar propuestas de acción en esta época. Sin embargo, las major, las grandes productoras estadounidenses, no confían en él y sus protagonistas se enclaustran entre producciones noreteamericanas independientes o coproducciones europeas de escaso presupuesto y pretensiones aún menores. En lo más bajo de todo esto, sitúo a ‘Safe’ (2012), escrita y dirigida por Boaz Yakin, responsable de ‘Prince of Persia: las arenas del tiempo’ y ‘Titanes hicieron historia’. Y digo que la sitúo yo personalmente, ya que otras crítica han ofrecido una opinión bastante más favorable.
‘Safe’ nos traslada a los bajos fondos de Nueva York, donde Mei, una niña china con una mente prodigiosa para las matemáticas, es perseguida por la triadas chinas, la mafia rusa e incluso la policía de NY, ya que en su memoria guarda un código secreto de alta importancia para todos ellos. El destino hace que se cruce con Luke (Statham), un perdedor que ha tocado fondo en la vida. Juntos trazarán un plan para librarse de sus perseguidores.
Es curioso que el título, además de querer decir en inglés “segura”, para referirse a la protección que Luke le proporciona a la pequeña, incluye un spoiler en su doble sentido que no sé si habrá sido intencionado o casual. Completan el reparto Catherine Chan, James Hong, Reggie Lee, Chris Sarandon, Robert John Burke, Anson Mount, Danny Hoch y Jay Giannone.
Los movimientos y las peleas están rodados y montados de manera muy confusa. En planos demasiado cerrados y de duración demasiado breve, por delante de nuestros ojos aparecen ráfagas de brazos y piernas que salen despedidos y de cuerpos lanzados o golpeados. No es fácil saber quién atiza y quién recibe o cómo se desenvuelven las diferentes acciones. Yakin confunde la épica con la exageración, por lo que la cantidad de personas que intervienen en cada reyerta o que mueren sin mayor necesidad es enorme, como si la desmesura fuese a engrandecer el impacto de las escenas.
Habrá quien piense que una película de acción es entretenida solo por pertenecer a este género y que un buen guion le aportaría, si acaso, profundidad de personajes o una segunda lectura con matices sociológicos, políticos o morales. Por mi parte, creo que un buen guion es imprescindible para que un relato de cualquier tipo sea entretenido, incluyendo los de acción. Por muchas patadas y persecuciones que se incluyan, si el guion no nos cuenta nada, nos aburriremos. Es el caso de ‘Safe’, en la que las secuencias no se concatenan, en la que los protagonistas tardan muchísimo en encontrarse para que así comience la trama y donde, a partir de ahí, apenas existen escenas en las que uno proteja a la otra o en las que suceda nada relevante.
El director habría hecho bien en contar con alguna persona que colaborase con él para la escritura del guion, pues este carece de casi cualquier requisito básico para que se entre en una historia. La motivación del protagonista es inexplicable y el autor, consciente de este defecto, trata de paliarlo introduciendo en varios diálogos la pregunta que nos hacemos desde la butaca. Por mucho que Jason en la piel de Luke explique que la niña le ha salvado la vida cuando se iba a suicidar, sigue haciéndose inverosímil, ya que ni la conoce. Aunque para los malos la justificación parece más clara, tampoco llega a entenderse por completo lo que los mueve. Por otra parte, la semblanza de estos personajes negativos es caricaturesca y maniquea hasta el extremo. Son tan malos, tan corruptos y tienen a tantos secuaces a su servicio que ni graduando la suspensión de la incredulidad hasta el tope podemos asimilarlos. Otras veces he recomendado apagar el cerebro para disfrutar de alguna de acción que se salta los límites de la física a la tolera, pero aquí es difícil, por mucho esfuerzo que se haga para estar a su favor. O quizá depende del humor con el que se levante cada uno cada día, pues, como decía al inicio, hay quien sí ha dado ese salto.
(Spoiler) Como se puede prever, en la resolución, el protagonista entrega el dinero –cantidad también muy inflada, como todo en ‘Safe’– y esto se presenta como una garantía de su seguridad, cuando en realidad eso no los protege de ningún modo. Lo que se ha hecho es tratar de terminar retratando al personaje como uno de esos antihéroes íntegros y nada materialistas que vemos en tantas cintas y que en otras ocasiones resultan admirables. Aquí tiene bastante poco sentido, pues se ha dedicado a cargarse a los que podrían ser agentes inocentes al servicio de unos corruptos sin pensárselo y sin esforzarse lo más mínimo en buscar otra manera de dejarlos fuera de juego. Es decir: por el bien del espectáculo, no escatimo en muertes, pero luego con un acto simbólico hueco pretendo que todo mi dibujo del personaje se dé la vuelta (fin del spoiler).
Conclusión
Por rescatar algo positivo en ‘Safe’ mencionaré el intento en los diálogos de crear sarcasmo o humor negro, que dan como resultado un par de frases simpáticas, pero no desternillantes. La comparación obvia con ‘León el profesional’ –argumentalmente, también con la serie ‘Chuck’– no le hace justicia a la de Luc Besson, pero ni siquiera equiparada a otras de Jason Statham encontramos el mismo nivel de diversión o entretenimiento.
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