Está claro que las series de televisión de Marvel han llegado a Disney+ para quedarse. Hasta ahora hemos podido ver 'Bruja Escarlata y Visión', 'Falcon y el Soldado de Invierno' y 'Loki', todas ellas con personajes ya conocidos por los seguidores del MCU, creando así poco menos que la necesidad de verlas para seguir al día con este universo de superhéroes. Sin embargo, '¿Qué pasaría si...?' va por otra vía, ya que apuesta por la animación para explorar escenarios alternativos de varias historias ya contadas dentro de esta franquicia multimillonaria a partir de este miércoles 11 de agosto.
Esto es algo que la propia Marvel ha planteado ya en múltiples ocasiones en los cómics desde que lo hiciera por primera vez en 1977, por lo que tampoco podemos hablar aquí de una apuesta original por parte del estudio. Eso no quita para que haya sido una decisión de lo más acertada, ya que '¿Qué pasaría si...?' sabe cómo dar un estimulante giro de tuerca a situaciones pasadas del MCU para ofrecernos aventuras muy condensadas en las que no hay espacio para los tiempos muertos.
Con las ideas claras
Lo primero que me gustaría aclarar tras ver tres episodios de '¿Qué pasaría si...?' es que la nueva serie de Disney+ se siente como diferente dentro del statu quo del MCU aunque no se deje llevar por su vertiente más loca. Cada episodio -al menos los tres que Disney ha puesto a disposición de la prensa- parte de de una idea concreta y la desarrolla en episodios de unos 30 minutos de duración.
Como es lógico, la propia decisión de cuánto metraje tiene a su disposición el equipo de guionistas liderado por A. C. Bradley, conocida hasta ahora por su trabajo en 'Trollhunters: Cuentos de Arcadia' y que repetirá con Disney en 'Ms. Marvel', ya deja claro que en '¿Qué pasaría si...?' va a primar un ritmo vivo. Ojo, vivo y no atropellado, porque cada episodio se preocupa también en introducir y mimar el factor más emocional para que todo sea algo más que una llamativa curiosidad.
Además, '¿Qué pasaría si...?' también tarda bien poco en demostrar que todo es posible en la serie, ofreciendo un camino muy diferente a personajes ya asentados o incluso permitiéndose matar a personajes que siguen en pie dentro del MCU. Es verdad que el impacto no es el mismo que si algo así sucediera con sus versiones en carne y hueso, pero sí que ayuda a ir cimentando la personalidad propia de un proyecto que en ningún caso se contenta con la posibilidad de ser visto como una mera extravagancia.
De hecho, hasta ha habido declaraciones por parte de alguno de sus responsables indicando que todo esto pasa a ser canon dentro del MCU. Claro que eso tiene su truco ahora que el multiverso ha llegado a este universo de superhéroes tras el final de la primera temporada de 'Loki', pero abre la puerta a recuperar algún personaje de esta serie animada para una película en acción real.
Con personalidad más allá del referente
Por lo visto hasta ahora, tengo bastante claro quién sería la primera opción más allá del Vigilante interpretado por Jeffrey Wright, quien funciona a modo de ancla para dar unidad a todos los relatos que plantea '¿Qué pasaría si...?'. Y es que la serie está, hasta cierto punto, planteada de tal forma que a uno le viene a la cabeza 'The Twilight Zone' y Rod Serling. De hecho, también se fomenta su naturaleza como antología, pero el efecto no es el mismo pese a buscarse un tono diferente según la historia, ya que al final todo es una revisión de un universo preexistente e interconectado.
Eso no impide que cada episodio vaya desarrollando su propia personalidad, con el primero optando más por una inversión de roles para acabar llegando más o menos a la misma conclusión, el segundo haciendo saltar todo por los aires sobre quién es quién y el tercero jugando con un misterio que funciona mejor que cualquiera que haya expuesto Marvel en ninguna de sus películas. Justo es decir también que sus películas de superhéroes no han destacado precisamente por jugar con el suspense y la intriga a ese nivel.
Además, '¿Qué pasaría si...?' sabe ser juguetona sin abusar del humor, aunque este sigue presente en mayor o menor medida según lo requiera la historia, y dar con las teclas adecuadas para que cada uno de los relatos tenga suficiente entidad de forma individual y no caiga en el peligroso territorio de lo anecdótico.
Todo ello encuentra un buen apoyo en un esmerado trabajo de animación, donde se busca al mismo tiempo que uno se acuerde de qué fue lo que sucedió originalmente en las situaciones que plantea pero sin ser un esclavo de ellas. Y es que eso le restaría personalidad en lo puramente visual, donde además se nota que se va teniendo más mancha ancha según pasan los episodios. Lógico que se haya querido jugar inicialmente con la familiaridad a modo de puerta de entrada para los escépticos que pueda haber ante una propuesta así, pues ya habrá tiempo de ir retorciéndolo todo poco a poco para dejar claro que estamos ante una serie con voz propia más allá de sus referentes.
En resumidas cuentas
Habrá que ver cómo evoluciona en el resto de episodios -la primera temporada contará finalmente con nueve-, pero he quedado muy satisfecho con los tres primeros, por lo entretenidos y directos que son. Quizá un puntito extra de locura es lo que les faltaba para poder llegar a otro nivel, pero son lo suficientemente diferentes como para poder disfrutar con ellos sin verlos como una simple curiosidad.
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