La primera reacción de la mayoría al enterarse de que una película va a tener un remake es comentar que se trata de algo innecesario y que su existencia se debe básicamente a motivos económicos. Me encantaría ser el que llevase la contraria a algo que ya se ha convertido en un tópico, pero lo cierto es que lo más habitual es que el resultado final nos acabe dando la razón, aunque de cuando en cuando se producen pequeñas alegrías que nos invitan a no perder completamente en las nuevas versiones de éxitos del pasado.
Hoy llega a los cines el remake de 'Poltergeist: Fenómenos extraños', el clásico de 1982 dirigido por Tobe Hooper que algunos incluso sitúan como una de sus películas de terror favoritas. Mi opinión sobre ella es bastante más moderada, por lo que no me resultaba difícil concebir la idea de una reinvención que superase al original. Por desgracia no ha sido así, ya que este nuevo 'Poltergeist' es otra muestra más de insulso terror de diseño más preocupado en no hacer nada realmente mal que en cualquier otra cosa.
'Poltergeist', fenómenos habituales
Ha llegado un punto en el que es muy difícil que una película de terror me provoque algún tipo de reacción, ya que todos acaban recurriendo a armas muy similares que pierden toda su efectividad cuando ya las has visto en infinidad de ocasiones. No discuto que haya cierto sector del público al que le siga provocando algún tipo de reacción, pero yo necesito algo más que curiosamente sí me dio otra película, que ya os comentará cuando llegue el momento, que vi poco antes que 'Poltergeist', lo cual hizo que mi reacción ante la discreta corrección por parte de Gil Kenan me molestase aún más.
Lo que sí me gustaría agradecer es que 'Poltergeist' no es uno de esos remakes que es una mala copia del original, algo que se remarca ya de entrada con el hecho del que el padre de familia esté pasando por un duro momento al haber perdido recientemente su trabajo, una explicación bastante aceptable para que acaben mudándose a una casa problemática. Hay más cambios a lo largo del metraje, desde la necesaria actualización por motivos tecnológicos hasta el notable cambio en lo referente al experto paranormal interpretado aquí por Jared Harris y en que la original era una mujer con el rostro de Zelda Rubinstein.
El problema es que el libreto de David Lindsay-Abaire no sabe o no quiere extraer más jugo del cambio y todo se limita a estar expuesto con anodina pulcritud -la excepción son pequeños detalles cómicos aquí y allá que no funcionan nada mal-, algo comprensible en las escenas de normalidad y que los solventes actores protagonistas, la principal -y casi única- virtud de esta nueva 'Poltergeist', se encargan de mejorar, pero que resulta imperdonable a medida que debería ir creciendo la tensión, ya que incluso los momentos más míticos del original carecen aquí de garra.
De este último punto también hay que dar su cuota de responsabilidad a Kenan por su falta de arrojo a la hora de encarar las escenas con más potencial. Me queda la duda de si es que simplemente no ha tenido libertad para incidir más el terror y que en realidad lo contratasen por lo mucho que había demostrado actualizando el toque ochentero en la notable 'Monster House'. La cuestión es que tampoco consigue aprovechar esa nostalgia de ninguna manera al ser esta nueva 'Poltergeist' una clara hija de su tiempo, algo incluso de agradecer, pero la cosa cambia si su aportación al respecto es seguir los cánones actuales sin alejarse de ellos.
Terror sin garra
Lo que no me convence tanto es que en su primera película consiguiera instantes mucho más terroríficos que aquí, donde triunfa lo evidente por encima de todo -¿de verdad hacía falta que el payaso fuera tan intencionadamente siniestro de entrada?- y encima no compensa la perdida de profundidad en la mitología de las fuerzas sobrenaturales de ninguna manera. ¿Cómo es posible por ejemplo que suene mucho más interesante lo que le pasó al personaje interpretado por Harris en otras ocasiones cuando apenas lo menciona de pasada que el “locurón” que sucede en la película?
Muy molesto es el hecho de que Kenan no parece nunca interesado en nada más que quitarse el marrón de encima de la forma más digna posible, lo cual equivale a cero riesgos visuales o narrativos. Todo esto se traduce en que 'Poltergeist' es una película en la que no hay nada mal hecho y que tampoco aburre, pero también carece de una visión propia sobre la historia -hay cambios, sí, pero no aportan nada de especial relieve, ya sea por no profundizar en ellos o porque simplemente sirven para reforzar su naturaleza de terror genérico- y uno simplemente jamás conecta con lo que sucede porque no le dan motivos reales para ello. Una propuesta insípida, aunque no ofensiva.
En definitiva, 'Poltergeist' es una película anodina que evita cometer cualquier posible estupidez, pero también carece de cualquier tipo de entidad más allá de los aspectos necesarios para que la acción transcurra en la actualidad. El buen hacer de su reparto y que nunca llega a aburrir evitan que se hunda en la completa mediocridad -algo que sí sucede en otro de los estrenos de esta semana-, pero nada más. Por mi parte, os recomendaría volver a ver el original y si lo que queréis es acercaros al cine, mejor echadle un vistazo a la comedia musical de la que os hablé ayer.
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