'Pequeños detalles' es el primer lanzamiento de Warner en 2021 con el que arranca esa ambiciosa estrategia de estrenar todas sus películas de este año en cines y HBO Max de forma simultánea. Por ahora, le ha servido para liderar la taquilla norteamericana pero está por ver hasta qué punto le sale rentable a la compañía. Ya habrá tiempo de hacer valoraciones más elaboradas cuando tengamos datos de más títulos, por lo que ahora vamos a centrarnos en la película en sí misma.
Sobre el papel, todo apuntaba a una especie de heredera tardía de 'El silencio de los corderos' y 'Seven' con la que Denzel Washington siguiera intentando resarcirse por haber rechazado participar en la extraordinaria película de David Fincher. Ya en su momento participó en 'Fallen' y 'El coleccionista de huesos' seguramente en parte motivado por ello y aquí regresa al thriller con asesino en serie para salvar una propuesta que nada entre dos aguas con discreta fortuna.
En tierra de nadie
Las películas en esta línea tienden a seguir una de las dos días principales. La primera es potenciar la investigación para enganchar al espectador y crearle la necesidad de resolver el misterio que plantea y la segunda es hacer un especial hincapié en los personajes para reflejar cómo les afecta todo lo que sucede. Obviamente, lo ideal es intentar encontrar cierto equilibrio entre ambas vertientes, que es lo que intenta 'Pequeños detalles' a costa de que ninguno de los dos destaque especialmente.
Por un lado, tenemos el hecho de que un psicópata se está cargando a varias jóvenes y la policía es incapaz de dar con ninguna pista que lleve a su captura. Ahí 'Pequeños detalles' juega ocasionalmente a ser siniestra pero controlando siempre lo suficiente para no espantar al público más impresionable. El resultado es que la conexión emocional que uno pueda tener con las víctimas se diluye, sucediendo lo mismo con su capacidad para impactarnos.
Se siente todo más trágico por lo que dicen los personajes que por la demasiado medida atmósfera que crea John Lee Hancock, guionista y director de la película. Es casi como si quisiera hacer un thriller adulto, de esos que últimamente tanto escasean en Hollywood, pero sin una verdadera intención más allá de que todo luzca pulcro. Nos queda entonces agarrarnos al clavo de los personajes, pero ahí solamente un integrante del trío protagonista sabe amoldarse a lo que 'Pequeños detalles' requiere de ellos.
Ahí el principal problema que tengo tanto con Rami Malek como con Jared Leto es que las diferentes intensidades con las que abordan sus respectivos personajes se siente un tanto impostada y rutinaria. Ojo, es consecuente en todo momento y no hay cambios de actitud extraños porque el guion así lo requiera, pero simplemente no me los termino de creer. Justo lo contrario sucede con Washington, cuyo personaje era el que daba más juego para caer exactamente en lo mismo, cosa que no sucede.
Desde el primer momento, su personaje está bien medido, dejando claro en todo momento que hay algo peculiar en su proceder pero sin exagerarlo, optando por sacarlo solo cuando hay que ilustrar al máximo su implicación en el caso. En lugar de estar pasado de vueltas, es como si se viera tanto venir todo que eso le permite actuar desde una cotidianidad bastante curiosa que ayuda a sumergir al espectador en la investigación. Un cruce entre carisma, talento y saber estar quizá sin que haya nada memorable en lo particular pero sí muy eficiente en lo general.
La pena es que el resto de elementos no acompañen demasiado, porque ese intento de equilibrio al que aludía antes provoca que el caso pierda fuerza, mientras que la dinámica entre los personajes dista mucho de ser memorable, incluso cuando la película se desvía de lo habitual en este tipo de tramas en su último acto. Lo que debería ser un gran punto culminante se siente más como la llegada a meta de un ciclista que no se juega nada en la carrera.
Lo curioso es que en lo referente al tono, Hancock sí logra que 'Pequeños detalles' se sienta como una obra sólida, pero lo hace a costa de limitar el alcance de la película. Una propuesta así requería de un vigor, de una idea clara a potenciar, para no acabar siendo una obra que casi parece más propia del cine de los años 90 que de 2021. A su favor juega quien añore esas producciones, entre los que reconozco encontrarme, pero eso sigue siendo insuficiente. No vale con ser una más en la que se intenta abordar todo de forma correcta.
En resumidas cuentas
Al final nos queda un thriller salvado de la mediocridad por Washington. Por lo demás, justo es reconocer que se ve y no molesta, pero uno piensa a menudo que todo eso daba mucho más de sí a poco que se atreviesen a ir un poco más allá en algo. Justamente se olvidan de esos pequeños detalles claves para diferenciarse de multitud de propuestas similares.
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