Todavía quedan unos días para que se anuncien las nominaciones a los próximos Óscar, pero está claro que la fecha elegida para el estreno de 'Minari. Historia de mi familia' en los cines españoles no tiene nada de casual. La cinta escrita y dirigida por Lee Isaac Chung llega acompañada de grandes críticas y varios premios, entre ellos el Globo de Oro a la mejor película de habla no inglesa, y seguro que recibe un impulso adicional cuando este lunes se den a conocer los aspirantes a los galardones que entrega la Academia de Hollywood.
Eso sí, 'Minari. Historia de mi familia' no es una de esas películas que arma mucho ruido, ya que se basa en un relato sencillo en el que incluso puede parecer por momentos que no está pasando apenas nada, pero a la hora de la verdad es un relato que sabe cómo aprovechar su sencillez para retratar otra imagen del sueño americano a través de una historia situada en los años 80 pero muy actual. Una pequeña delicia que no necesita de una saturación de estímulos para conquistar al espectador.
Sosegada
La premisa de le película es bien sencilla: una familia coreana busca un nuevo inicio para sus vidas en Arkansas, prestando especial atención al sueño de él de tener su propio huerto para intentar ganarse así el sustento en lugar de estar condenado toda su vida a seguir ejerciendo como sexador de pollos. Imagino que una historia así no resulte especialmente seductora para parte del público, pero, como siempre, la clave está en cómo contarla y ahí Chung está muy inspirado dentro del estilo sosegado que domina en todo momento la función.
Como apuntaba antes, 'Minari. Historia de mi familia' no es una película explosiva, aquí no encontraréis esas escenas poderosas que suelen ser sinónimo de clips pensados para destacar por qué se merece un Óscar. Aquí se apuesta por una progresión natural de la historia, incidiendo tanto en el desencanto de la esposa por ver cómo su marido se centra en su sueño y no en su familia y en la creciente desesperación de él al ver cómo las cosas no dejan de complicarse siempre que roza con los dedos hacer realidad su gran aspiración.
Todo eso evoluciona con cierta parsimonia, optándose por buscar un preciado equilibrio entre lo cómico y lo dramático tanto para no saturar al espectador como para conseguir esa empatía esencial con sus personajes para que lo que les suceda tenga auténtica resonancia emocional en el espectador. Hay un encanto especial en esa modestia a todos los niveles, tanto en los deseos y motivaciones de sus personajes como en su anclaje histórico en una época para que Estados Unidos se convirtiera en la sociedad que es actualmente.
De hecho, inicialmente puede dar la sensación de ser una película como muchas otras, con la particularidad de ser una familia coreana. Esa es su primera baza, ya que hay un elemento cultural en 'Minari. Historia de mi familia' que ayuda a que ya de entrada no se sienta como algo demasiado visto, y a partir de ahí va creciendo con calma, permitiendo así conocer la cara b -o c de coreano si así lo preferís- del sueño americano, tanto por las pequeñas dificultades para encajar como por esa forma de ser tan particular muy bien ejemplificada por el personaje interpretado por Youn Yuh-Jung, a quien su nieto acusa en más de una ocasión de no ser una abuela de verdad.
Estupenda en todos los frentes
Esos pequeños contrastes enriquecen la película a nivel tanto general como particular, pues es en esa relación entre nieto y abuela donde 'Minari. Historia de mi familia' consigue una mayor humanidad, y lo hace sin forzarlo o sin hacer que todo gire alrededor de ellos. Aquí importan los deseos y necesidades de todos sus protagonistas, ayudando así a ofrecer un retrato más certero de ese sueño coreano en Estados Unidos que se palpa con la punta de los dedos pero no termina de estar por completo al alcance de sus manos.
Eso lleva a que el elemento dramático vaya ganando importancia de forma paulatina, siempre como una extensión lógica de todo lo que nos propone Chung, quien siempre parece más interesado en potenciar la naturalidad de la historia que cualquier otra cosa. Eso se traduce en una evolución reposada que nunca deja de lado la necesidad de la existencia de ciertos conflictos, algunos a mayor escala que otros, para no gripar la película en lo narrativo. Todo ello sin obviar nunca ese elemento cultural distintivo.
A ello resulta esencial la gran aportación de todo su reparto. Es cierto que Yuh-Jung es la que más brilla del reparto, pero es que también cuenta con un personaje que lo permite más, pero el peso dramático real recae sobre unos inspirados Steven Yeun y Yeri Han que saben cómo dotar de verdad a sus personajes para que se sienta que tienen voz propia en lugar de ser una prolongación de las necesidades narrativas de la historia.
En resumidas cuentas
'Minari. Historia de mi familia' es una película que parte de lo cotidiano para explorar tanto la importancia del legado como de cimentar tu propio futuro. Una obra que triunfa mezclando lo trágico con lo esperanzador y el optimismo con las dudas, contando para ello con una estupenda galería de personajes, una exploración sutil pero efectiva de las emociones y un destacable trabajo de su reparto. Un pequeño trozo de vida.
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