Muchas veces acusamos a Hollywood de abusar en exceso de la nostalgia para conseguir jugosos beneficios, pero lo cierto es que se trata de una práctica muy extendida que va mucho más allá de lo que se haga en la meca del cine. Por desgracia, no pocas veces acaba siendo la base de productos vacíos que nos dejan con la sensación de que lo mejor sería haber visto la obra original en lugar de perder el tiempo con su último sucedáneo.
Lo peor de todo es cuando no se trata de un sucedáneo, sino de una nueva versión de la misma historia que ya conocemos a la perfección. Mi instinto me decía que el caso de ‘Heidi’ iba a ser uno de ellos, ya que la simple idea de contar esa historia en imagen real y en la actualidad invitaba al escepticismo, pero luego acabé encontrándome una grata sorpresa. No es que sea una gran película, pero sí una bastante estimable teniendo en cuenta las armas a su disposición.
Una visión más ligera y fluida
Estrenada con gran éxito en Alemania a finales del año pasado -fue el siguiente gran éxito del cine local tras el bombazo que fue el algo decepcionante regreso de Hitler-, en España hemos tenido que esperar hasta este pasado 26 de agosto para poder verla. Sobre el papel, ‘Heidi’ tiene un problema similar para triunfar en nuestro país al de la muy recomendable ‘Peter y el dragón’ (‘Pete’s Dragon’), es decir, que los tiempos han cambiado y esa inocencia característica de ‘Heidi’ le resta cierto interés para la mayoría del público.
De hecho, no me cuesta confesar que eso era justo lo que me sucedía a mí, pues ya en su momento nunca fui un gran seguidor del aclamado anime de 1974 dirigido por Isao Takahata y tampoco del propio relato de Heidi creado en 1880 por Johanna Spyri, pero el guion de Petra Biondina Volpe para esta nueva versión en imagen real convierte lo que normalmente sería un defecto en una virtud: todo va sucediendo con tanta agilidad que nunca resulta pesada o cae en excesos de bondad innecesarios.
Es innegable que eso da pie a que ‘Heidi’ se caracterice por una cierta superficialidad al tener que comprimir toda la historia en poco más de 100 minutos, pero Volpe se las arregla para eso se convierta en algo agradable. El motivo de ello es que lo realiza de forma consistente y no intenta más entidad a algunos hechos en detrimento de otros. El lema parece ser que todo fluya, dando las explicaciones justas, en parte porque da por sentado que ya conoces la historia, pero también porque se entiende perfectamente tal y como aparece presentado.
’Heidi’ merece la pena
Lo que da auténtico color a la película es el hecho de haberse rodado en escenarios naturales, los cuales logran esa belleza bucólica asociada a ‘Heidi’, pero también elevan el acabado visual a otro nivel -aunque sin llegar al impresionante nivel de cierta magnífica película estrenada el pasado viernes-. Ahí es cierto que el director Alain Gsnoper tenía que hacerlo bastante mal para que los paisajes no lucieran impresionantes, pero también había que saber matizar esa calidez que transmiten para encajarla dentro de la historia en lugar de dejarse llevar sin más.
El otro aspecto clave para que ‘Heidi’ no despierte nuestra incredulidad es lo bien escogido que está su reparto, con especial atención a la desconocida Anuk Steffen -la elegida de entre más de 500 aspirantes-, quien encaja como un guante en el personaje principal y además sabe cómo hacer que el personaje no pierda su encanto por mucho que aquí adopte una cierta pasividad en la que poco menos que acepta todo lo que va sucediéndole. Ahí sí note un cambio destacable respecto a la imagen que tenía de Heidi.
A su alrededor encontramos a un reparto que también cumple con holgura en sus papeles, en especial Bruno Ganz como el abuelo durante los primeros compases de metraje en los que poco menos que parece un ogro. Luego su transformación, al igual que la del resto de personajes, puede resultar un poco acelerada -no deja de ser una versión resumida en la que hay que mostrar sí o sí ciertos eventos-, pero yo es un peaje que asumo con alegría si a cambio se consigue ese ritmo tan vivo que hace que uno no llegue nunca a aburrirse.
En definitiva, ‘Heidi’ es una entretenida revisión de una historia perfectamente conocida por casi todos. En eso no puede hacer milagros, pero sabe cómo encajar ese tono característico del personaje con un ritmo fluido para que todo resulte agradable. A cambio puede llegar a dar la sensación de ser un grandes éxitos de la historia de ‘Heidi’ en lugar de ella misma en profundidad, pero en este caso no llega a ser una molestia.
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