Hay un momento en el tercer episodio de 'ETA, el final del silencio' bastante estremecedor: un profesor, víctima del terrorismo vasco, pregunta a un grupo de alumnos universitarios si sabían quién era Miguel Ángel Blanco. Silencio. Para las nuevas generaciones, ETA es un eco muy lejano de una época pasada.
Aunque esta percepción es indudablemente afortunada, la preocupación viene del hecho de que para muchos era la primera vez que alguien les hablaba de un conflicto que ha marcado medio siglo de historia de España. Un dato que hace que el documental que nos ocupa hoy sea imprescindible.
Estrenada el pasado mes de octubre, 'ETA, el final del silencio' es una serie documental de Movistar+ en los que Jon Sistiaga repasa en seis episodios (de los que se han emitido cinco) la historia de la banda terrorista con especial atención a las víctimas pero con una notable participación de antiguos miembros, arrepentidos, del grupo.
Tendiendo puentes de reconciliación
Un ejemplo lo tenemos con su primer episodio, 'Zubiak (Puentes)', en el que hablan de las iniciativas de reuniones cara a cara entre familias de víctimas del terrorismo con los asesinos de sus familiares. Cerrando el episodio se encuentra una larga secuencia en el que Meixabel Lasa come con Ibon Etxezarreta, quien participó en el atentado que mató a su marido.
Sin efectos, casi sin cortes. Un gran ejercicio de no ficción en el que se habla de rencor, de perdón, de diálogo... y de romper el silencio impuesto para "no abrir heridas". Una lección que no solo se aplica a ETA, sino a tantos y tantos episodios de la historia reciente de España.
A partir de ahí cada episodio aborda un tema: el "impuesto revolucionario", el asesinato de Miguel Ángel Blanco, los orígenes de la banda, los años de plomo, el GAL, etc. Temas abordados a través de testimonios tanto de víctimas como de gente clave en el conflicto.
Un enfoque acertado

Sistiaga hace gala de una solemne y sana sobriedad a la hora de enfocar el documental. No hay sensacionalismo en 'ETA, el final del silencio', no hay más artificios en la edición que lo fundamental para que fluya la narración. Deja que los testimonios hablen por sí mismos y no busca ser más protagonista que los protagonistas reales de la historia.
Esto no quiere decir que sea poco atractivo como producto audiovisual: la belleza de los paisajes naturales vascos junto con la grandiosidad de otros paisajes hechos por el hombre y una gran selección musical, sirven de aliño perfecto para un fascinante documental que toca muy de cerca, con sensibilidad pero al grano, un demasiado largo episodio negro de nuestra historia.
Ver 8 comentarios
8 comentarios
caniyan
Sin duda alguna, estos documentales tenían que ser de obligado visionado en las escuelas.
Muy recomendable también el documental "El fin de ETA" (NETFLIX) Donde narra los encuentros en Ginebra en 2006, entre el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero y la banda que marcaron el principio del fin de ETA. 18 testimonios de relevancia que ayudan a comprender la trascendencia de aquella negociación fracasada y arrojada al precipicio el 30 de diciembre de 2006 con el atentado de la T4 de Barajas en el que un coche bomba mató a Carlos Alonso Palate y Diego Armando Estacio.
«Una persona que conoce su pasado, se convierte en alguien menos vulnerables a los ataques y a las manipulaciones»
dante31
Estoy muy de acuerdo con todo lo que comentas. no me canso de recomendarlo a todos mis conocidos. Me parece una obra y un enfoque muy necesarios en nuestro país.- Es de agradecer que no se busque el sensacionalismo y se le de el protagonismo total a los que formaron parte de todo aquello ( víctimas, ejecutores, extorsionados, policía, sociedad vasca y española...). El encuentro entre Meixabel Lasa e Ibon Etxezarreta está rodado de una manera acertadísima, sin filigranas, transmitiendo esa conversación a carne viva y a la vez de manera tan sosegada; era lo que requería el momento y la situación.
"Hay un momento en el tercer episodio de 'ETA, el final del silencio' bastante estremecedor:"
Ese momento al que te refieres a mí personalmente me parece muy grave. Es bastante grave que estudiantes de periodismo, si no recuerdo mal, desconozcan todo eso. Un gran fallo del sistema educativo de este país.