En un día que sólo existe una vez cada cuatro años, tendremos el estreno de ‘En el punto de mira’ (‘Vantage Point’), que está dirigida por Pete Travis y protagonizada por, Forest Whitaker, Dennis Quaid, Sigourney Weaver, William Hurt, Eduardo Noriega y Matthew Fox.
Como ya sabréis, se trata de un atentado contado desde varios puntos de vista diferentes. El tema de las distintas perspectivas, aunque en un principio, sea una de sus mayores bazas comerciales –junto con los actores y ese cartel tan bonito—, es probablemente lo menos importante del film. En un sentido sí está bien aprovechado, pues el guionista, Barry Levy, logra ir guardándose siempre sorpresas e información para las nuevas versiones de la historia, como corresponde a una estructura así.
Pero en realidad, los autores no son del todo fieles a este modo de contar el argumento. Si nos cambiamos de punto de vista debería ser exactamente para presenciar eso: lo que vio o vivió cada uno de los personajes desde su perspectiva. O la versión que da cada uno de la historia, puede que incluso inventada, como hizo el genial Zhang Yimou en ‘Hero’, dándole una vuelta a la precursora por antonomasia en este tipo de juegos de perspectiva: ‘Rashomon’, de Kurosawa. Y no es eso lo que hacen, sino que una vez se sitúan en otro lado de la historia, se introducen escenas que no están percibidas por el personaje que en ese momento está de protagonista. O sea que no nos ofrecen diferentes puntos de vista, sino que nos cuentan la historia varias veces siempre desde la omnisciencia, pero añadiendo información que hasta entonces se había escatimado.
Lo mejor de ‘En el punto de mira’, por lo tanto, no es su estructura que, en lugar de enganchar, hace que sintamos rabia cada vez que se rebobina la cinta, pues estábamos en lo más emocionante. Lo mejor es la acción y las persecuciones. Se podría haber titulado ‘El caso Barnes’ porque el personaje de Dennis Quaid es como un Bourne mayorcete, una especie de superhéroe, superpoli. No sé si lo han pensado, pero deberían convertirlo en protagonista de una franquicia. La siguiente que no la hagan con varios puntos de vista, pero que se queden con el entretenimiento. Las escenas de acción son trepidantes y realmente divertidas de ver. Así que, al fin y al cabo, eso es lo que tiene de interés el film: que entretiene gracias a sus persecuciones y explosiones.
El final resulta decepcionante porque es un absoluto Deus Ex Machina. SPOILER: Es decir, todo lo que ha luchado el personaje de Dennis Quaid para detener la acción terrorista da igual porque es una niña que cruza sin mirar la que desbarata la operación. Si él no hubiese estado ahí, se habría resuelto de la misma manera. Y la casualidad de que pase justo por delante de la ambulancia es exagerada. Lo malo de esto es que no es una de esas soluciones que no había más remedio que tomar porque no se podía terminar la película de otra manera, en cuyo caso, excusaríamos a los autores. Perfectamente podrían haber hecho que Noriega, en su último aliento, le dijese que van en la ambulancia (porque ha visto a la mujer a través del parabrisas) y que Barnes los detuviese gracias a ese soplo. Quizá fueron las ganas de hacer que se cruzasen las historias al final, no sé. El caso es que queda fatal. FIN DEL SPOILER
Lo que se supone que ocurre en Salamanca, está rodado en México. No me pregunto por qué rodaron allí, más bien por qué lo situaron aquí… pero será que España está de moda. En ese sentido, está muy bien que cuenten con Eduardo Noriega –¿o mi subconsciente quería decir “Noriega está muy bien”?–, pero no se deberían haber limitado a eso. El actor que hace de presidente no podría pasar por español y las voces que se escuchan en la manifestación no tienen un acento precisamente peninsular. La madre de la niña que le restriega el helado a Forest Whitaker tampoco es que sea muy ibérica. No es que me ofenda, más bien me parece gracioso, pero si quieren que nos los tomemos en serio, que cuiden un poco más esas cosas.
No merece la pena comentar nada sobre los actores, salvo el hecho de que estén presentes algunos nombres tan importantes como Sigourney Weaver o Whitaker, porque todo va tan rápido que apenas tienen tiempo de lucirse. Por si alguien tiene curiosidad por saber qué tal lo hace Matthew Fox, lo que tengo que decir es un SPOILER: su actuación no es nada, pero lo gracioso es ver cómo se pelea con el idioma español. FIN DEL SPOILER.
‘En el punto de mira’ es una película que no se puede decir que sea brillante ni se la puede considera gran cine, pero sí que es tremendamente entretenida y que cuenta con escenas de acción rodadas y montadas con gran maestría. Lo suficiente como para pasar un buen rato.