Dentro del catálogo de Netflix tenemos series y películas de anime para aburrir. Tantas que a veces no sabemos ni por dónde empezar... Pero sin duda uno de los mejores títulos que nos podemos encontrar en la plataforma y una de las obras maestras del anime en la última década es 'Violet Evergarden', una bellísima serie limitada que explora la importancia de los sentimientos y el saber comunicarlos a tiempo.
Buscando el sentido de la vida
'Violet Evergarden' surgió como unas novelas ligeras escritas por Kana Akatsuki e ilustradas por Akiko Takase, aunque se ganó a pulso su éxito internacional gracias al anime de 13 episodios de Kyoto Animation.
El mundo que nos plantea el anime se recupera de una gran guerra donde Violet Evergarden siempre ha servido como soldado. El conflicto ha terminado y sin nadie para darle órdenes, Violet se encuentra sin un propósito en la vida.
Tratando de entender las últimas palabras de su comandante, Violet empieza a trabajar como Muñeca de Recuerdos Automáticos, una especialista que escribe cartas donde la gente puede expresar sus verdaderos sentimientos.
Si sois de lágrima fácil, aviso que hay que ir dejando la caja de pañuelos cerca porque este anime usa los corazones de sus espectadores como saco de boxeo. 'Violet Evergarden' es un anime emocional de principio a fin, que no solo trata con el trauma y las consecuencias directas de la guerra si no que también explora la importancia de las conexiones humanas y, por mucho que suene cursi, lo importantísimo que es el amor.
Al principio de la serie, Violet es una autómata que no entiende ciertas pautas sociales ni los sentimientos de sus clientes, ya que excepto por el Mayor Gilbert casi todo el mundo siempre la ha tratado como una autómata que solo sirve para la guerra.
Es posible que los primeros capítulos tarden un poco en coger ritmo mientras se nos presenta el pasado de Violet y las bases de este mundo steampunk. Pero es un trago que se pasa rápido y es muy llevadero y según avanza la historia, Violet poco a poco se va abriendo al mundo, conociendo a más gente y viviendo nuevas experiencias que le permiten sentir todo lo que nunca ha sentido. Y según sigue su camino, no puedes evitar querer apoyarla en cada paso y enorgullecerte de cómo ha ido creciendo.
Aunque tienen cierta conexión entre ellos, cada capítulo va explorando un trabajo diferente para Violet, desde ayudar con la correspondencia de una princesa hasta ayudar a un autor a terminar de escribir su obra. A través de estas pequeñas historias, 'Violet Evergarden' explora los diferentes tipos de amor y no solo el romántico, mostrando el impacto que tiene cada persona en las de su alrededor y cómo las palabras pueden cambiar una vida por completo.
También es una serie que lidia con el trauma de una manera muy explícita y que no se queda corta a la hora de mostrar las terribles experiencias de Violet en la guerra y todo el daño que causó como soldado, pero que también nos deja ese punto de esperanza al mostrar la huella para bien que Violet ha dejado con sus cartas.
Luz, color y muchísimo amor al detalle
No me duele ni cuesta decir que 'Violet Evergarden' es el anime más hermoso que he visto. Una de las cosas buenas de tratar con este tipo de miniseries es que los animadores pueden dedicarse con más ahínco a la animación, y con esta serie tenemos una auténtica maravilla visual.
Si su trama te estruja el corazón, la animación de 'Violet Evergarden' te deja sin aliento con todos sus pequeños detalles. Todo, desde los detallados fondos, la expresividad de sus personajes y la fluidez con la que se mueve cada pliegue y cada mechón, es una obra de arte cuidada al milímetro con una cinematografía realmente bella.
Nunca pensé que me iba a quedar embobada mirando cómo la luz se refleja en el metal, pero aquí estamos y Kyoto Animation ha conseguido que cada mínimo detalle sea una obra de arte y que den ganas de enmarcar cada uno de los fotogramas de la serie.
Gran parte del protagonismo se lo tiene que llevar la luz, que llena de fuerza y contraste todas las escenas. Especialmente brilla en las escenas donde los personajes están rodeados de naturaleza, pero está presente en todo momento, desde los reflejos que llenan de expresividad los ojos de los personajes hasta los rayos de sol al atardecer.
Es posible que 'Violet Evergarden' no sea para todo el mundo, especialmente si no os gusta pasarlo mal ni tener las emociones a flor de piel, pero desde luego es una de las obras recientes del anime y, como su protagonista, se merece todo el amor que podamos darle.
Y si la serie os deja con ganas de más, también en Netflix tenemos disponible un episodio especial y dos películas más que continúan explorando la historia de Violet Evergarden.
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