En 1981 se estrenaba ‘El crack’, una notable cinta de cine negro dirigida por José Luis Garci con un gran trabajo de Alfredo Landa dando vida al detective privado Germán Areta. El director recuperaría este universo dos años después con una secuela inferior que parecía que iba a ser la última de la saga hasta que hace un par de años se anunció que estaba preparando una precuela.
Personalmente recibí la noticia con cierto escepticismo, ya que habían pasado más de 30 años desde la última aventura de Germán Areta y Garci había confirmado con ‘Holmes & Watson: Madrid Days’ que no pasaba precisamente por su mejor momento. En ‘El crack cero’ opta por echar la mirada al pasado en todos los sentidos para ofrecernos una estimable precuela que satisfará especialmente a los que echen de menos el cine negro a la antigua usanza.
Perfilando a Germán Areta
‘El crack cero’ nos trae a un Germán Areta que hace no tanto que ha dejado atrás sus años como policía para ejercer como detective privado. Son además tiempos revueltos, ya que Franco está en las últimas y el país todavía está regido por una serie de normas no escritas que es muy difícil sortear. Precisamente una de ellas parece estar detrás de la sospechosa muerte de un sastre que la policía ha optado por tachar como un suicidio, entrando ahí nuestro protagonista.
Inicialmente estaba previsto que fuese Víctor Clavijo quien tomase el testigo de Landa, pero finalmente ha sido Carlos Santos, inolvidable como Luis Roldán en ‘El hombre de las mil caras’, quien asume el reto. Por un lado, la naturaleza del personaje está ahí -seco, directo y rara vez muestra sus emociones-, pero falta que la vida le pegue algún golpe más para terminar de ser quien conocemos.
Ante la falta de una presentación tan potente como la que tenía el personaje en ‘El crack’, Garci y Javier Muñoz -’Sicarivs: La noche y el silencio’-, guionistas de la cinta, optan por un esquema más propio del cine de detectives de antaño: nuestro protagonista recibe un caso de manos de una bella mujer y acaba aceptándolo guiado por la curiosidad que le despierta. Sencillo y visto en multitud de ocasiones, pero planteado de forma efectiva y estableciendo ese ritmo pausado que marcará tanto la película en general como el resto de secuencias de la misma.
Un efectivo homenaje al pasado
A su manera, muchas de ellas encierran una historia que nunca conoceremos totalmente, ya que Garci opta de forma habitual con zanjarlas con un fundido a negro cuando los personajes podrían haber seguido hablando sin problemas. Es como si la trama principal se alimentase de retazos de vida de cada uno de sus personajes, despertando así la curiosidad del espectador y además dejándole con la duda sobre la posible implicación de algunos de ellos en el crimen.
Sin embargo, Garci sí que va dándonos poco a poco la información necesaria para que nosotros también podamos desentrañar el misterio detrás de la muerte de Benavides. De esa forma vamos conociendo los métodos de Areta, el inicio de su relación profesional con El Moro y el inicio de lo que se perfila como un oasis emocional para él.
De esta forma, ‘El crack cero’ funciona bien como precuela y además permite respirar al caso que plantea para que tenga suficiente entidad propia. Sí es cierto que en los diálogos se peca a veces de un estilo cinematográfico propio de otra época que puede chocar a algunos espectadores -y en ocasiones dañar parcialmente la credibilidad de algunas situaciones o personajes-, pero es que en ningún momento se oculta su condición de homenaje a una época que ya quedó atrás, añadiendo cierto elemento nostálgico a través de los planos de Madrid que van apareciendo a lo largo de su metraje o la banda sonora de Jesús Gluck, quien ya compusiera la música para las dos anteriores entregas.
Lo que sí se echa en falta es algo más de fuerza, tanto en las imágenes como en la actitud de los personajes. Vale que tenga un componente introductorio fuerte, pero dudo que vayamos a volver a verlos y por ahí ‘El crack cero’ limita tanto su techo como el recorrido de sus actores. No creí que fuera a decir esto, pero Santos y Miguel Ángel Muñoz dan sobradamente la talla ocupando los papeles confiados en su momento a Landa y Miguel Rellán, pero les falta ese pequeño empujón que Garci y Muñoz quizá han pensado que le llegaría con los años a sus personajes.
En resumidas cuentas
Teniendo todo en cuenta, creo que ha merecido la pena echar la mirada atrás para volver a indagar en la figura de Germán Areta. ‘El crack cero’ es una buena película de cine negro con un claro componente de homenaje a un tipo de obra al que el universo audiovisual parece no prestarle demasiada atención últimamente. Una acertada elección de su reparto y un toque nostálgico bastante efectivo ayudan a mantenerte enganchado durante sus dos horas de metraje.
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12 comentarios
whisper5
Podría ser interesante, y elegir blanco y negro seguro que es un acierto.
El tráiler me echado para atrás. Lo he visto la segunda vez y me he dado cuenta de que lo que me ha disgustado es la iluminación, que en muchas escenas no está conseguida y desluce. Es una pena. Tiene pinta de ser una carencia de la película, no del tráiler. Por si acaso fuese algo relacionado con la pantalla que utilizo, he visto el tráiler de "Cold War" un peliculón en blanco y negro cuyo iluminación y fotografía son para quitarse el sombrero y aplaudir. El tráiler lucía extraordinario, así que, muy a mi pesar, me confirma el problema de iluminación de "El crack cero".
halleck
soy fan de el crack 1 y 2, lo mejor de Garci en mi opinión. Pero me da que su cine, con el paso de los años se ha vuelto algo abigarrado, en una suerte de manierismo forzado, como de cartón piedra, que me desconecta. Y me atraen los temas, pero hay un rollo naftalina que pensé en un momento que venía de algún prejuicio, pero que no me quito de encima. aun así la veré. Se lo ha ganado.
diego-rbb-93
Mantengo lo que dije en el post del trailer, sea buena o mala, lo aberrante es que las originales no las hayan reeditado en Bluray, son de lo mejor que ha parido nuestro cine, como la de Patrimonio Nacional 1, otro caso grave teniendo en cuenta que las dos secuelas si están en Bluray (más allá de la escasa calidad de la conversión al HD...).
alpasgui
Pues mira que el trailer es malo de narices. Habrá que darle una oportunidad.
alkaparro
Me alegro de que esté teniendo críticas positivas, porque viendo el trailer, era para salir corriendo. Además de que las últimas películas son ciertamente deficientes (y me quedo corto con el eufemismo)
No creo que la vea en el cine, pero cuando pueda la echaré un vistazo
wingo22
Espero que le vaya bien y nos deje un mejor sabor de boca que la de Holmes. Garci es un poco pedante, pero se lo perdono por su amor al cine y por el esfuerzo que ha hecho por estrenar esta película.
astoroth
Ya podéis ponerla en la lista de las diez mejores películas de cine negro de la historia...
cervezofilo
También hay un gazapo en los diálogos cuando el joven rockero se refiere a la PN como "los maderos". Esa expresión la usábamos años después, en el breve tiempo que usaron los uniformes marrones.
En la dictadura sería más verosímil llamarles "los grises", creo yo.
gatopardo2
Anoche vi esta tercera entrega de El Crack. Lo primero que tengo que decir es que no debe de ser fácil para Garci estar durante dos horas a la altura de esas dos grandes obras de arte suyas que son las dos primeras partes.
Sin embargo, aparte de la iluminación plana y sin pegada, hay bastantes detalles que hacen bajar la calidad de la película de ahora. Por citar algunos, Rocky el barbero es mucho más viejo ahora (1975) que seis años después, y lo mismo ocurre con la secretaria. También me resulta extraño que en el 75 Areta conduzca un Simca 1200 y seis años más tarde un Simca 1000, ¿tan mal le ha ido que ha cambiado a un coche de segmento inferior, de menor tamaño y de menor cilindrada? Otra cosa que llama la atención es la cantidad de discos en directo que ha grabado el rockero de la película en 1975, cuando en realidad los discos en directo no se empezaron a grabar hasta bastantes años después. Este hombre dice en la película que ya ha grabado siete de ellos, ¿empezó a grabar discos en directo en los años sesenta? Otro tema en el que suspenden los del departamento de documentación de este Crack Cero es en lo de las tarjetas de crédito; en la película de ahora se dice que uno de los personajes paga siempre en billetes cogidos con una pinza de plata y no con tarjeta de crédito, claaaaro, ¿cómo va a pagar con tarjeta de crédito cuando estas no se empezaron a emitir en España hasta tres años después, en 1978? No sé si se me ha pasado algo, probablemente sí. En fin, soy un devoto de Garci y lo seguiré siendo merced a su gran trabajo anterior, pero estoy seguro de que su currículum habría quedado mucho mejor sin haber filmado esta "precuela" (uf, qué palabra). No me queda más que añadir un diez (de nuevo) para la música de Gluck y también que he echado de menos la colaboración de Horacio Valcárcel en el guión, flojo y previsible en esta entrega.