Pixar tocó el cielo por última vez en 2015 con la extraordinaria ‘Del revés’ (‘Inside Out’) y desde entonces no había logrado que ninguna de sus películas fuese redonda. ‘El viaje de Arlo’ (‘The Good Dinosaur’) tenía un guion mejorable, ‘Buscando a Dory’ (‘Finding Dory’) funcionaba como pasatiempo pero carecía de la magia de otros títulos del estudio y ‘Cars 3’ bastante tenía con ser una digna secuela, cosa que no fue la segunda entrega de esa saga.
Tenía muchas esperanzas en que esa “mala” racha llegase a su fin con ‘Coco’, cinta que además contaba con el aliciente de contar una historia original en lugar de ser una nueva continuación de alguno de sus grandes éxitos. Una vez vista solo tengo la posibilidad de volver a rendirme ante Pixar por la maravillosa película que ha hecho, mostrando su espléndido sentido de la aventura y recuperando sus mejores armas para provocar que las lágrimas se escapen de los ojos del espectador.
Un emocionante y divertido viaje
Pixar se inspira en la festividad mexicana del Día de los Muertos para dar la forma a la historia un niño con una gran pasión por la música que vive en una familia que la odia a muerte. No le queda otro remedio que actuar por su cuenta, acabando en la Tierra de los Muertos en busca de la aprobación de su tatarabuelo, el mítico Ernesto de la Cruz. Un viaje para conocerse mejor a sí mismo y que le permite valorar mejor lo que supone formar parte de una familia y las consecuencias de la muerte.
El guion firmado por Adrián Molina y Matthew Aldrich opta por abordar eso desde una ligereza inicial para ir evolucionando a medida que el protagonista va descubriendo cosas. De esta forma, el espectador percibe mejor su viaje y lo hace a través de una dinámica aventura en la que muchos quizá echen en falta una mayor profundidad durante ciertos minutos. No voy a negar que así sea, pero es que ‘Coco’ no quiere tiempos muertos e intenta ir hacia delante en todo momento sin caer en el error de convertirse en un correcalles.
No faltan momentos más centrados en lo emocional, pero la nota dominante es que sigan pasando cosas prestando especial atención a que todo resulte divertido, desde los diseños de los personajes y escenarios hasta las propias líneas de diálogo. Nos quieren ganar así para luego ir llevándonos a su terreno antes de asestarnos el golpe definitivo a nuestro corazón ante el que resulta casi imposible resistirse.
No obstante, ‘Coco’ no es una película que lo apueste todo a esa relativa manipulación emocional, ya que ante todo es una carta de amor a la cultura mexicana a través de sus tradiciones. Lo hace evitando caer en los tópicos más desgastados, ya que es cierto que hay ciertas expresiones o reacciones que podrían formar parte de ese tipo de visión, pero aquí se integran desde una perspectiva más natural, logrando que todo fluya con una sencillez aplastante y que poco a poco nos haya atrapado por completo casi sin darnos cuenta de ello.
‘Coco’, otra joya de Pixar
Además, ‘Coco’ logra combinar la tradición con un tratamiento de la historia fresco y colorido, encontrando ese necesario punto de equilibrio entre la necesidad de respetar las tradiciones mexicanas y el imperativo de que sean la base de una historia que nos divierta y emocione. Para ello resulta fundamental la creación de ese mundo de los muertos, ya que al llegar allí es cuando la película despega de forma definitiva. Antes era muy simpática y efectiva, algo que se conserva para ir añadiendo nuevas virtudes de forma casi constante.
Justo es señalar que ha llegado un punto en el que las “argucias” de Pixar para llegarnos al corazón se pueden ver con cierta antelación, algo que sucede en ‘Coco’. En otros casos podría haber jugado en su contra, pero es que Lee Unkrich y Molina demuestran tal capacidad para potenciarlo que da igual, te acabas viniendo abajo igualmente. Sabes lo que viene -al menos en mi caso-, sí, pero tiene tal fuerza que logra su objetivo con creces.
Por lo demás es cierto que hay algunos personajes un poco desatendidos, pero es que su presencia es justo lo que necesita la película para lograr su objetivo. Es verdad que quizá podría haberse ido de forma más directa al meollo, pero ‘Coco’ también es una gran aventura para conocer tanto ese mundo de los muertos como más elementos de la cultura mexicana. Como tal resulta irreprochable, y además se van plantando pequeñas semillas de lo que está por venir, siendo ya cosa del espectador que sepa verlas.
No quiero olvidarme tampoco de la música, tanto la maravillosa aportación de Michael Giacchino como algunos temas deslumbrantes compuesto por el matrimonio López, que ya trabajaron en ‘Frozen’ y el magnífico musical de ‘Buscando a Nemo’ (‘Finding Nemo’) que puede verse en algunos parques de atracciones de Disney. Hasta logran darle un doble enfoque a una canción que será la que realmente se quede en la memoria del público.
En definitiva, ‘Coco’ lo tiene todo, así de sencillo. Es divertida cuando se lo propone, vibrante cuando así lo desea y te acierto de pleno en el corazón cuando decide que es el momento de hacernos llorar. Visualmente es maravillosa, fascinante a la hora de abordar los temas de la cultura mexicana sobre los que se asienta la película y consigue que el viaje del protagonista te conquiste. Así sí, Pixar.
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