Poco a poco, el ritmo de estrenos cinematográficos de Amazon Prime Video va creciendo. Recordemos que el pasado 18 de marzo llegaron tanto la fogosa 'Aguas profundas' como la inquietante 'Master', mientras que el día 25 de ese mismo mes lanzaron 'La abuela' de forma exclusiva en streaming.
Este 8 de abril es el turno de 'Una cita con el pasado', un thriller de espionaje liderado por Chris Pine y Thandiwe Newton. Seguramente diga mucho menos al público que esté dirigido por Janus Metz, pero ojo, que es el cineasta que hace unos años nos sorprendió con 'Borg McEnroe', uno de los mejores películas deportivas de la historia. Aquí vuelve a estar bastante inspirado para darnos una notable obra que prima lo emocionante por encima de lo vibrante.
Un enfoque diferente
'Una cita con el pasado' cuenta la historia de un espía veterano (Pine) que recibe el encargo de investigar qué sucedió hace años en una misión en la que él participaba que salió fatal. Eso hará que se reencuentre con una colega suya (Newton) a la que no ve desde entonces y con la que mantuvo una relación romántica que también se interrumpió bruscamente.
Tal y como uno espera a partir de esa premisa, uno de los grandes ejes de la película es ese vínculo que une a los personajes interpretados por Pine y Newton, ya que la película va desvelando en paralelo su relación personal y la investigación alrededor de la traición que tuvo lugar años atrás.
Por ello, 'Una cita con el pasado' echa mano de forma habitual de los flashback, un recurso bastante efectivo tanto para ir haciendo avanzar la historia como para añadir una dosis de tensión que a la película parece no interesarle demasiado en tiempo presente. Ahí las relaciones humanas pasan a primer plano y en todo momento sobrevuela cierto halo de tristeza.
Este aspecto quizá moleste a algunos espectadores que busquen en 'Una cita con el pasado' un vehículo de suspense en el que su mayor interés es dar con el topo, pero lo cierto es que aquí se potencia más la vulnerabilidad de sus dos protagonistas.
A lo largo del viaje emocional de ambos sí que hay varios de guion bien integrados en la trama, pero ahí la película probablemente habría agradecido algo más de metraje o incluso haberse convertido en una miniserie de tres o cuatro episodios. Y es que así podría haber dado algo más de fondo a otros aspectos o personajes -mínimo Jonathan Pryce podría haber dado más de sí, por no de hablar de un Laurence Fishburne que es casi un visto y no visto-, ya que a la hora de la verdad la función está dominada completamente por Pine y Newton.
Lo humano por encima de lo profesional
No obstante, eso parece una decisión meditada por parte de Olen Steinhauer, quien escribe el guion a partir de la novela escrita por él mismo. O al menos esa sensación queda al apostar por una cadencia más reposada, donde lo vibrante apenas tiene cabida para centrarse más en la dimensión más humana de lo que nos está contando.
Esto encuentra un gran respaldo en el preciso trabajo de puesta en escena de Metz, quien parece buscar un equilibrio entre lo enigmático y lo reposado, logrando imágenes de cierta belleza inusual en una película de estas características. Quizá lo más curioso es que lo haga sin que ninguna escena sobresalga especialmente, sino buscando una armonía visual que resulta esencial para establecer ese tono dramático que domina la función en todo momento, tanto cuando parece dejarse llevar por un cruce entre los nostálgico y lo melancólico como cuando se potencian otros sentimientos.
No obstante, son Pine y Newton los que realmente elevan la función y convierten a 'Una cita con el pasado' en una película de espías muy por encima de la media. Ellos son los que llenan ese falta de profundidad de la que hace gala en aspectos narrativos, y lo hacen mostrándose cercanos y vulnerables. En todo momento percibimos ese amor que les unió y también cómo les afecta este reencuentro varios años después.
Probablemente por ello, cuando la película realmente nos seduce es cuando se centra en esa conversación que empieza encaminada a esclarecer qué sucedió en esa misión que salió mal pero pronto adquiere unos matices más personales. Ambos transmiten a la perfección esa seguridad inherente al trabajo que desarrollan, pero también muestran una creciente fragilidad a medida que va esclareciéndose todo, siendo ahí donde se determina si 'Una cita con el pasado' va a conquistar o no al espectador, porque no me cabe duda de que habrá quien lo encuentre algo tibio.
En resumidas cuentas
'Una cita con el pasado' es una notable película de espías que potencia el componente humano por encima del suspense. Saltando de forma constante entre pasado y "presente" -la historia se sitúa en 2020-, Pedersen logra crear el clima idóneo para que sus dos protagonistas atrapen la atención del público. Bueno, siempre y cuando uno no venga esperando un enfoque diferente al elegido por sus responsables.
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