Casi parece que fuera ayer cuando RTVE estrenó 'La Caza: Tramuntana', una serie a priori muy esperada tras el buen funcionamiento de 'La Caza: Monterperdido'. Luego el éxito no ha acompañado a la serie protagonizada por Megan Montaner y Alain Hernández, al menos no durante su estreno en televisión, donde ha conseguido unos datos que a duras penas superan el 50% de lo conseguido por su predecesora.
Esto da pie a pensar que el episodio que se emite esta noche podría ser también el último de la serie y no solamente el final de temporada. El tiempo aclarará esa duda, pero ahora lo importante es que estamos ante una intensa despedida para dar un cierre satisfactorio a un caso oscuro pero que nunca ha terminado de exprimir a fondo lo que proponía.
Podéis seguir leyendo sin miedo, no hay spoilers del episodio final.
Las piedras en el camino
Una vez vista la temporada completa queda la duda de hasta qué punto era necesario dividir la historia en dos tiempos, porque la aportación real del personaje interpretado por Félix Gómez ha sido de lo más discreta. Eso no es culpa del actor, bastante convincente en su personaje, pero sí tanto en lo puramente narrativo como en lo emocional se ha sentido más como un mero recurso para poder ejecutar la sorpresa que tuvo lugar al final del quinto episodio, y que ni siquiera funcionaba especialmente bien tras haber visto algo parecido poco antes en 'Néboa'.
Además, eso sirvió para no dar el desarrollo adecuado a algún personaje -la verdad es que no sé muy bien qué función cumple en la serie Álvaro Rico-, cosa que tampoco se ha solucionado en el desenlace, donde todo ha ido encaminado más a atar los cabos sueltos en ese negocio clandestino para satisfacer los deseos más retorcidos de aquellos que podían permitir pagárselo.
Un cierre satisfactorio
Lo que sí ha vuelto a demostrarse como una apuesta ganadora es el hecho de vincular lo que está sucediendo actualmente en Tramuntana con el pasado de Sara. Empezando por la buena química que Megan Montaner tiene con Tristán Ulloa, aquí llevada al extremo en uno de los momentos culminantes de la temporada, siguiendo por el hecho de que así se entiende mejor su implicación emocional en el caso, sin olvidarme de la efectiva intensidad que la actriz sabe dar a su personaje, sin que ello sea óbice para algún pequeño momento más ligero que ayuda a humanizar al personaje.
Por lo demás, llegada la hora del desenlace tocaba ya poder todas las cartas encimas de la mesa e ir tirando del hilo para dar con los responsables y ver hasta qué punto es viable atrapar a los responsables de lo sucedido. Por ahí no ha habido grandes sorpresas en lo referente a las revelaciones, pero sí una forma estimulante de llegar hasta ello sin caer en lo típico de un golpe de suerte en la investigación.
Eso da pie a que haya cierto elemento imprevisible en esta resolución que redunda en esa intensidad que se busca a lo largo de todo el episodio. No esperéis nada tampoco revolucionario, pero sí que la presencia de Ulloa añade un toque de picante que le sienta muy bien a la serie, tanto por ese aspecto personal que mencionaba antes como por la vinculación de su personaje con lo sucedido.
En resumidas cuentas
Al final es cierto que el desenlace de 'La Caza: Tramuntana' no guarda grandes sorpresas, pero sí se percibe que todo estaba orientado a llegar hasta aquí y sus responsables saben cómo poner punto y final al misterio de Can Falgueres de una forma convincente. Tampoco le pedía más, ni iba a contentarme con menos.
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