‘La casa de papel: Parte 3’ ha llegado al fin a Netflix. Una nueva tanda de episodios de lo más esperada desde que la plataforma de streaming anunciase la vuelta de una serie que parecía cerrada. Un dato muy importante porque se prestaba a que sus seguidores tuvieran desconfianza hacia este retorno, la cual desapareció en mi caso tras ver sus dos primeros episodios, de los cuales ya os di mi opinión hace unos días.
Ahora es el turno de valorar la temporada completa. Ocho episodios vibrantes en los que ‘La casa de papel’ ha elevado el listón respecto a lo que habíamos visto hasta ahora. Con un ritmo envidiable que hace que los devores con gusto, la serie de habla no inglesa más popular de Netflix ha vuelto por la puerta grande y nos hace desear que la ya confirmada Parte 4 se estrene lo antes posible.
A continuación encontraréis detalles muy menores que podrían ser considerados spoilers de la Parte 3.
Siempre hacia delante
La serie se enfrentaba a varios retos en su regreso. Dejar claro que tenía sentido reunir a la banda para un nuevo atraco es lo primero que se quitan de en medio con una facilidad pasmosa. No había una forma mejor de hacerlo, así de sencillo. Lo compras o te dedicas a buscar pegas en lugar de disfrutar de las virtudes de la serie y este pequeño salto de fe es algo a lo que ya nos había acostumbrado en el pasado. De hecho, es de los más ligeros.
Solucionado eso, queda le necesidad de volver a un atraco que se parezca a lo que habíamos visto pero que no sea una mera reproducción. Eso sería una decepción para el público y además sería difícil de justificar en términos narrativos, pues los cuerpos de seguridad ya están al tanto de las habilidades de este grupo de fans acérrimos de la canción Bella Ciao.
Por eso se tarda bien poco en hacer saltar por los aires tanto nuestras expectativas como la del propio grupo de protagonistas. No quiero dar muchos detalles concretos, pero sí he de aludir al hecho de que hay un cambio al frente de la cadena de mando policial que lleva a ser mucho más expeditivos y a saltarse el procedimiento siempre que sea necesario. Todo para acabar con esa pesadilla en el Banco de España.
Esos contratiempos “profesionales” añaden más tensión a un atraco que de por sí ya se nos vende como imposible de hacer. Una misión más digna para Ethan Hunt que para el Profesor, Tokio y el resto de la banda, pero el ingenio de la banda les permite ir sorteando problemas mientras van surgiendo otros de índole personal. Ahí hay algún detalle cuestionable -que dos personajes en concreto tengan un momento a solas tan rápidamente-, pero nada que desentone más que en las dos primeras temporadas.
Adictiva
La acción pasa a primer plano, siendo un constante juego del gato y el ratón con avances continuos por parte de ambos bandos. Todo ello ejecutado con una puesta en escena más precisa y refinada que en las dos primeras partes, con especial atención al ritmo. Nunca decae, ni siquiera cuando hay momentos de intimidad entre los personajes, entre los cuales también hay espacio para alguna gran revelación.
Además, todos actúan siendo fieles a lo que sabíamos que eran. No hay bandazos sin sentido por una necesidad argumental e incluso las decisiones más drásticas, que sin duda están llamadas a marcar lo que viene después, tienen sentido con lo que hemos visto de los personajes hasta entonces. Esto ya no es la fábrica de la Moneda y Timbre, es algo mucho mayor y se refleja en pantalla desde antes incluso de que puedan acceder al edificio.
Sí es cierto que no hay suficiente tiempo para desarrollar con calma a todos los nuevos personajes, pero aquellos con una incidencia más importante en la historia sí encuentran su lugar con facilidad. Pienso sobre todo en una estupenda Najwa Nimri y un muy inspirado Rodrigo de la Serna. En el fondo vienen a llenar el vacío en ciertos roles, pero lo hacen con soltura y encontrando su propio lugar en la serie.
Otro cambio importante es que la tensión se palpa en el ambiente en todo momento. En las dos primeras partes eso no sucedía, quizá como consecuencia de la necesidad de hacer episodios más largos. Aquí la urgencia se palpa en el ambiente desde el primer momento y nunca deja de ir a más. La serie sí que cambia en cierto sentido por ello, pero lo hace basándose siempre en los mismos ingredientes que ya utilizaba. Simplemente ha cambiado un poco la mezcla.
En definitiva, ‘La casa de papel: Parte 3’ es un muy buen entretenimiento como ya lo era antes la serie. Ha potenciado algunas cosas en su salto a Netflix, en parte porque ahora tenían dinero para ello, pero también porque sus responsables no podían limitarse a darnos más de lo mismo.
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