'Capitán Calzoncillos, su primer peliculón' da lo que promete: diversión sin reparos

'Capitán Calzoncillos, su primer peliculón' da lo que promete: diversión sin reparos

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'Capitán Calzoncillos, su primer peliculón' da lo que promete: diversión sin reparos

Durante los últimos años he detectado cierta tendencia en el cine animado de gran presupuesto a buscar un mayor realismo visual. Cada cierto tiempo se destacan hitos al respecto como algo maravilloso, y no discuto que lo sea, pero sí que se trate de algo esencial para valorar el interés de la película. ¿Dónde quedaron esas filigranas que aprovechaban al máximo el hecho de no tener que respetar las leyes de la naturaleza?

Lo que tengo claro es que no se trata de una moda, pero sí que hay suficiente espacio para que ambas tendencias cohabiten juntas en lugar de limitarlo todo a un único modelo. ‘Capitán Calzoncillos, su primer peliculón’ (‘Captain Underpants: The First Epic Movie’) es un buen ejemplo de ello, ya que asimila los avances tecnológicos pero recupera un espíritu propio de hace varios años en los que cualquier loca parecía posible, y lo hace además de una forma bastante divertida.

Aspiraciones "limitadas" con un gran resultado

Escena Capitan Calzoncillos

Lo primero que conviene destacar sobre esta adaptación del célebre personaje literario creado por Dav Pilkey es que se trata del primer gran ejemplo de cómo Dreamworks está intentando apostad por un modelo diferente que le permita mantenerse en el competitivo mundo del cine animado sin gastar tanto como antes. Valga como prueba de ello que el presupuesto de la cinta que nos ocupa asciende a apenas 38 millones de dólares cuando tanto ‘El bebé jefazo’ (‘The Boss Baby’) como ‘Trolls’ costaron 125.

Resulta por tanto lógico pensar en ella a priori como una cinta barata a la que no han prestado tanta atención, pero lo cierto es que se trata de una aventura dinámica que tiene muy claro qué quiere contarnos y cómo hacerlo. Eso se traduce en un humor directo y sencillo, siendo esto último también lo que mejor define tanto su argumento como el desarrollo del mismo. Todos sabemos qué va a pasar y cómo van a hacer que la historia llegue allí, pero la clave está en el encanto que sus responsables logran imprimir a la película.

Imagen Capitan Calzoncillos

La gran virtud del nuevo trabajo de David Soren tras la deficiente ‘Turbo’ es que nunca se corta a la hora de potenciar su loco punto de partida, tanto en escenas puntuales que en sí mismas no desarrollan nada la historia como a largo plazo. Lo que importa aquí no es tanto el necesario enfrentamiento contra el inevitable villano como los gags que van soltándose cada dos por tres.

No todos funcionan -tendríamos que hablar de ella como una obra maestra si lograba algo así-, pero sí que una gran cantidad de ellos están lo suficientemente cerca de la diana como para que la diversión nunca decaiga, mientras que aquellos que fallan en su intento nunca lo hacen de una forma tan grave como para sacarte de la película. Eso sí, reitero que se trata de un humor sencillo y directo, que confía bastante en lo físico, en lugar de buscar formas más adultas.

'Capitán Calzoncillos, su primer peliculón' es justo lo que quiere ser

Capitan Calzoncillos

Teniendo eso en cuenta, resulta esencial valorar ‘Capitán Calzoncillos, su primer películón’ por lo que quiere decir. Sé que esto puede sonar a excusa para defender cualquier película, pero en muchos casos hay una diferencia brutal entre intenciones y resultados. No vale con querer ser un buen entretenimiento, hay que saber cómo hacerlo. ¿Y cuál es la fórmula aquí para conseguirlo? Claridad de ideas y confianza en ellas por básicas que puedan ser.

Seamos claros, ‘Capitán Calzoncillos, su primer peliculón’ es una película que no me extrañaría que se hubiera convertido en la favorita de muchos de nosotros si la hubiéramos visto cuando teníamos 8-10 años. Tiene ese toque loco para hacerla destacar -y aquí hablo tanto en términos argumentales como visuales-, entra de lleno en la importancia de la amistad, tiene un ritmo frenético, usa a los superhéroes con soltura y da a los chavales un rol clave en el devenir de la historia.

Chavales

Además, tiene un tono entusiasta que hace más sencillo que uno se deje llevar por lo singular de su propuesta sin pararse a pensar que esto o aquello no tiene mucho sentido. Esa última regla no aplica cuando con un anillo que viene de regalo con los cereales del desayuno hipnotizas a alguien y consigues que se convierta en el superhéroe que habías creado junto a tu mejor amigo. Lo tomas o lo dejas, y la verdad es que hay películas que van de serias e intensas que te piden aceptar como normal cosas mucho más absurdas.

La animación también funciona como punto de apoyo. Es cierto que valorándola en sí misma se queda muy lejos de, por ejemplo, cualquier producción de Pixar, pero es que este punto no es algo que la película considere esencial. Aquí la clave está en intentar recuperar unas formas de antaño introduciendo algunas de las novedades de los últimos años, y el resultado funciona más que razonablemente bien. Por lo demás, es cierto que los personajes no son especialmente memorables, pero todos cumplen adecuadamente con su función dentro de la película.

En definitiva, ‘Capitán Calzoncillos, su primer peliculón’ es un gran pasatiempo que ofrece un tipo de diversión más propia de algunas series de dibujos que veíamos por las mañanas en su momento que el cine animado de Hollywood llevaba tiempo dejando de lado. Claro que se le pueden poner pegas más allá de que algunos gags no funcionen, pero lo importante es que excede con holgura sus objetivos mínimos y su ajustado metraje se pasa volando. Para algunos quizá sea una chorrada, pero en todo caso sería una muy buena chorrada.

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