Que nadie me malinterprete por el titular de este post. Vaya por delante que con él no quiero decir, bajo ningún concepto, que Koldo Serra haya plagiado a directores tan grandes como Sam Peckinpah o Sergio Leone. Al contrario, yo creo más bien en una inspiración y en su particular homenaje a un tipo de cine, realizado en los años 60 y 70, y al que Serra admira profundamente. Para un servidor no hay cosa más bonita que plasmar tus referencias cinéfilas, las que verdaderamente te marcaron, en una película hecha con toda la ilusión y las ganas del mundo.
Evidentemente, que ese amor por un tipo de cine que le ha marcado, no llega para hacer una gran película, además hay que tener talento, o que todos los elementos de un film casen a la perfección. Personalmente, pienso y creo que Serra tiene un gran talento como director. Pero en ésta su ópera prima, me parece que fallan otros elementos como el guión y una dependencia demasiado evidente de todo ese cine a referenciar. Puede que premeditado, puede que sin querer, y encima, nosotros los críticos a subrayar una y otra vez que se ha inspirado en films míticos, como el magistral 'Perros de Paja', de la que prácticamente toma casi todo su argumento, pareciendo que le restamos méritos. Y ahora tampoco seáis malpensados, no voy a decir que 'Bosque de Sombras' sea una mala película, ni muchísimo menos, pero tampoco me parece esa gran obra que se empeñan en decir en algunos sitios.
Sobre su argumento poco que decir, cogéis 'Perros de Paja' y es lo mismo cambiando algunas cosillas aquí y acá. Bromas aparte, el film narra las vacaciones que dos parejas de ingleses pasan al norte de España, a finales de los 70, en un lugar alejado de la mano de Dios, y cerca de un pueblecillo rural, con una gente con la que pronto empezarán a tener problemas, derivados sobre todo de la incomunicación y de un marcado choque cultural.
Ni que decir tiene que lo que más me ha gustado del film es la impecable labor de Serra como director, con todas esas referencias de las que antes os hablaba. Aunque dichas referencias tienen un doble resultado. Por un lado, en el apartado formal es donde la película alcanza sus mayores logros. Su aspecto visual es magnífico, con ese bosque como lugar en el que ocurren la mayoría de los acontecimientos, perfectamente fotografiado, sobre todo cuando llueve, recurso muy bien utilizado en consonancia con lo que se va contando. Personalmente lo que más me llena es ese look de western que tiene el film, y la forma en la que Serra utiliza la cámara, moviéndola cuando es necesario y sosteniendo el plano cuando la acción lo requiere. En ese aspecto, me asombra el estilo del director, y digo que me asombra, porque esta película no parece en absoluto rodada por un principiante, aunque este argumento no sea válido para muchos, ya que a lo largo de la historia del cine nos encontramos con óperas primas impresionantes. Pero con ello sólo quiero decir que el film se aleja totalmente de lo que estamos acostumbrados a ver en nuestra cinematografía, cuando se trata de óperas primas.
Pero por otro lado, creo que argumentalmente el film no tiene la fuerza necesaria. Yo sí veo jusificada toda la explosión de violencia que sucede en el film. Hay una escena en concreto que la justifica, y todos sabemos cuál es. Sin embargo, me pasa algo muy curioso con la película en general, y es que no llego a impresionarme. La sigo con cierto interés, a veces por delante del director, debido a esas referencias demasiado obvias con el film de Peckinpah, y otras veces no tanto. Pero al margen de eso, creo que al film le falta esa fuerza que pretende tener, carece de la grandeza necesaria para enmarcar al film dentro de las obras importantes. Y el crescendo tampoco me parece del todo conseguido, influyendo en un supuesto clímax final, que creo no existe.
Respecto al trabajo actoral nos encontramos de todo. Las actrices Virgine Ledoyen y Aitana Sánchez-Gijón creo que son meros objetos sexuales, sobre todo el primero (por razones más que evidentes), y que no aportan nada al relato después de que todo estalle, es como si sus personajes se desvanecieran. Paddy Considine es un claro reflejo del personaje de Dustin Hoffman en la película que Serra va a odiar el resto de su vida, pero no veo bien reflejada su frustración con respecto a su pareja, y no me terminan de convencer algunas de sus decisiones. Gary Oldman les gana la batalla de lejos. El actor está fantástico, aunque un servidor ha tenido que joderse porque en mi ciudad tuve que aguantar la horrorosa versión doblada, y he oído la voz de su eterno doblador, que siempre me distancia de la labor del actor. Aún así, su cometido es altamente disfrutable, y da la sensación de que se lo pasó en grande.
Sin embargo, Oldman no me parece el mejor del reparto, sino Lluís Homar, quien está absolutamente antológico en un personaje que nunca sabes por dónde va a salir, y en el que se encuentran concentrados muchos sentimientos dispares, desde el desprecio hacia los que viene de fuera, hasta el profundo amor que siente por los suyos. Creo que es el personaje mejor definido, y uno siente realmente el despedirse de él cuando la proyección termina. Homar y su personaje están al frente de los lugareños del sitio donde acontece la acción, encarnados todos estupendamente, aunque salgan poco en pantalla.
SPOILER. Dejo para el final la referencia con la que yo he disfrutado más. En el enfrentamiento final entre Considine y Homar, ese duelo bajo la lluvia, suena una música campaneante salida de un crucial objeto para cierto personaje. Es imposible no acordarse de 'La Muerte Tenía Un Precio' y el duelo final entre Gian Maria Volonté y Lee Van Cleef, donde cierto reloj jugaba un papel importante. FINAL SPOILER. Evidentemente, la escena no tiene la misma intención, pero un servidor se emocionó en demasía, y agradece profundamente a Serra el devolverle a cierta tarde de domingo de hace muchos, muchos años, en un ya desaparecido cine, en el que disfruté de esa joya de Sergio Leone con la que un servidor descubrió su amor por el Séptimo Arte. Por cierto, y ya que aquí he hablado de música, me parece sensacional el uso de la música en el film de Serra, con esa txalaparta apareciendo en los momentos más inesperados, y dotando al film de cierta aureola casi mágica.
Una correcta película, que bebe demasiado del cine que su director ama, y que nos deja enormemente pendientes de su próximo trabajo, algo que no se puede decir de un montón de colegas suyos de profesión, incluídos los que ya tiene algunas películas en su haber. En Blogdecine: