‘Un plan brillante’: un film sencillo y agradable, aunque no brillante

‘Un plan brillante’: un film sencillo y agradable, aunque no brillante
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Una jovencísima reportera, que presume de su carrera profesional, entrevista a Laura Quinn (Demi Moore), que tuvo el mérito de llegar a ejecutiva de ventas durante los años ‘60 en la Londinense de Diamantes, la principal distribuidora de estas piedras preciosas del mundo. A través de un flash-back, presenciamos cómo Laura da su vida por el trabajo y siente una tremenda frustración al ver que hombres menos preparados que ella reciben los ascensos que considera que se merece. El Sr Hobbs (Michael Caine) es un veterano conserje que adivinará la frustración que siente esta mujer y tratará de utilizar este sentimiento para llevar a cabo un plan que lleva años hurdiendo. Aquí se puede ver un tráiler.

Como todo suele venir por rachas, a partir de este viernes veremos a Sir Michael Caine robando diamantes en este film y, desde el viernes siguiente, día 11, podremos volver a presenciarlo envuelto en un hurto de joyas en 'La huella', el remake del film homónimo de Joseph L. Mankiewicz , que esta vez tendrá guión del dramaturgo Harold Pinter. Aquí podéis leer mi crítica de 'La huella'.

‘Un plan brillante’ (‘Flawless’) es una película correcta, con un estilo clásico, como corresponde a la época en la que se ubica y al director que la lleva a cabo: Michael Radford, famoso por ‘El cartero y Pablo Neruda’ (‘Il Postino’). Lo último que hizo este hombre fue un ‘Mercader de Venecia’ (‘The Merchant of Venice’, 2004) que no soporté. En el film que nos ocupa, aunque se pueden apreciar elementos burdos, el resultado genérico es bueno o quizá estaría mejor llamarlo agradable.

Homenajeando sin ningún disimulo —ya que los personajes van al cine a ver este film— a ‘Oro en barras’ (‘The Lavender Hill Mob’, 1951), fruto de Charles Crichton (director de la desternillante ‘Un pez llamado Wanda’) y de la divertida y célebre productora Ealing, el guión despliega un sencillo plan que no se habría sostenido si el film se situase en el presente, después de lo sabihondos que nos hemos vuelto los espectadores tras ver todas las versiones y todas las imitaciones de C. S. I. Como referente actual se puede citar, a kilómetros de distancia, la última y gran película de Spike Lee ‘Plan oculto’ (‘Inside Man’).

Del guión de Edward Anderson, quizá la resolución final y el mensaje social son lo que más descoloca. Las moralinas, por positivas que sean, siempre molestan, si se transmiten de forma muy descarada. Por ello, la manera en la que termina el film queda muy facilona en cuanto al tema policíaco y muy blanda e increíble en cuanto a la cuestión humana (no especifico más para no destripar el final).

Moore quizá está más afectada de lo necesario, por no hablar del desastroso maquillaje para convertirla en vieja que, afortunadamente, sólo tenemos que presenciar en un par de escenas. Sin embargo, Caine demuestra como siempre ser un tremendo actor que puede con todo. La inesperada transformación de hombre apocado y sin visión de futuro a cerebro del maléfico plan, así como otra que no quiero desvelar, son las mejores sorpresas que nos guarda este film. Por lo tanto, la versatilidad de este actor británico, que aquí interpreta a un sudafricano, le otorga al film una categoría que, de otra forma, no alcanzaría.

Aunque me hace gracia el juego de palabras que se ha incluido en la traducción del título, que mezcla la piedra preciosa y la inteligencia del plan, es difícil que el término brillante se aplique a la labor de Radford. Como decía, las mayores características de este film son que su guión es sumamente sencillo y que su estilo se acerca mucho al de producciones de hace décadas. Estas dos apreciaciones pueden entenderse como puntos peyorativos, pero también como lo que consigue que su visionado se haga muy agradable; ya que es, precisamente, su falta de pretensiones excesivas, lo que ayuda a la película a no presentar ningún defecto reseñable y a no hacer que nuestro veredicto sea negativo. Un par de escenas policíacas redondean el buen rato que se pasa viendo algo bastante parecido al cine de atracos sesentero que, si bien no era perfecto, tenía su encanto.

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