Tanto el cine como la televisión ha intentado sacar partido de la gran popularidad de los videojuegos en varias ocasiones. Algunas fueron éxitos en taquilla y otras fracasaron, pero lo más habitual es que fueran obras entre lo discreto, lo decepcionante y lo horrible que no dejaban con ganas de más. Temía que 'Arcane' fuera a ser un nuevo ejemplo de esto, pero la realidad ha sido bien distinta.
Basada en el universo 'League of Legends' y diseñada a modo de precuela para contar los orígenes de sus protagonistas, 'Arcane' es también un movimiento atrevido por parte de Netflix, tanto por romper con su modelo de estrenar toda la temporada de golpe como por haberse podido ver también en Twitch de forma oficial. Todo eso la convierte en una serie llamativa, pero además de una gozada visual que se toma las cosas con calma a la hora de contar su historia.
Unas bases sólidas
No me cabe duda de que aquellos que ya estén familiarizados con los personajes de 'Arcane' tendrán un elemento de disfrute adicional -yo confieso que nunca me había sentido muy atraído por el mismo-, pero una cosa que hace bastante bien la serie es dejar respirar a sus personajes, planteando con cuidado sus motivaciones y optando por un ritmo más pausado de lo esperado para conseguir que tenga unos cimientos fuertes sobre lo que seguir construyendo. Así también consigues una obra más accesible para aquellos recién llegados a este universo que podrían sentirse expulsados en caso de confiar demasiado en la mitología preexistente.
Eso sí, justo es reconocer que el guion no es la mayor fortaleza de la serie pero sí que se le ha dedicado suficiente tiempo para que no sea un lastre. Hay algunos diálogos planteados de forma un poco monótona y narrativamente no es una obra fascinante, pero sí una con suficiente gancho como para dejarte con ganas de ver cómo evolucionará todo.
A su manera eso es algo que también sucede con sus personajes -a fin de cuentas son ellos los que tienen que lidiar con esos diálogos-, pero ahí, al menos en su versión original en inglés, hay un gran trabajo en la selección vocal de los actores para que la expresividad que se consigue a través de la animación encuentre un apoyo imprescindible. Ni rastro aquí de decisiones tan desastrosas como las que hubo en su momento con 'Memorias de Idhún'.
Además, sus motivaciones están bien planteadas y se va alternando con acierto sobre quién recae el protagonismo en cada momento para que todos pongan su granito de arena en la presentación del mundo en el que habitan. Otro ejemplo más de tener algo interesante y sólido sobre lo que seguir construyendo.
Un milagro visual
Sin embargo, el gran aliciente de 'Arcane' es su sensacional animación, a caballo entre una animática de videojuego pero con una expresividad muchísimo mayor y esos diseños que normalmente encontrarías en un libro de arte pero que luego nunca terminan de ser así en el producto final. Detrás de ella está el estudio francés Fortiche y una combinación única de animación en 2D y 3D.
El resultado es poco menos que milagroso, logrando dotar a las escenas de acción es una energía sin paragón, mientras que en los momentos más calmados se logra momentos de gran belleza con toques casi pictóricos. Y lo mejor de todo es que todo esto se consigue sin provocar ningún tipo de atrofia visual. Todo fluye mientras uno se pregunta cómo han sido capaces de algo así y por qué no hay más series o películas con este estilo. Cuestión de tiempo, imagino.
Por cierto, no es la primera vez que este estudio trabaja en este universo, pues en su momento ya se ocuparon de animar el videoclip de 'Warriors', el tema de Imagine Dragons que se usó como canción oficial del Campeonato Mundial de 'League of Legends'. Ya entonces se percibía que había algo especial en su forma de trabajar, pero en 'Arcane' la mejor ha sido brutal.
En resumidas cuentas
Los tres primeros episodios de 'Arcane' han sido una gran sorpresa. Probablemente los fans de este universo ya confiaban en encontrarse con algo así, pero es que también es una serie que pone las cosas fáciles para los recién llegados con una buena historia que no da nada por sentado y una alucinante animación. Lógico que haya conseguido destronar a 'El juego del calamar' como serie más popular de Netflix.
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