Recientemente comentábamos el sabor de boca agridulce que deja la irregular 'Sweet Home' (2020), una serie de terror y acción que ha aparecido al mismo tiempo en Netflix que 'Alice in Borderland', otra serie de carácter fantástico proveniente de Japón y dirigida por Shinsuke Sato a partir del manga de Haro Aso que, si bien tampoco acaba de rematar, es mucho más sólida y consistentemente entretenida que la coreana.
En este caso tenemos menos monstruos y mutaciones pero no menos violencia, ya que la serie es una nueva visita a los temas favoritos de la cultura japonesa de ciencia ficción, las gymkanas con espíritu de videojuego en la que una serie de personajes trata de sobrevivir a muerte a una serie de pruebas que van poniendo a los protagonistas en una posición de supervivencia forzada, a modo de distopías crueles con reglas de dificultad creciente.
La Alicia del título de la historia, en alusión a la obra de Lewis Carroll, es Ryohei Arisu (Kento Yamazaki), que huyendo de la policía con sus amigos Daikichi Karube (Keita Machida) y Chota Segawa (Yuki Morinaga), acaba escondido en un baño de la estación de Shibuya para salir con la ciudad totalmente desierta con las luces apagadas, como si hubiera sucedido la siega de 'The Leftovers' en cuestión de dos minutos.
Esto es el inicio de una serie de juegos de supervivencia cuyas instrucciones se transmiten a los jugadores a través de smartphones con la regla general de que, quien pierde, es ejecutado por medio de un láser vía satélite o sufre una explosión de su collar en el cuello. Ryohei, que pasa la mayor parte de su tiempo jugando videojuegos, rápidamente comienza a reconocer la lógica que sustenta los diseños del juego, aunque algunos son demasiado diabólicos incluso para que él los pueda descifrar.
Cuando se encuentra con otros jugadores también varados en la capital desierta, entabla una alianza con Yuzuha Usagi (Tao Tsuchiya), una alpinista cuya destreza física es el complemento perfecto a sus habilidades de resolución de problemas. El desarrollo de los episodios tiene un arco general pero un estilo de "prueba de la semana" en la que los protagonistas van pasando de campaña a campaña sobreviviendo a duras penas.
La herencia de 'Battle Royale' es alargada
Las producciones japonesas más exitosas de Netflix de estos años han sido de anime, por lo que tiene sentido que sus producciones de acción real vayan dirigidas a la misma audiencia, y explica que la lógica dramática tenga mucho que ver con otros Live action del estilo, y además no sorprende que el artífice detrás de 'Alice in Borderland', viene de dirigir uno de los precursores más obvios de la serie, 'Gantz' (2011).
Aquella funcionaba de manera similar, con un grupo de personajes desconocidos atrapados en un misterioso purgatorio, donde se ven obligados a participar en misiones muy mortales con enemigos cambiantes que les hacen vacilar en los momentos más inoportunos. Pero aquí tenemos un mundo menos fantástico, con esos monstruos tan delirantes y algo más centrado en el proceso de ingenio para con cada enemigo, y reglas parecidas a 'Battle Royale'.
Con pruebas que van pasando por la gran 'Escape Room' original, 'Cube' (1997) hasta el planteamiento de Stephen King en 'Perseguido' (The Running Man, 1987), 'Alice in borderland' se convierte fácilmente en una serie adictiva, con buenos valores de producción que no hacen añorar una versión de con Anime. Sin embargo, tampoco llega a explotar del todo sus posibilidades y queda como un agradable pasatiempo con gore, acción y algo de drama sin mucho calado, pero que al menos da signos de vida en el panorama de ficción nipona.
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