Aquí, en Donosti, después de un fin de semana bastante pasado por agua, ha llegado un tiempo desapacible y extraño. Lo mismo te asas de calor cuando sale el sol, que dos minutos después el astro desaparece y te deja a merced del viento que sopla gélido desde el mar, y te congelas. Por mí encantado, porque a diferencia del muchas otras personas, por lo que parece mi sistema respiratorio está en plena forma, y no me cojo un resfriado cada vez que una brisa fresca te coge un poco desprevenido.
Digo todo esto, porque si las tosecitas de los cines (ese eco que acaba convirtiéndose en una serenata que se expande como la ola de los estadios de fútbol) dan para un ensayo literario, en los festivales dan para una novela. Con todo el trajín que supone de visionados un festival, tener que aguantar que la gente no sea capaz del mínimo de educación exigible de taparse la boca cuando se tose, puede ser insufrible. Para que luego digan que el trabajo de los críticos es fácil. Espera que me río.
Resumen de dos días de locura
Voy a hacer un resumen tanto de ayer domingo como de hoy lunes, ya que ando retrasado por motivos de salud y de conexión, y es que parece que todo viene a la vez, y no puedes lidiar con varias cosas que te vienen encima y te imposibilitan de todo punto el trabajo.
Se ha visto la de Juan Jose Campanella, y a todos nos ha gustado mucho. ‘El secreto de sus ojos’ suena muy fuerte para alzarse con la Concha de Oro. Hay quien la califica de grandiosa. Yo no diría tanto, pero está claro que este thriller romántico está tan bien hecho que consigue prácticamente todo lo que se propone, y eso, en el cine de género actual, es decir mucho. Recibió una gran ovación, parece imposible que se vaya de aquí sin nada. Aunque en este certamen nunca se sabe.
El que no parece que tenga muchas papeletas es Christophe Honoré con ‘Making Plans for Lena’, que en teoría intenta hacer un discurso feminista, pero que es tendenciosa hasta decir basta. El director y su actriz, Chiara Mastroianni, la defendieron panza arriba en la rueda de prensa, pero no había nada que defender.
Mucho más interesante es, de lejos, la propuesta de Lu Chan, que con su ‘City of Life and Death’, centrada en las torturas japonesas a los chinos en la guerra de 1937, nos ha puesto a todos la carne de gallina, pero de una forma elegante y contenida, con unas horrendas y aún así bellas imágenes en blanco y negro. Toda una sorpresa. Tampoco pasaría nada si gana la Concha de Oro, o el premio al mejor director.
Otra cinta que ni fu ni fa, aunque algunos aplausos se oyeron, fue la producción alemana ‘This is Love’, de Mathias Glasner. Se trata de una historia bastante sórdida que habría ganado bastante si su director no se empeñara en convertirse en una especie de Martin Scorsese y se centrara un poco más en lo que se supone que está contando. Aún así, hay ciertos rumores de que el director puede colarse entre los premiados, y es que eso de hacerse el cool y desaprovechar un buen planteamiento obtiene cierto eco entre muchos jurados.
Por último, y para terminar de ponerme al día, hoy hemos visto, por la tarde, ‘Get Low’, de Aaron Schneider. Es un debutante que hace unos años ganó el Oscar con un cortometraje suyo. La película es predecible y clasicota hasta decir basta. No me parece digna de un festival de esta categoría. Eso sí, Robert Duvall es un lujo, un genio del cine, y Sissy Spacek otro. Entre ambos la salvan de la quema.
Mañana…
Pues termino estas líneas cerca de la 1 y mañana a las 9 quisiera ver en Zabaltegi la nueva de Jarmush. ¿Podré? Eso espero. Y también dos películas de la sección oficial, claro está. Lo dicho, va a ser intenso. Esperemos que las cintas merezcan la pena.
Hasta mañana.
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