La enorme cantidad de western legendarios que se fueron estrenando a lo largo de los años dio multitud de alegrías a los amantes de las películas del oeste. Y es que es muy fácil pensar solamente en John Wayne y Clint Eastwood, pero este género va muchísimo más allá de dos grandes estrellas como ellos. Hay multitud de ejemplos de ello, pero hoy toca hablaros de uno tana atípico como legendario: 'Raíces profundas' ('Shane').
Estrenada en 1953, 'Raíces profundas' es un clásico indiscutible del western que va mucho más allá de que cuente con un 97% de valoraciones positivas en Rotten Tomatoes o que cuente con un impresionante 85 sobre 100 en Metacritic. Un gran motivo para ello es su ambiguo final, sin una duda uno de los más míticos de la historia del cine, ya que es imposible demostrar de forma tajante qué significa. Lo que sí tiene es un increíble poder simbólico que hace que todavía resuene tantos años después.
Inolvidable

'Raíces profundas' parte de una novela de Jack Schaefer publicada apenas cuatro años antes de su estreno y no tiene problemas en introducir algunos cambios respecto a la misma, como el look que lleva su protagonista. Sin embargo, el misterio alrededor de su pasado se mantiene, dando así un toque único al Shane interpretado por Alan Ladd en el mejor papel de toda su carrera.
Lo cierto es que Ladd no era el actor con el que quería contar George Stevens ('Un lugar en el sol'), pero la falta de disponibilidad de sus opciones favoritas -Montgomery Clift y William Holden- acabó llevando a que él diese vida a uno de los personajes de western más icónicos de todos los tiempos, hasta el punto de que funcionó como referente a para muchos actores, Eastwood entre ellos.
Aquí da vida a un misterioso forajido que quiere huir de su pasado e intenta refugiarse y conseguir una redención a priori imposible ayudando a una familia. Un héroe solitario y atípico para la época que entable una curiosa relación con el hijo de esa familia que mencionaba, lo cual permite que 'Raíces profundas' tenga una energía muy diferente a la mayoría de westerns de Hollywood. Ojo, la rivalidad con otros vaqueros también está ahí y estalla en su violento tramo final.
Además, Ladd está muy bien acompañado en el reparto, desde Jean Arthur hasta Van Heflin, sin olvidarnos de un jovencísimo Brandon deWilde que llegó a ser nominado como mejor actor de reparto en los Óscar, mismo reconocimiento recibido por un implacable Jack Palance como uno de los grandes antagonistas de la función. Eso sí, ninguno de los dos consiguió la preciada estatuilla, ya que el triunfador de la noche fue para Frank Sinatra por su inolvidable interpretación en 'De aquí a la eternidad'.

A ello hay que sumarle el preciso trabajo de puesta en escena de Stevens, quien planifica todo de forma muy diferente en función de si la secuencia transcurre en interiores o en exteriores. Y ojo en el segundo a la tremenda aportación de Loyal Griggs para que 'Raíces profundas' tenga una belleza visual indiscutible aprovechando las posibilidades de los escenarios naturales utilizados. Tampoco viene nada mal la excelente banda sonora de Victor Young que sí fue premiada con un Óscar, el único que consiguió la película.
Por mi parte, confieso que la primera vez que vi 'Raíces profundas' hace 20 años no terminé de conectar del todo con ella, pero mi afecto hacia ella ha ido creciendo a medida que ha pasado el tiempo, por lo que si en su momento no te impresionó, te recomiendo darle una segunda oportunidad. Y hoy tienes una gran oportunidad para ello, ya que se emite esta noche en Trece a partir de las 21:50, mientras que si prefieres la opción del streaming, la encontrarás en SkyShowtime.
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gonzalojesuscasanova
PROFUNDAS RAÍCES: SHANE, GEORGE STEVENS
“Esto es una herramienta; ni mejor ni peor que cualquier otra, un hacha, un azadón. Un revólver es bueno o malo según quien lo empuña, ¡recuérdelo!” De este modo Shane expone a Marian Starret su personal perspectiva respecto al Homo Ergaster, al Yo soy Yo y mis utensilios.
“Raíces Profundas” está considerada como una de las grandes de Vaqueros, y desde mi posición con toda justicia. La vi de muy niño y me gustó; la vi con veintitantos y me dije a mí mismo: esto no es una de tiritos del Lejano Oeste, ¡es una obra maestra! En los siguientes decenios he vuelto sobre ella no pocas veces, sin que mi admiración decrezca.
¿Qué es infantil? Pues muy probablemente, pero es que la historia es “relatada” desde el punto de vista de un niño (como en la novela); así explicaba p.ej. George Stevens a su propio hijo ese momento, tan tópico y para chavales, de Ladd haciendo girar rápidamente su seis-tiros antes de enfundarlo aún con más celeridad.
Eso es fundamental para “captar” Raíces Profundas, esto es, la mirada/comprensión de Joey sobre lo que le rodea, bastante intenso y dramático. Por mi parte no tengo problemas en que un largometraje sea un tanto candoroso, o no muy creíble, o algo fantasioso etc.; si sobresale en el lenguaje cinematográfico, ya saben Vds., cortar & empalmar las tomas, éstas largas y con desplazamiento si es posible …; con esto me basta y me sobra para que lo valore como Arte.
Ello está sin ninguna duda en esta obra del buen George. He de confesar, ya que estamos con confianza, que en los últimos años y en no pocas ocasiones, hallándome con ganas de deleitarme con el séptimo arte, me he puesto a ver los veinte últimos minutos de “Shane”. ¿Y qué encontramos ahí? Pues una pelea de epopeya entre dos buenos hombres, que se enfrentan debido a las circunstancias desafortunadas; ¿un culebrón?, pues no señores míos, sino resultado coherente del guión, rodado con gran brío formal.
Después, montaje en paralelo, Joey/Shane – Joey/Shane …, cortar/pegar. A continuación, en el bar y el tiroteo, lo que hallamos es expresionismo alemán y Caravaggio; nos creeríamos que lo ha filmado Fritz Lang, ¡el mejor Lang! Finalmente, “¡vuelve Shane!”, i.e. emoción a grandes carretadas; no, no es un folletín, sino los recursos (los utensilios) de las imágenes en movimiento para generar estética y ética, y con ello Arte.
Soy muy consciente que el personaje de Shane, con fundamento sin duda en el estilo de rodaje de Stevens, ha sido interpretado de modo netamente simbólico; sí, incluso como mito, o arquetipo. Desde Galahad, El Hombre Errante, a Jesús Nazaret, pasando por … ¡lo que Vds. quieran!
Respecto al tercero ciertamente todo apunta a que nuestro artista era de profunda fe cristiana, ¿no rodó después “Historia más Grande jamás Contada”? Por cierto, si conocen Vds. un largometraje más hermoso/bello/estético/espléndido/pretty (como la Woman) …, por favor ¡hagan el favor de comunicármelo!
¡Ah sí!, No olvidemos a Rufus Ryker; con es aspecto de profeta bíblico, o de rey hebreo furibundo; ¿o quizás de Zeus tonante, debido a un cabreo monumental contra los colonos?
Una vez más no entro demasiado, o casi nada, en esta arena de las interpretaciones de quién o qué es (representa) Shane. Me quedo, me basta, con la excelencia en el empleo de los medios visuales (del Homo Faber), que genera Arte, i.e. un producto más de la techne del bípedo implume que “manipula”.
Jmgd
Nunca fue una de mis películas favoritas de este género,tiene de todo para ser una de las mejores, pero falla en su protagonista, Alan hace su mejor papel ,pero no llega a ser una gran interpretación.