Vamos a empezar con algo que es una obviedad a estas alturas: 'Bluey' es una obra maestra. No "de la animación infantil" o "de los productos educativos". Es una obra maestra, a secas, que ha conseguido hacer lo imposible: apasionar a los niños y hacer que los adultos estén siempre dispuestos a verla. Qué demonios, yo no tengo hijos (ni intenciones) y estoy absolutamente subyugado por un tono al mismo tiempo cómico y tierno que ha encontrado el balance perfecto: jamás llega a ser ñoña, siempre tiene una segunda capa de humor para los padres y nunca, jamás, se pasa de la raya... aunque eso, desde luego, no es lo que opinan en Disney+.
¿A qué jugamos hoy?
Podría pasarme todo el artículo recomendando episodios de 'Bluey' que me han hecho reír y llorar, muchas veces al mismo tiempo: 'Abuelo', 'La habitación', 'Perfecto', 'El niño tortuga' o 'Cuento de hadas' son absolutas maravillas tiernas (y, en ocasiones, dolorosas) que no deberíais pasar por alto. Los capítulos de esta serie australiana duran siete minutos, pero se quedan contigo durante mucho más tiempo. Son una nube adorable que no renuncia a romper la cuarta pared, mostrar nuevos estilos de animación, plasmar la cara y la cruz de ser padre y, al mismo tiempo, enseñar a los chavales comportamientos cívicos casi sin que se den cuenta.
'Bluey' ha sido copiada hasta la saciedad, dejando de una vez por todas atrás a series como 'Teletubbies', 'Pocoyó' (por la que conservo gran respeto, todo sea dicho) o 'Peppa Pig'. Es un tesoro que ha cosechado una merecida fama internacional, supone millones de euros en merchandising anuales y se ha aupado como uno de los contenidos licenciados más importantes de Disney+, donde puedes encontrar 140 episodios (aún quedan diez de la temporada 3 por subirse). El problema es que hay 141.
Si no has visto nunca la serie, es el momento de ponerte en contexto para que entiendas el porqué del episodio censurado: 'Bluey' consta de pequeños cortos autoconclusivos donde dos hermanas perrunas, Bluey y Bingo, juegan con Chilli y Bandit, sus padres. O, más bien, les hacen la vida imposible con mil jugarretas, incluso cuando ellos solo quieren estar tirados en el sofá mirando el móvil. Hay variaciones de este esquema, pero básicamente es el día a día de dos niñas, su familia y sus amigos, en un mundo de animales antropomórficos. ¿Qué hay que censurar aquí?
Pedos y embarazos
Antes de 'Dad Baby' hubo otro episodio censurado que Disney finalmente recuperó, el 13 de la temporada 2. En el streaming lo podéis encontrar como el 27 de la temporada 3, 'Asamblea familiar' (o, según el doblaje, 'Juicio familiar'), donde montan un juicio improvisado para dictaminar si es cierto que su padre se ha tirado un pedo ("presuntos gases") en la cara de Bluey. Sí, sé que parece grotesco, pero es divertido, único y trata el tema con relativa sutileza. La censura aquí era ridícula y, al final, fue reinstaurado sin mayores ceremonias. Ni que fuera el único episodio de una serie infantil sobre pedos.
Pero 'Dad Baby' lo va a tener mucho más complicado en una sociedad tan profundamente paternalista y mojigata como la americana. En el episodio, Bingo encuentra la mochila portabebés donde su madre la llevó durante meses, y Bandit acaba probándosela... con su hija dentro. El resto del episodio es una parodia del embarazo ("Oh, tengo hambre, oh, necesito sentarme, algo sobre estrías") que culmina en una escena tan grotesca como puramente 'Bluey': el padre "dando a luz" a Bingo en la bañera con la ayuda de un vecino y de su otra hija.
Dentro de las enseñanzas de la serie (la sinceridad, la educación, la necesidad de estudiar, tratarse de manera amable) no podía faltar un episodio sobre educación sexual para niños de 4 a 12 años: a estas alturas no hace falta contar, otra vez, el cuento de la flor y la abejita. 'Bluey', con mucha coña marinera, hace un teatrillo del embarazo y muestra, a su manera, un parto, dejando abierta la conversación entre padres e hijos. Es un episodio extraño, pero que encapsula totalmente lo que deberían ser las series infantiles: un arrebato de diversión que prepara, de alguna manera, para el futuro. Pero, si Disney no lo permite, ¿por qué existe este episodio? ¿Y cómo puede verse?
Ya verás cuando empiecen las patadas
Disney es la distribuidora mundial de 'Bluey', pero no su productora. ABC, en Australia, y BBC, en Reino Unido, co-producen la serie, y eso significa que se puede emitir sin problemas allá donde no llega la garra de la censura. O sea, que tanto en Sidney como en Londres han podido ver 'Dad Baby' sin problema en su emisión televisiva. No es que se trate de una conspiración, ni mucho menos: es un extra en los packs de formato doméstico y está disponible gratuitamente en las webs de las cadenas (a las que puedes acceder mediante VPN de forma gratuita). Vamos, que si quieres, puedes... Pero para ello, en primer lugar, tienes que saber que existe. Y los intentos de Disney ha hecho todo lo posible por borrarlo del mapa han sido infructuosos.
No solo hay cientos de vídeos en TikTok destacando momentos del capítulo: incluso hay un clip en su YouTube oficial de dos minutos que te da una idea de aquello que se ha considerado demasiado peligroso para que los niños lo vean... Y, como hemos dicho, ha sido emitido en televisión y, como tal, grabado y subido a Internet. Obviamente, Disney jamás ha explicado los motivos por los que elimina el episodio, aunque viéndolo es, la verdad, dolorosamente obvio. Puedes pensar que esto forma parte de una agenda o algo similar (¿quién te lo va a impedir?), pero al ver el episodio queda claro que, al igual que la mayoría de episodios de 'Bluey', su única intención es hacer reír y señalar a Bandit, una vez más, como objeto de las bromas más crueles de sus hijas.
Joe Broom, el creador de la serie, en última instancia, tiene la contestación más adecuada a por qué este episodio existe si Disney claramente no lo iba a permitir: "¿Qué otra opción tengo, no hacer 'Dad Baby'? Me encanta". Esta no es la primera vez que Disney+ prohíbe episodios sin presiones externas de ningún tipo: por ejemplo, hay cinco episodios que faltan en 'It's always sunny in Philadelphia' y uno de 'Los Simpson' (el de Michael Jackson). ¡Ah! Y casi tenemos una censura más en 'Bluey', el 48 de la temporada 1, 'Tomar el pelo', donde las niñas inventan el término "ooga booga" para su padre.
El problema es que esa expresión tiene connotaciones raciales y una historia problemática a lo largo de los años, así que tuvo que regrabarse como "shooby-doo-wa" para su distribución internacional. De hecho, es así como nos ha llegado, tanto en doblaje como en versión original. Un pequeño consejo final: no dejéis pasar 'Bluey'.
Podéis pensar que es solo para niños, que no hay nada que podáis sacar de ella, que es una moda infantil... Y os estaríais equivocando. Es un remanso de paz, una nube de comedia blanca maravillosa con personajes adorables y tramas más complejas de lo que pueda parecer. La nostalgia suele ser mala consejera: los niños de la generación 'Bluey' tienen mucha, muchísima suerte. Pero sus padres, aún más.
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