La figura del director de cine reconvertido en una suerte de dictador inquebrantable ha trascendido como una suerte de icono popular representado en mil y una ficciones. No obstante, esta idea no ha surgido de la nada, sino que bebe de multitud de ejemplos que han derivado en la romantización de conductas que, después de todo, son deleznables.
A la cada vez más nutrida lista de cineastas con actitudes reprochables en set, en la que figuran titanes como Stanley Kubrick y realizadores como David O. Russell —que llegó a las manos con George Clooney— debemos sumar a un James Cameron cuya reputación de tirano le precede desde hace una larga temporada.
Jim, el tirano
Después de que Sam Worthington comentase en una entrevista con Entertainment Weekly que el responsable de 'Avatar' tenía la costumbre de decorar paredes con los teléfonos móviles que sonaban en plató utilizando una pistola de clavos, Zoe Saldaña ha hablado sobre la metodología del bueno de James.
Saldaña, que interpretó a Neytiri en la cinta original y en 'El sentido del agua', ha explicado en el último número de la D23 Magazine que "todos los rumores son ciertos" mientras, al mismo tiempo, ha alabado el trabajo del director.
"Es un director extremadamente colaborativo. Sí, todos los rumores son ciertos. Va a ser duro contigo porque es el más duro consigo mismo. Pero el artista más curioso, inventivo, científico e inquisitivo que he conocido nunca. Construye todo usando sus manos, usando cada neurona, y siempre espera que seas honesto y comprometido. Me encanta. Respeto mucho ese nivel de trabajo".
Además, la intérprete ha aprovechado la ocasión para ensalzar el cariz feminista de James Cameron.
"Otra cosa sobre Jim es que es un feminista auténtico. Hay muchos hombres, especialmente en esta industria, que quieren creer desesperadamente que son feministas. Pero en el momento en que son puestos a prueba o desafiados por la inteligencia de una mujer, o la fuerza de una mujer, o las preguntas de una mujer, no encajan nada bien con ese ideal. Y James destaca. Nunca me he sentido de otro modo que no sea respetada, desafiada y vista, escuchada y apreciada por mi trabajo y por mi valía no sólo como artista, sino como mujer. De todas mis experiencias con James Cameron, es de la que estoy más orgullosa".
Cameron, que se refiere a sí mismo como un "dictador de pacotilla", reconoció en una entrevista con el medio Slash Film que, después de todo, podría haber sido menos autócrata.
"Podría haber escuchado más. Podría haber sido menos autócrata. No podría haber hecho que la película fuese más importante que la interacción humana del equipo".
Entre lo expuesto con anterioridad y la anécdota sobre 'Abyss' que acabó con Ed Harris rechazando promocionar la película debido al "tormento físico" que sufrió, es comprensible que los miembros del equipo del largometraje de 1989 llevasen camisetas en las que podía leerse "No puedes asustarme, trabajo para Jim Cameron".
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