La seguridad en el set de rodaje es un tema al que no siempre se le ha prestado la atención necesaria, y no pocos actores han pagado las consecuencias de ello: Noah Hathaway, el Atreyu de 'La historia interminable', todavía recuerda las lesiones que sufrió rodando la película debido a que le tocó hacer sus propias escenas de acción.
La tortura interminable
Con 13 años, Noah Hathaway se metió en la piel del héroe Atreyu en la adaptación de Wolfgang Petersen de 'La historia interminable', la mítica novela de Michael Ende (película que el autor odió hasta el fin de sus días, por cierto).
Según relató el actor en una entrevista reciente, la idea original era que su personaje tuviera la piel verde, pero hicieron una prueba y el resultado fue tan horrendo que decidieron optar por darle un repaso con un espray autobronceador. Hathaway recuerda irse a la cama y mancharla entera de bronceador, pero el verdadero suplicio aún estaba por llegar.
Pese a que por aquel entonces tenía una energía inquebrantable (su madre lo comparaba con el Demonio de Tasmania), el rodaje de 'La historia interminable' le puso a prueba cuando Petersen se empeñó en que los actores hicieran sus propias escenas de riesgo.
Si bien "volar" en el Fujur animatrónico fue la parte más divertida, no lo fue tanto la de montar a caballo, en la que sufrió una muy mala caída que todavía hoy le sigue dando dolores de espalda:
"Antes de empezar a rodar, estaba entrenando con el caballo. Se asustó y saltó una valla. Di una voltereta, se me cayó encima y me rompió la espalda. Me pasé dos meses ingresado en un hospital alemán antes de que pudiéramos rodar ni una toma. Fue duro, pero logré recuperarme y luego rodamos casi un año entero".
Aunque esa fue sin duda la peor, no fue la única escena que le dejó para el arrastre: "Había presión todos los días. Wolfgang era un maniático. A veces, hacíamos 30 o 40 tomas (de escenas) cayendo de un árbol. No paraban de hacerme daño".
Otro momento que se lo hizo pasar mal fue la batalla entre Atreyu y Gmork, esa especie de lobo que manda la Nada para derrotarle: "(Gmork estaba) en un cañón de aire y alguien me puso justo delante. Era un animatrónico gigante que pesaba más de 100 kilos. Casi me mata. Me dejó como Frankenstein" explicó Hathaway, que tras el golpe contra el muñeco cayó insconciente al suelo y tardó unos minutos en despertarse.
Por supuesto, la escena en los Pantanos de la Tristeza fue casi tan horrible de grabar como de ver. Al contrario de lo que dicen las malas lenguas, el actor garantiza que no murió ni salió herido ninguno de los dos caballos que daban vida a Ártax en la traumática escena.
No por ello fue menos desagrable la realización de la escena, en la que estuvieron horas sumergidos en un plató lleno de barro. Tras acostumbrar al animal a estar en terreno pantanoso, lo colocaron encima de una plataforma móvil que se iba hundiendo.
Como no le dejaron usar neopreno, Hathaway rozó la hipotermia en varias ocasiones, en las que tenían que parar para que él (y los caballos) entraran en calor con unas máquinas de aire caliente. El hielo seco que se utilizó para crear esa atmósfera neblinosa también causó estragos:
"Estaba en el barro, no había oxígeno debajo del hielo seco y me desmayé bajo la mugre. Me empezaron a sacar pringue de la boca. Estaban locos. Hoy en día sería imposible que les dejaran hacer algo así".
Si bien Hathaway es consciente de que Atreyu fue el personaje que le consagró en la memoria cinematográfica y la verdadera estrella de 'La historia interminable', también tiene claro que prefiere no volver a pasar por un calvario similiar en la vida. De hecho, su carrera como actor quedó bastante aparcada, y ahora es tatuador, campeón de artes marciales y piloto de motos Supersport.
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