Querida Angelina: hoy cumples 33 años y no quería pasar la oportunidad de felicitarte y rendirte cierta pleitesía. Es un momento importante para tí, ya que estás a punto de dar a luz a tus nuevas gemelas. Andas en algún lugar de Francia, junto a tu inseparable Brad Pitt y el resto de tu prole multirracial. Y aunque eres todo un fenómeno mediático desde hace algunos años (incrementado si cabe, desde tu relación con Pitt, al que has logrado eclipsar), me sigue fascinando tu capacidad como actriz que se come la pantalla. Eres rebelde, camaleónica, versátil, capaz de dar vida tanto mujeres fuertes pero sensibles en dramas, como a heroínas de acción sacadas de videojuegos, tu valía como actriz es notable, a pesar de tener que cargar con el sambenito de icono sexual.
Esa imagen, de portada de revista, provocadora, explosiva y hasta ambigua, que encandila tanto al género masculino como al femenino, la llevas a tus espaldas con el mismo orgullo, valentía y arrojo que tu carácter humanitario y solidario. Abanderas por medio planeta el lado más amable de un estrella de Hollywood. Pero no en plan de pose fingida, sino involucrándose al máximo, donando importantes cantidades de dinero (hasta un tercio de tus ingresos, según cuentan) y de tu poder como celebridad mundial, para apoyar a las causas de los más desfavorecidos en países como Camboya o Namibia. Eres una mujer (y madre) ejemplar en ese sentido y, de seguir así, hasta candidata al Nobel de la Paz, pero también eres una actriz especial, de esas cuyos papeles están interpretados con pasión, con vehemencia, dejándose la piel, y eso se nota.
Eres especial, porque, aparte de tu talento interpretativo, posees una fuerza arrolladora, una energía presencial potente, que logras transmitir con tu hipnótica mirada y con cada poro de tu tatuada piel en cada aparición en pantalla. Además, tu entrada en cada plano logra detener el tiempo y ensombrecer al resto del reparto. Sin embargo, aunque has mamado desde la cuna la profesión de actriz, y tu filmografía es extensa, no fue hasta la arrolladora interpretación en 'Inocencia interrumpida', cuando dijiste (y demostraste) aquí estoy yo, para el gran público. Y, por supuesto también para mí. Aquel trabajo me causó gran impacto, pusiste tu nombre con mayúsculas entre las actrices contemporáneas a tener en cuenta. El papel de Lisa, es de esos en los que es necesario meterse de lleno, sacar de las entrañas ese lado psicótico y desquiciado, pleno de verosimilitud. Es cierto ya antes habías dado buena muestra de tu capacidad de dar lo mejor (en el telefilme 'Gina'), dar la talla junto a grandes estrellas ('Jugando con el corazón'), pero también con títulos olvidables ('Cyborg 2: La sombra de cristal'), de los que te arrepientes.
A partir de entonces, y de la acaparación de premios, tu conversión en estrella te ubicó en títulos comerciales, tanto medianamente destacados ('El coleccionista de huesos'), como completamende vergonzosos ('Pecado original'), en los que rellenas la nómina de celebridades al servicio de blockbusters al uso, pero también en en cintas emblemáticas de pura acción ('Lara Croft: Tomb Raider') y en producciones épicas ('Alejandro Magno'). Pero, también has logrado que muchos directores de prestigio quieran contar contigo, precisamente, por esa fuerza y talento, además de por tu fascinante capacidad de transformación: Robert De Niro ('El buen pastor'), Michael Winterbottonm ('Un corazón invencible'), o el mismísimo Clint Eastwood ('The Changeling').
Me gusta ese aire rebelde con el afrontas tu trabajo y tu vida. Te mueves con paso firme, caminando con comodidad en el abismo y no sabes hacerlo de otra forma. Eres capaz de convertir a un personaje salido del mundo del píxel, como Lara Croft, en carne y hueso, y transmitirle corporeidad con un físico y una mirada profunda de heroína del mundo real. Tus personajes en el cine son verdaderos pedazos de tí misma, que también viven en el riesgo abismal, al borde de la locura, con toques de provocación, de intensidad y de belleza cautivadora a partes iguales.
Quizás tu trabajo de actriz le deba mucho a tu trémulo pasado, repleto de capítulos propios de una novela underground: incesto, bisexualidad, promiscuidad, drogas... y partiendo de un seno familiar desestructurado, como ahora se expresa en términos políticamente correctos. Nunca has ocultado tu provocación y tu actitud subversiva, aunque ahora, a tus 33 años te encuentres en una faceta distinta. Etapa en la que la vida familiar, la solidaridad, los viajes por el mundo y los trabajos con cuentagotas parecen mostrar una Angelina más serena, más fuerte y más estable. Y, quizás, según apuntan algunos, con los mejores trabajos en ciernes ('Changeling') y por llegar ('Wanted').
Felicidades Angelina.
Un fan.
En Blog de Cine | Angelina Jolie
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