Kenneth Branagh adapta el film ‘La huella’ (‘Sleuth’, 1972), de Joseph L. Mankiewicz, que a su vez era una adaptación de la obra de teatro de Anthony Shaffer, con guión escrito por el propio dramaturgo. Harold Pinter añade a la versión de 2007 algunos giros y la traslada a nuestros días. El jueves, 11, se estrena en nuestras pantallas.
Un adinerado escritor de novelas superventas, Andrew Wyke, recibe en su mansión a un joven, Milo Tindle, que dice ser actor y que le solicita el divorcio de su mujer, para poder comenzar una vida con ella. El escritor, de edad avanzada, le propone un trato más lucrativo para ambos, pues le advierte de que la mujer tiene caprichos muy caros. En la casa hay una caja fuerte que guarda unas valiosas joyas. Tindle deberá robarlas para venderlas en el extranjero y que así el escritor cobre el seguro. El plan comienza a ser ejecutado, a riesgo de la vida del joven amante. Pero veremos que Wyke esconde más de un as en su manga.
El escenario siempre es el mismo y los actores únicamente dos, pero quién quiere más cuando se trata de estos dos: Jude Law y Michael Caine. El duelo interpretativo es lo que más se disfruta de toda la película y sólo con eso ya vale la pena acudir a la sala ver ‘La huella’. Pero hay más. El segundo e impresionante punto fuerte del film son los diálogos o, digamos, el duelo dialéctico, esta vez no ya entre los actores, sino entre los personajes. Especialmente la primera entrevista en la que se están conociendo el escritor y el joven tiene unas frases que da gusto escuchar, llenas de sarcasmo, muy bien escritas, muy cuidadas… cierto es que nadie o casi nadie habla así en la vida real y tiene ese ingenio y esa rapidez, pero no importa. Al cine hemos venido a recrearnos.
Es curioso el guiño que hace Branagh al poner a Michael Caine, uno de los protagonistas de la película primigenia, en el papel contrario. ¿Cuando Law sea mayor volverán a rodar un remake en el que haga de Wyke? Es habitual que los que interpretaron un papel en un film tenga un cameo en su revisión, pero darle otro de los dos protagonistas me parece un experimento muy interesante. Ni que decir tiene que a Caine no le cuesta ningún trabajo pasarse al otro lado.
Hablemos ahora de la otra faceta del guión, que no son los diálogos: de la trama. El presentar sorpresa tras sorpresa, giro tras giro, como si fuese una de las creaciones más retorcidas de David Mamet, puede no tener hoy en día el efecto que tenía entonces. Ya no nos sorprendemos tan fácilmente y estamos al tanto de todo. Incluso sin tener la original muy reciente, es fácil adivinar los cambios debido a determinadas pistas. SPOILER: aunque el maquillaje de Law esté muy elaborado, lo reconoces por la voz en cuanto abre la boca FIN DEL SPOILER. Y aunque no nos los olamos, el enredo y el engaño quizá son los aspectos menos interesantes del guión. Así que estas vueltas pueden verse como una mera excusa para poner en acción a dos talentos interpretativos de gran talla.
Branagh emula, en cierta manera, la planificación de Mankiewicz. Los planos detalle de objetos, de cámaras de seguridad, de reflejos, resultan curiosos y bellos, pero además sirven para darnos otros puntos de vista y para convertir en cinematográfica una obra teatral con diálogos tan poderosos que podría hasta escucharse sin imagen. El juego con los espacios y con las luces y las sombras le resulta a Branagh poderoso y muy estético. La arquitectura moderna de la casa y la decoración minimalista, le sirven para componer espacios inexistentes y sombras casi chinescas que podrían acercarse a ser un tercer personaje.
Sin ser un film de diez, es una pequeña obra que se disfruta en todo su breve metraje y que merece la pena la entrada de cine. Como os decía, ahora por fin están empezando a llegarnos buenas películas a la cartelera. Así que aprovechemos la racha.
Si os quedáis con más ganas de ver a Michael Caine robando joyas, tenéis también ‘Un plan brillante’, que no es tan brillante como ésta, pero que resulta agradable. Jude Law y Kenneth Branagh deben de haber disfrutado de trabajar juntos porque ahora preparan 'Hamlet' para teatro.
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