Hace casi 15 años que Expediente X se asomó por primera vez a la parrilla de la cadena Fox, pero su influencia se deja sentir aún en los sitios más insospechados, desde el tira y afloja en la relación de Booth y Brennan en Bones, hasta algunos de los casos que investigan en CSI. Con el nuevo auge que el género fantástico está viviendo en la televisión estadounidense, no es raro que vuelvan a surgir proyectos mucho más en la estela de la serie de Chris Carter. Uno de ellos, por ejemplo, es precisamente para Fox y su responsable es el nuevo chico de oro de Hollywood, J.J. Abrams.
A través de su productora Bad Robot, va a desarrollar, junto a otro de los productores de Perdidos, Bryan Burk, y los guionistas Alex Kurtzman y Roberto Orci Fringe, una serie protagonizada por un científico ingresado en un psiquiátrico, su hijo y una agente del FBI que los une, y trataría cada semana algún tema sobrenatural, además de tener una mitología subyacente que recorrería toda la serie. Para producir el piloto, de dos horas de duración, Fox piensa gastarse nada menos que 10 millones de dólares, el presupuesto que la ABC asignó para el piloto de Perdidos.
Pero Abrams no es el único desarrollando una serie bajo la sombra de Mulder y Scully. Ronald D. Moore, productor ejecutivo de Battlestar Galactica, y Jane Espenson, guionista de varios capítulos de Buffy, la cazavampiros, están preparando para el canal Sci Fi Warehouse 13, un programa protagonizado por dos agentes del FBI a los que castigan enviándolos a un almacén en Dakota del Sur en el que se guardan artefactos con poderes sobrenaturales.
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