La reciente moda de cine asiático divide, como era de esperar, al público. Están aquellos que se abren a nuevas formas de expresión dentro de los límites del Séptimo Arte y las aceptan de buen grado, independientemente de si luego les gusta la película o no. Luego tenemos a aquellos que se niegan en rotundo a darle una oportunidad a un tipo de cine todavía por descubrir comercialmente en estos lares, porque simplemente han visto un par de títulos que les han horrorizado simple y llanamente porque la forma de narrar oriental es muy distinta a la occidental, digamos que más lenta. En eso todos estamos de acuerdo. Personalmente me parece fascinante la cantidad de buenos cineastas que nos llegan de lugares como Japón, Corea o China, por poner sólo tres ejemplos. Y esa lentitud es cuestión simplemente de cambiar nuestro chip occidental y saber qué estamos viendo. Hace poco un amigo mío maldecía con todo su ser a la fascinante 'Hierro 3' porque decía que no le gustaban los silencios de los films orientales. Eso sería como decir que no te gustan los westerns porque salen caballos. Ojo, no estoy diciendo que por aceptar que la forma de narrar es distinta y que los silencios y las pocas palabras son una señal de identidad de este tipo de cine haya que defender a mansalva todos los productos que de allí nos llegan, no. He visto verdaderos pestiños insoportables que han acabado con mi paciencia.
Por eso mismo, el visionado de 'Kairo' no es apto para todos los públicos porque pone de manifiesto esa tendencia a atacar este tipo de cine porque es lento. Y más aún cuando lo mezcla con el género de terror, tan del gusto de buena parte de la audiencia. En verdad, el film dirigido por Kiyoshi Kurosawa es de visionado difícil para todo aquel que no esté acostumbrado a este tipo de films.
Explicar el argumento de la película es harto complicado. Podríamos decir que el mundo actual tal y como lo conocemos empieza a desaparecer por culpa de algo que llega hasta nostro a través de los ordenadores, algo que hace que la gente se suicide sin motivo aparente. ¿Por qué? ¿para qué? ¿quién? esas preguntas ya son completamente imposibles de contestar con total seguridad, ya que una de las cosas que caracteriza a 'Kairo' es su total ausencia de explicaciones finales. Todo queda a la imaginación del espectador, al que evidentemente se le sugieren algunas ideas por el camino. Por ejemplo, cierta explicación que le da un estudiante a uno de los protagonistas de la película podría ser muy válida, pero es decisión del público aceptarla o no.
Kurosawa realiza un trabajo de dirección realmente fascinante, su empleo de la cámara, los planos sugerentes a lo largo de toda la proyección y dota al film de un ritmo realmente lento donde los haya en un films de estas características. Un ritmo que ayuda a que una muy adecuada atmósfera de terror se apodere de la película. Una atmósfera que se ve muy bien plasmada en algunas de las apariciones fantasmales que tienen lugar destacando por encima de todas la primera, realizada sin ningún tipo de efetismo y que pone los pelos de punta.
Pero el terror no proviene sólo de los momentos terroríficos, sino de lo que el film sugiere en alguna de sus propuestas. Por ejemplo, en la clara denuncia y crítica de la soledad actual del ser humano, y lo hace con el elemento más familiar del siglo XXI: internet. Dicho elemento de sobra conocido por todos podría considerarse el verdadero mal al que se refiere la película, capaz de aislarnos del mundo real hasta límites insospechados, provocando una grandísima soledad en vez de acercarnos más a otros seres humanos. Es evidente que la decisión por parte de Kurosawa de enmarcar todo esto dentro de un film de terror es arriesgado, pero creo sinceramente que lo consigue, sobre todo gracias a esa atmósfera antes mencionada.
Tampoco me parece un film perfecto. Si acaso la reprocharía un excesivo metraje que ronda las dos horas, demasiado densas. Y esa falta de explicación total, a pesar de poder considerarse un acierto, podría considerarse también lo contrario, algo que le provoca cierta descompensación en el conjunto final. Un cojunto recompensado con creces con ese estilo de dirección antes citado, y que el film provoca sensaciones aun después de haberlo visto, ya que su poder de sugestión es bastante fuerte. Se le puede catalogar de película de terror filosófica incluso, con ciertos toques trascendentales un tanto atípicos en los tiempos que corren.
Una buena película en definitiva, que hará las delicias de los amantes de este tipo de cine y causará dolores de cabeza a todos aquellos que se resisten a disfrutar de otras formas de narración cinematográfica. Por cierto, este próximo Viernes se estrena entre nosostros el remake americano titulado 'Pulse' y que es un bodrio monumental, pero esa historia ya os la contaré más adelante.