Y seguimos igual. Esta semana y la anterior parece que se han puesto de acuerdo para estrenar en nuestro país algunas de las películas que ya llevaban cierto tiempo esperando una fecha de estreno. 'Tiempos de Amor, Juventud y Libertad' es un film del 2005 y que aparte de llegar con cierto retraso (un poco menos que 'Ciudad sin Ley' y 'El Intruso') tiene una distribución limitadísima, cosa que es para pillar un mosqueo aún mayor, ya que bien es sabido que cuando una película llega con muy pocas copias habrá bastantes ciudades españolas a las que no llegará. En este caso no me voy a quejar porque el film es bastante deplorable, pero independientemente de su calidad lo que sí es muy cierto es que tiene su público. Todas las películas tienen su público y todas deberían de estrenarse en condiciones. Está claro que al lado de un superexitazo taquillero, películas como ésta no tienen nada qué hacer. Aún así, los distirbuidores deberían de tener más en cuenta este tipo de producciones que cada vez más gente desea ver. Y ojo, lo que acabo de decir no puede aplicarse a este film, el cual supone una verdadera pérdida de tiempo y dinero el acercarse a verlo, y es que sufrí su visionado totalmente estupefacto, pues me ha decepcionado enormemente y no me lo esperaba.
La película narra tres historia de amor situadas en tres épocas bien distintas, y reflejando cada una tres etapas y situaciones del sentimiento amoroso. Tenemos el enamoramiento de un joven que no parará hasta encontrar a la mujer que ama. Tenemos como un hombre paga para que una concubina quede libre de sus obligaciones por haberse quedado embarazada. Y tenemos una pareja de amantes que viven un romance a espaldas de sus respectivas parejas. Tenemos también los títulos de crédito, que son los que salen al final y que indican que podemos alejarnos cuánto más mejor y vayamos rápidamente a casa a reconciliarnos con el cine viendo una película de verdad. La que sea.
Ninguna de las tres historias es lo suficientemente interesante como para disfrutarlas en su totalidad. Si tuviera que decantarme por una, eligiría sin duda la primera, ambientada en la década de los 60 y vestida con canciones típicas de aquellos años, canciones que al protagonista principal le son muy especiales porque reflejan su estado de ánimo. Podemos encontrarnos con el famoso 'Smoke Gets in your Eyes' de The Platers o 'Rain and Tears', precioso tema de Aphrodite´s Child, que me quedé sorprendidísimo cuando lo escuché en la película, pues se trata de uno de esos temas que a uno le llegan muy dentro por muchas y diversas razones..
Las otras dos historias están narradas con la misma parsimonia que la primera, destacando únicamente el hecho de que la segunda está planteada cómo si se tratase de una película muda, con intertítulos y todo. Tal vez por estar en consonancia con el año en el que se desarrolla la historia: 1911, en plena época del silente. Ese toque es original, pero lo cierto es que no le aporta nada a la historia y enseguida nos cansamos de ese enfoque. Hou Hsiao-hsien dirije, si se le puede llamar así, la película con una desgana total y absoluta, con una lentitud que acabaría con la más grande de las paciencias. Eternos silencios entre los personajes que apenas saben hablar. Sí, ya sé que el cine asiático tiene una narrativa más pausada, sus constantes son otras, pero no es lo mismo un silencio en una película de Kurosawa que en esta película. Y ya no me hace falta irme a un clásico indiscutible. Kim Ki-duk por ejemplo utiliza los silencios de forma magistral como bien ha demostrado en su fascinante 'Hierro 3' o en la dura 'Samaritan Girl'.
Para colmo la historia no es historia, o historias habría que decir. Son esquemas reducidos a la mínima expresión, y no se cuenta absolutamente nada por mucho que se piense lo contrario. Historia lineales sobre seres enamorados sin apenas conflictos que resolver. Que sí, que las imágenes son muy bonitas y en una postal quedarían de miedo. Pero historia de amor las veo yo todos los días y mejores que ésas, con el humo y el alcohol haciendo mella en seres verdaderamente mucho más interesantes que los que pululan por esta película. Pero eso es otra historia.
Como dato curioso decir que los actores en las tres historias son los mismos y lo cierto, y ésto sea quizá lo único aprovechable del film, es que están bastante bien en sus distintos roles, sobre todo los dos principales, la internacional Shui Qi, y Chang Chen, dos de los actores taiwaneses más famosos que hay en la actualidad. Afortunadamente nos acompañan durante toda la pésima proyección y nos hacen más soportable el calvario.
Mala de verdad, no va a lograr que deje de ver películas de una nacionalidad de la que apenas conocemos nada, e incluyo aquí a todos los países asiáticos. Muchas joyas escondidas hay por ahí esperándonos y que nunca veremos en cine o las editarán con horribles títulos en dvd. ¿El resto? mula que te crió.