Pues ganó Lordi. El grupo finlandés terminó arrasando el concurso de Eurovisión con su rompedora puesta en escena. ¿Alguien habría imaginado a priori que un grupo así, con una canción de heavy-metal y con un vestuario tan monstruoso podría alzarse con el triunfo? Pues, por lo que parece, los tiempos están cambiando a base de bien... nada de melosas baladas, ni de canciones marchosas con toques étnicos. Ahora, yo me pregunto cómo es posible tocar los instrumentos con ese vestuario, o cómo es posible que la voz se escuche cuando sale de dentro de esas máscaras...
¿Y España? Pues lo que muchos imaginábamos, Las Ketchup a la cola de la clasificación. Puesto 21 (de 24), habiendo recibido únicamente los votos de dos países (y eso que Andorra nos dió los 12 puntos... ¿habría amenaza de TVE de por medio?). Una canción sosa donde las haya, una puesta en escena más sosa aún... pues qué se podía esperar. Quizás los que hicieron la selección empiecen a pensar en un cambio, habida cuenta del "éxito" obtenido.
Me ha sorprendido (por alucinante) Alemania, poniendo sobre la mesa una canción country... ¿¿¿¿????. Es como si los españoles nos presentamos haciendo bailes indígenas de la isla de Nueva Zelanda... De acuerdo con que no hay que exagerar con los toques étnicos, pero de ahí a ponerte a caricaturizar lo del otro lado del charco...
Me gustó Lituania, con su canción "We are the winners". Curiosa canción y curiosa puesta en escena también. Divertida y atrevida. Por mí, hubiese ido más arriba.
Por lo demás, mucha "canción marchosa con toques étnicos interpretada por moza aparente". Tantas, que resultan indistinguibles unas de otras.
Debemos agradecer también el nuevo sistema de puntuación, que "automatiza" los puntos más pequeños y que sólo obliga a decir a los representantes de cada país a quién van los 8, 10 y 12 puntos. Menos mal, porque con 38 votaciones, podíamos estar aquí una semana. Eso sí, muchos han sido incapaces de renunciar a su protagonismo y entre los que han cantado, los que han hecho chistes (si es que a eso se le pueden llamar chistes), los que le han tirado los tejos a la presentadora y el alemán, que ha salido montado en un caballo, han copado su tiempo.
Y también ha hecho un buen papel Beatriz Pécker, comentando para TVE, con un tono que me hacía recordar a la comentarista de gimnasia rítmica o a la de patinaje artístico, con distancia y desapasionamiento, pero dando caña a quien hiciera falta (los que hacían las conexiones desde los países se lo han ganado a pulso).
Y un último pensamiento. Año tras año, se suceden las mismas votaciones ("los países nórdicos se suelen votar entre sí", "los países bálticos también", "Rusia, Ucrania, Bielorusia... se dan puntos entre ellas"). ¿No sería mejor dar eso por descontado? Así quizás nos ahorrábamos unos minutos más...
Por cierto, que TVE nos fustiga a estas horas con un especial debate, conducido por Carlos Lozano, con la presencia de la inefable Massiel y la no menos Salomé (viejas glorias del festival, de hace 40 años). ¿Realmente es necesario, y más cuando Las Ketchup han hecho semejante papelón? Pongan una película cualquiera, hombre...
Más información | Eurovisión