La inocencia y la poesía de 'El arco', de Kim Ki-duk.

La inocencia y la poesía de 'El arco', de Kim Ki-duk.
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El arco’ es una historia sencilla que se te va metiendo dentro, al contrario de como ocurre en otras películas, en las que somos los espectadores los que tenemos que entrar. Está embriagada por la poesía de la naturaleza, la música, la belleza de las imágenes al aire libre, la inocencia y el encanto de la joven protagonista, el colorido de sus ropajes. La evolución de la trama y de la psicología de los personajes está llevada con una progresión perfecta, que hace que nos resulte casi imperceptible, sutil y armoniosa. La humanidad de los protagonistas, que logran unas interpretaciones maravillosas, es probablemente lo que más eleva a la película hasta casi lo sublime.

El arco’ se estrena el día 31 de marzo. Puede verse el tráiler.

El filme cuenta la historia de un viejo pescador que encontró a una niña cuando era pequeña y que espera a que ésta cumpla 17 años para desposarla. El pescador vive en una vieja barcaza, a la que trae clientes con una lancha, para que pesquen, a modo de deporte. La niña no ha pisado tierra firme desde que el viejo la encontró. Como no conoce otro tipo de vida, ella no parece a disgusto en su pequeño mundo, incluso parece conforme con casarse con el señor que todo el mundo cree que es su abuelo. La forma de vida flotante contrasta con lo poco que conocemos de los visitantes, muchos de ellos jóvenes, alegres, que visten ropa de marca y disfrutan de aparatos electrónicos, como un reproductor de mp3, que ella no sabe ni que existen. El único entretenimiento de la protagonista es el arco, que utiliza tanto para disparar flechas con certera puntería, como para tocar música como si de un violonchelo se tratara; y un columpio con el que puede refrescarse los pies en el agua del mar.

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El viejo, además de alquilar su barcaza para la pesca, adivina la fortuna a los visitantes. Para ello, ata unas cuerdas de colores a las muñecas de la joven y ésta se columpia sobre las aguas tranquilas del mar. Él, desde la pequeña lancha, dispara sus flechas sobre un buda pintado en la cubierta del barco grande. Y nunca falla. La chica recoge las flechas y le susurra al oído al viejo el futuro de quien haya preguntado.

De estos pequeños retazos de mundo exterior que llegan hasta la barca, surgirá lo que a la joven le haga darse cuenta de que es posible que no lo tenga todo. Un joven y guapo universitario se acercará para pescar, y ambos se quedarán encandilados el uno del otro. Desde ese momento, la futura novia ya no se mostrará tan dócil con el viejo pescador. El joven es el soplo de aire fresco que hará ver a la chica que existen otros mundos, pero que también hará darse cuenta al viejo, a base de enfrentarse a él, de que no puede retener a la joven. Por lo tanto, conseguirá una liberación a costa de desmoronar todos los castillos en el aire que el viejo y la chica se habían construido.

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Las dos películas que he visto hasta ahora del director coreano Kim Ki-duk, ‘El arco’ (‘Hwall’, 2005) y ‘Hierro 3’ (‘Bin-Jip’, 2004), me han parecido preciosas, buenísimas, cercanas a la obra maestra. De hecho, ‘Hiero 3’, para mí estaba entre las tres mejores películas de 2005, o de las que se estrenaron en España en 2005. No sabría decir si ‘El arco’ me ha gustado más o menos. Son prácticamente igual de buenas, aunque por detalles o por momentos, preferiría a una antes que la otra. Lo peor que encuentro de ‘El arco’ es algo fantástico que ocurre hacia el final, que me parece que no viene muy a cuento, es ligeramente una salida de tono. En ese sentido, ‘Hierro 3’ es más compacta. Pero la actual también cuenta con elementos que la pondrían por encima. Ambas películas tienen ingredientes en común, como la ausencia de palabras en los protagonistas. Un recurso que podría resultar forzado y pretencioso, si se hiciera muy a propósito para ser original, y que podría cansar, aquí está logrado con maestría, sin que parezca que a los personajes se les queda nada sin decir por culpa de esta elección. El propio Ki-duk opina que “todos tenemos deseos y esperanzas a los que no damos voz porque no pueden expresarse en la época en que vivimos”.

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El papel del pescador está interpretado por Jeon Sung-hwan. La chica, Han Yeo-Reum, también es la protagonista de ‘Samaritan Girl’, el filme justo anterior Ki-Duk, donde hizo su papel bajo el seudónimo Seo Min-jeong. Ambos se comunican entre sí y con los visitantes por medio de miradas, de gestos. Y, cuando se enojan, lanzando flechas. El viejo es una buena persona, no tiene secuestrada a la joven con malas intenciones, ni siquiera es egoísta, simplemente, no se da cuenta de lo que está haciendo. Cuando se enfada, lo hace para protegerla. Prepara el ajuar con mucho mimo y la baña y cuidad con todo su cariño. Ella es inocente, pero no está exenta de una gran sensualidad. Sus sonrisas encantadoras, sus ojos expresivos, lo dicen todo. El estudiante está encarnado por Seo Ji-Seok, un joven que parece que no tiene más papeles en su haber. Es un hombre que se comporta como un héroe, pero sin utilizar la fuerza ni la opresión.

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