En los proximos días iré comentando algunas de las películas que fueron nominadas al Oscar a la mejor película de habla no inglesa. Evidentemente, la primera tenía que ser la ganadora, que ayer mismo me fuí a ver al cine, esperando encontrarme algo con calidad, ya que un Oscar es un Oscar ¿no? Además, éste ha tenido mucha repercusión en Sudáfrica, ya que incluso el mismísimo Nelson Mandela está orgullosísimo del premio, y no es para menos. Antes sólo podían disfrutar del que había ganado Charlize Theron, que para los que no lo sepan, ella es de allí.
La verdad es que esta película era la que más sonaba como ganadora, pero aún así no estaba nada claro. Es una categoría en la que yo me suelo despistar bastante, y muchas veces he fallado el resultado en mis pronósticos. Mi voto iba para 'Feliz Navidad', por aquello del mensaje antibélico, la paz y esas cosas. Lo que sí tenía muy claro es que 'Paradise Now' no iba a ganar, por motivos más que evidentes.
Tsotsi es un adolescente que vive en Soweto, en medio de una total pobreza. Es líder de una pequeña banda de delincuentes, con la que se dedica principalmente a robar a la gente. Un día comete la estupidez de robar un coche con el que se da a la fuga después de disparar a la dueña del mismo. Cual será su sorpresa que en la parte trasera del vehículo hay un bebé. Mientras la policía lo busca, decidirá cuidar del niño.
La película se mueve entre el drama criminal de unos personajes que no tienen otra cosa para poder sobrevivir, y el drama personal de un chico atormentado por una infancia difícil en un mundo difícil. Al final no es ni una cosa ni otra, ya que la película no logra definirse en su totalidad, y varía de un lado a otro provocando cierto desconcierto. Lo que no se le puede negar es que Gavin Hood mueve la cámara con envidiable facilidad, haciendo entretenido un film, cuyas premisas argumentales no pasan de telefilm. Y es que es en su enfoque donde están los mayores problemas de la película. Ésta trata de narrar una historia sencilla de personajes marginales en medio de un mundo de violencia, pobreza e injusticia. Sin embargo, todo eso se queda a medias, ya que la historia se queda a medias, nunca llega hasta el final de sus posibilidades, como si no se hubieran atrevido a hacerlo.
Luego hay escenas insertadas no se sabe muy bien porqué. Escenas que se suponen importantes para la narración, en cuanto a las motivaciones psicológicas del personaje principal, pero que se quedan en casi nada, y encima dañan al ritmo de la película. No es que ésta sea aburrida, o algo parecido, al contrario, es bastante entretenida (su mayor virtud), pero ciertos momentos, ciertos pasajes, la descompensan un poco.
Sería injusto no hablar de la interpretación de su protagonista principal, Presley Chweneyagae, el mejor de todo el reparto. Hace que el personaje, en principio, sea enormemente temido, para luego caer simpático al espectador, en un giro poco afortunado de guión. Y es que el problema no reside en el personaje o en la interpretación del actor, sino en la historia en sí, que hace que Tsotsi encuentre el beneplácito del público demasiado pronto. Si hubiera seguido por el camino de los primeros veinte minutos, otro gallo cantaría.
También hay alguna que otra escena ridícula, que tiene que ver con unos policías (los que llevan el caso de la desaparición del bebé), que le resta credibilidad al conjunto, sobre todo dramatismo. Por culpa de ello, y porque el film es demasiado blando, la película no tiene la fuerza suficiente como para emocionar totalmente al espectador. Aunque sí hay un par de escenas de conseguida emotividad, pero que funcionan por sí solas, separadas del resto.
Una película pasable, que no se sabe qué han pretendido hacer, y que desde luego si la llego a ver antes de los Oscar, no hubiera votado por ella igualmente. ¿Era ésta la mejor de las nominadas? Tal vez, pero el premio me parece inmerecido.