'Masterchef' fue el año pasado el programa revelación de la temporada. La adaptación del reality estadounidense por parte de RTVE consiguió volver a poner de moda la cocina en nuestra televisión reuniendo a millones de espectadores todas las semanas ante el televisor. Ayer se presentó su segunda temporada y si cogiéramos el primer programa de la historia del programa y el visto ayer la única diferencia serían las caras, ya que la apuesta de RTVE ha sido la de no cambiar el estilo del programa ni un ápice. Al fin y al cambio, si algo funcionaba ¿para qué cambiarlo?
Pese a que la propuesta es prácticamente igual, durante esta primera fase de casting en la que hemos podido conocer a las concursantes hemos podido ver sutiles diferencias que han conseguido darle una pizca de aire fresco al programa. Han sido pequeñas pinceladas, ínfimas, pero han conseguido que viéramos los casting desde un prisma ligeramente diferente pese a que, en el fondo, siguieran con la misma idea y misma estructura.
Una elección ligeramente diferente
En un reality la presentación de los concursantes se puede hacer de dos maneras: introduciéndolos al espectador con calzador o hacerlo a poco a poco con la intención de que el que lo está viendo se identifique con cada uno de los espectadores escogidos. Como buen programa de cocina que es, 'Masterchef' escogió la segunda opción, la de presentarnos a fuego lento cada uno de los concursantes que veremos en los siguientes programas. El método de elección prácticamente igual que el año pasado, un cásting multitudinario, una prueba individual y la decisión final del jurado mezclando momentos dramáticos y familiares a partes iguales.
No habría que decir demasiado del método de elección y presentación si el programa no hubiera intentando innovar en él. Y así lo hizo. La inclusión del espejo de doble cara donde el concursante era visto por sus familiares aportó más agilidad a las presentaciones eternas. También lo hizo el método de adivinación de concursantes, un hecho que intentó divertir al espectador tanto como lo hizo al jurado pero que al final se quedó en algo casi anecdótico. Pese a esto hay que decir que las dos novedades fueron sencillas y correctas, algo que es de agradecer ya que sabemos de sobra que se pueden hacer auténticas presentaciones de concursantes tan rocambolescas que acaban saturando al más paciente de los espectadores (véase 'Gran Hermano' y sus vídeos interminables por ejemplo).
Sin embargo hubo algo en la presentación de concursantes que no me agradó. Fue la presentación exprés de no seleccionados. Entiendo que para dar agilidad hay ciertos momentos del programa que necesitan ser acelerados, pero poniéndome en la piel de los concursantes creo que ha sido una gran injusticia que después de pasar un cásting multitudinario y viajar a Madrid para la elección final estos acaben viéndose únicamente 10 segundos en pantalla. ¿No podían acaso recortar unos segundos en otra secuencia y darle a los eliminados unos pocos segundos más de gloria? Yo creo que sí.
Un jurado con más tablas y un casting que promete
Un reality no es nada si no tiene un buen jurado y un casting de concursantes adecuado. Esta segunda temporada de 'Masterchef' parece que va a sacar buena nota en los dos campos. Por un lado tenemos al mismo jurado que en la primera temporada, algo que quizás a alguno no le gustará pero que le aporta al programa aires familiares y de cierta seguridad. Se nota que ya son animales televisivos porque tanto Pepe, como Jordi o Samantha tienen muchas más tablas que la temporada pasada, aplicando en todo momento el estilo que les funcionó el año pasado. Los roles de cada miembro del jurado siguen estando ligeramente difusos, pero aún así parece que este año cada uno de ellos se ceñirá a un papel mucho más marcado que les permitirá lucirse más que antes.
Y qué decir del casting. Lo poco que hemos podido ver me ha parecido excelente. Desde la mujer llamada Churras, pasando por la chica vegana e inocente, la que intenta ligar con Pep y hasta el jovenzuelo al que ya le han llamado listillo en su primer programa. No es fácil ver todos los colores de un casting en un primer programa, pero como siempre pasa con las segundas ediciones de los reality los concursantes han subido un peldaño, tanto en cuestión de calidad como de saber estar ante las cámaras. Para saber si este nuevo grupo de concursantes supera al del año pasado tendrán que pasar unas cuantas semanas, pero está claro que la variedad que han escogido va a dar varias situaciones interesantes.
En definitiva, esta segunda temporada de 'Masterchef' mantiene el nivel de su primera temporada. Si ese nivel se traduce en las audiencias que consiguió el espacio el año pasado, RTVE va a estar dando palmas durante toda su duración, porque su gallina de los huevos de oro les seguirá dando unas cuantas alegrías en forma de recetas de cocina.
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