Después del uno, el dos, y luego el tres. En el idioma de Mediaset, esto viene a querer decir que la rueda de realities no se detiene nunca. Empezamos curso con 'Gran Hermano', seguimos con 'Gran Hermano VIP' y, ahora, como no podía ser de otra forma, completamos temporada con 'Supervivientes'.
La rentabilidad de estos formatos es más que evidente y, por ello, resulta entendible la estrategia del grupo de Fuencarral. Los beneficios son muchos, no sólo consigue hasta tres prime times semanales (una estrategia, eso sí, que no le salió demasiado bien en la pasada edición VIP). Sino que además se convierte en rey de la charla social en redes como Twitter.
Y, sobre todo, le permite hacer crecer ese universo que ha construido alrededor de su propia farándula, con sus propios personajes, con algunos importados, con características peculiares pero una cosa en común, el cero miedo a exhibir sus conflictos delante de una cámara. Con todo ello, 'Supervivientes' ha arrancado su nueva edición 2017.
Un guión aprendido

Ponerlo en marcha hasta nos puede parecer muy sencillo. Sólo hace falta atender a las estructuras y premisas que han funcionado tan bien durante tanto tiempo. Tenemos una gala los jueves, en la que se dan los momentos más álgidos del concurso. Y tenemos debates en días anexos para que los colaboradores se conviertan en protagonistas del espacio, aunque estén tan lejos de Honduras.
A pesar de las críticas recibidas por parte de un sector del público por su conducción de 'Gran Hermano 17', la cadena ha vuelto a confiar en Jorge Javier Vázquez para llevar el peso del programa. Entendámosnos, los anónimos y los VIPS no son iguales, ni parecidos. Así, mientras la audiencia parece pedir cierta piedad con unos chicos que no están acostumbrados a las cámaras, sí reclama toda la carne en el asador con aquellos que a los que ya conoce de otros momentos catódicos.
Y para ello, Vázquez es soberbio, no cabe duda. Sabe convertir las charlas de los concursantes en la palapa en tercer grados en los que cuentan lo más grande sobre su familia, amores, mascotas. Todo lo que no han dicho en la portada de una revista que les habría pagado un dinerillo y les habría sacado bastante monos. Hambrientos, crispados por lo que ha pasado durante la semana y nerviosos por lo que sucederá en los próximos minutos, se dejan llevar por la "inocente" conversación. Una voz amistosa que les llega desde el otro lado del mundo, en el que dejaron su vida.
¿Buen cásting?

Últimamente, cada vez que Telecinco prepara una nueva edición de un programa de famosos, las críticas respecto al cásting no se hacen esperar. Es lo que tienen las redes sociales, en las que todos comentamos lo que queremos y como queremos y el criterio objetivo no es lo más relevante, precisamente.
Este año, de nuevo, la cadena se ha esmerado en traernos piezas fundamentales de los clanes patrios más importantes del sector rosa. Es imprescindible para la buena marcha del concurso. Pues su presencia les generará una atención a priori demasiado suculenta como para dejarla escapar.
Protagonistas y secundarios, todo vale. En cualquier momento puede saltar la chispa y las cámaras estarán allí para captarlo. También hay famosos polémicos (incluso cuando no pretenden serlo), pintorescos invitados, clásicos de la telerrealidad y una buena colección de guapos y guapas de la cantera de Mediaset, salidos de otros concursos y con un potencial que debe ir más allá de un buen físico.
La esencia de 'Supervivientes'
Pero, al final, a los que nos gusta 'Supervivientes' nos encanta lo que aporta de diferente este concurso. Verles hacer su cabaña, inventar mil chismes para hacer un hogar, como menaje y mobiliario, salir a pescar y conseguir la hazaña de dominar el mar. Y, por supuesto, una de las partes estrella, hacer fuego.
No obstante, de manera personal, reconozco que echo de menos cuando se primaba más la supervivencia, cuando los concursantes eran más aguerridos y se bebían los vientos por ponerse a prueba a sí mismos. La cadena tiene que jugar el difícil equilibrio: supervivencia y espectáculo, un reto en sí mismo.
En ¡Vaya Tele! | 'Supervivientes' cierra otra edición de éxito en audiencias
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hans.gruber
Esta cosa sigue al aire, jajajajajajaja!!! increible el mal gusto de la gente.
Jarod Daniel Mantl
Y que se siga emitiendo está basura es repugnante, pero nada más repugnante que alcance los altos niveles de audiencia que tiene en este país, ahí se demuestra el nivel de paletismo y patetismo de este país.
supergatito
Yo soy de los que digo que no quiero verlo pero luego me engancho.
En GH Vip no se nota tanto el chismorreo en galas, debates, etc. Pero en SV se nota mucho, el ejemplo más ŕeciente es el de Jorge Javier con Gloria Camila hablando de su hermano.
Pienso que se puede hacer más de 2 horas de programa sin que sea Salvsme.
ariadnagf4
Jorge Javier se ríe y, en muchos casos, humilla a los concursantes. Cuando son famosillos que sabemos que van cobrando una millonada es hasta divertido ver lo que tienen que aguantar peor cuando es gente normal ya estamos hablando de otra cosa. Yo no veo GH desde hace más de diez años pero entiendo las críticas de la gente, tengo que decir que por desgracia me enganché a este SV y la verdad es que me río bastante con las lindezas que suelta Jorge Javier. Aún así la Sandra Barreda le da 1000 vueltas en como llevar el programa, la semana pasada vi la gala por primera vez en varios años y se pasó tod el tiempo preguntando que era lo siguiente, no supo llevar los tiempos y en el plató no dejaba a nadie acabar ni una frase. Sandra por el contrario dominó las transiciones, supo llevar a los invitados y torear a los concursantes. Jorge Javier puede estar de moda en la cadena y es válido para un programa de estos pero como presentador sigue dejando mucho que desear porque lo único que quiere es lucirse.
txemaortiz samperio
Jorge Javier en Supervivientes está soberbio. Este sí que es su programa porque le saca todo el jugo posible y te echas unas risas.
El Señor Lechero
Telebasura marca Mediaset, pero efectiva como negocio. Así seguirá mientras el cuerpo aguante.