La tercera temporada de 'You' ha llegado a Netflix este viernes 15 de octubre. Lo hace con la promesa por parte de la plataforma de streaming de que tendremos una cuarta. Que iba a haberla era algo que todos dábamos por sentado, pero esa temprana renovación deja claro que es uno de sus baluartes televisivos.
Ya habrá tiempo en el futuro de hablar sobre esa cuarta temporada, pero ahora toca centrarse en la tercera. Ya os comenté con mis primeras impresiones sobre la misma que los responsables de 'You' habían sabido agitar la nueva vida de Joe y Love para dar nuevas energías a la serie. Esa ha sido una constante a lo largo de una temporada que ha seguido creciendo según avanzaban los episodios hasta despedirse con un ardiente final.
El contraste entre Joe y Love
Voy a ser claro, lo mejor de esta tercera temporada es la nociva dinámica que se establece entre los personajes interpretados por Penn Badgley y Victoria Pedretti, hasta el punto de que Love puede llegar a ser incluso más retorcida que Joe. Hay mucho de relación tóxica ahí, pero el retrato que se hace de la misma te engancha y deja con ganas de ver qué es lo siguiente con lo que te van a sorprender.
Es cierto que eso supone que funcionen mucho mejor juntos que cuando toque explorar sus obsesiones particulares por separado. Puede que eso se deba a que no hay el suficiente espacio como para desarrollarlo con la misma profundidad que en temporadas anteriores, pero a cambio se consigue una mayor variedad en lugar de quedar todo completamente dominado por Joe.
Hasta hay momentos en los que la serie adquiere de forma definitiva el punto de vista de Love, logrando así establecer esa sensación de igualdad entre ambos. Uno podría pensar que son tal para cual, pero al final lo que sucede es que están condenados a enfrentarse. Poco importa esos divertidos encuentros con el psicólogo para intentar limar diferencias, ya que simplemente son incompatibles.
Más claves de la temporada 3
Por el camino, 'You' recurre a algunas soluciones habituales -lo de encerrar a alguien en la jaula es ya todo un clásico de la serie, pero la cuestión es que sigue funcionando-, pero lo hace en un escenario diferente gracias a esos constantes altibajos en la relación entre sus dos protagonistas que dan pie a varias sorpresas sin que se sientan forzadas. Ahí tanto Badgley como Pedretti cumplen con nota, tanto cuando han de mostrarse más juguetones como cuando toca ponerse serios.
De hecho, son ellos dos los que consiguen dar a 'You' ese complicado equilibrio que hasta cierto punto perdió en su segunda temporada, donde a veces se abusaba de los excesos para mantener la atención del público. Confieso que conmigo funcionó, pero también tengo claro que la primera temporada era mejor en líneas generales. Con la tercera puede que no se alcance ese nivel, en parte por la falta de sorpresa, pero la serie demuestra aquí que sabe evolucionar cuando la ocasión lo requiere.
A cambio, el desenlace en sí mismo se siente como algo inevitable y satisfactorio hasta cierto punto, ya que también es un poco paso hacia atrás para intentar volver a coger impulso. Ya veremos en qué acaba quedando todo, pero hay algo ahí que no me termina de convencer por ir sobre seguro y puede que le suceda lo mismo a algunos espectadores.
Por lo demás, 'You' sigue conservando ese aura de culebrón de lujo con toques de 'Dexter' que siempre ha caracterizado a la serie. Por ahí el riesgo es mínimo y no se hace ningún esfuerzo en conectar con público más allá del que ya había conquistado con anterioridad. Aquí vuelve a primar lo retorcido, añadiendo algunos toques de sexo y jugando a intentar conseguir la empatía del público con unos protagonistas que están muy mal de lo suyo.
En resumidas cuentas
La tercera temporada de 'You' deja claro que la serie de Netflix todavía está lejos de quedar agotada. Es verdad que deja con ciertas dudas sobre la cuarta, pero ahora lo que importa es lo mucho que podemos disfrutar con el matrimonio más tóxico de la televisión interpretado por unos inspirados Badgley y Pedretti.
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