Ya han pasado tres semanas desde el estreno de ‘Under the Dome’, la apuesta de CBS para levantar el habitualmente flojo verano de las networks. Como os comentamos hace unos días, el efecto cita derivado de la estrategia de la cadena de venderla como serie evento ha sido mucho más que satisfactorio, y se ha convertido en el mejor estreno veraniego desde hace más de una década. El segundo episodio consiguió retener a un 85% de la audiencia y aunque el tercero ha seguido bajando (en demos, sobre todo), de momento tenemos Cúpula para rato.
Los resultados de audiencia la colocan como un éxito pero, ¿qué hay del contenido? Las reacciones iniciales han sido muy dispares. Están los lectores cabreados con la cantidad de cambios que hay con respecto a la novela de Stephen King en la que se basa, están los espectadores que han encontrado un entretenimiento veraniego sin pretensiones y también los que se lamentan de la oportunidad perdida de haber convertido ese llamativo punto de partida en un drama de personajes mínimamente notable. Yo me encuentro en este último grupo.
Es high-concept, con sus ventajas e inconvenientes
El poder que ha tenido el original detonante de la historia es indiscutible. Como toda serie high concept, es fácilmente vendible (y lo han demostrado con esos 13 millones de audiencia), lo que es de una gran ayuda para enganchar al espectador de base. Pero sólo de base. Este tipo de detonante funciona muy bien en pantalla grande pero en televisión a la larga se ha de convertir en una serie de personajes que interesen e importen un mínimo como para aguantar varias temporadas (que es la intención que tiene CBS con la serie, ahora que ha encontrado a su gallina de huevos de oro veraniegos).
Y es ahí donde pienso que falla. Tras tres episodios, el desarrollo de personajes sigue siendo muy pobre. Lo que realmente me sorprende es como, sabiendo que han de manejar el misterio con mucho tiento y paciencia para poder alargarlo durante tantos episodios, algunos detonantes de trama y asentamientos de base se perciben innecesariamente precipitados. Junior es un personaje muy típico de la bibliografía de Stpehen King, un joven atormentado por unos insoportables dolores de cabeza que le desesperan y agravan su perfil potencialmente psicópata. Angie es un personaje que muere en uno de los primeros capítulos de la novela, un cambio entendible en la serie pero que podría haber sido una trama estupenda a desarrollar con algo más de calma; ver durante dos o tres episodios cómo se forja ese odio en Junior y conocer a la muchacha para después implicarnos con su secuestro.
Esto sirve como ejemplo para el resto de personajes, que tres entregas después siguen sin generar demasiado interés en sí mismos, no conectan y sigue sin existir algún protagonista más carismático o llamativo al que agarrarse. Y en esto reside la clasificación de sus espectadores, y es que de momento está muy centrada en cimentar las bases del misterio pero, ¿hasta cuando van a seguir subrayando que Big Jim es el malo, que el rollo energético es importante y que los militares lo llaman cúpula?La cosa no avanza demasiado pero los episodios tienen el ritmo suficiente como para entretener, lo que la convierte en una serie de consumo rápido sin demasiadas pretensiones que ha sido suficiente para muchos. Otros buscaban ese aspecto más social y humano de la historia, menos basado una típica dinámica de pueblo y más en cómo afecta esto a las relaciones, a la organización o a la política. Seguramente sea pronto para pedir esto, pero sin unos personajes con algo que contar, no le veo mucho futuro a esa posible línea.
No hay una propuesta visual
Más allá de sus insípidos personajes está su reparto de saldo en el que ni siquiera destaca Dean Norris como un terriblemente sobreactuado villano. No hay verdad en la mayoría de los personajes (ni uno solo consigue emocionar) y el apartado interpretativo desde luego no ayuda. Pero tampoco ayuda ni eleva el resultado final esa propuesta visual plana, sin demasiado cuidado en una fotografía sugerente, en una forma de narrar que llame la atención o una atmósfera que de verdad grite tensión por sí misma. Un planteamiento técnico con algo más de personalidad habría sido capaz de suplir en un principio esa falta de desarrollo en los personajes y la sensación constante de estar viendo otra vez lo mismo.
Sobre la adaptación
Era de esperar que la serie tomase el punto de partida y los personajes de ‘La Cúpula’ de Stephen King para después desarrollarlo a su gusto, igual que era previsible la respuesta negativa del fan acérrimo. El arranque de la novela es muy similar al del primer episodio, todo visto desde diferentes puntos de vista aunque con resultados bastante más crueles y mortales que en la versión de CBS. A partir de aquí, se aprecian muchas diferencias en el planteamiento de las tramas y en sus personajes, pero era algo completamente necesario cuando se pretende contar una historia a largo plazo. El propio King hablaba muy bien de todo esto en su carta a los indignados:
[Con respecto al final de la novela] Esa re imaginación tenía que tener lugar y era mi única preocupación seria cuando la serie estaba en planificación, y esa inquietud era puramente práctica. Si la solución al misterio fuese la misma en televisión y en el libro, todo el mundo la sabría y estropearía gran parte de la diversión (además, a muchos de los lectores no les gustó mi final, en cualquier caso). Por el mismo motivo, fastidiaría el tema que se conociesen todos los arcos de los personajes por adelantado. Algunos que mueren en el libro viven en la versión televisiva de Chester’s Mill. Y algunos de los que sobreviven a la novela pueden no correr la misma suerte en televisión. Solo digo.(…) Personalmente disfruto de ver como esa realidad alternativa de la historia tiene lugar.
No voy a entrar a enumerar las (considerables) diferencias que hay entre serie y novela porque estoy de acuerdo con los argumentos de Steve (para ésta y todas las adaptaciones, sobre todo esa última frase). No tendría mucho sentido en un análisis de la serie pero sí quería mencionarlo porque es precisamente ahí donde está ese desarrollo de personajes que podrían haber trasladado a la versión televisiva de la historia. Si hay algo que se le da bien a King es colocar a sus personajes en una situación extrema y dejar que el hombre sea el mayor peligro para el hombre, y la serie ha huido de ese planteamiento en favor de explotar de primeras el misterio que flota sobre ellos.
Con ‘Under the Dome’ he tenido una respuesta similar a la que tuve en su momento con títulos como ‘Falling Skies’ o ‘Terra Nova’ (no con ‘Jericho’, a la que se parece mucho pero que de primeras me llamó más la atención que esta cúpula ni con 'Perdidos' y su planteamiento diametralmente opuesto), propuestas demasiado blancas y vistas que no me enganchaban por lo que debía diferenciarlas: los personajes. ¿Cuál es vuestra impresión con la serie de momento? ¿Sois de los que la aceptáis como entretenimiento veraniego ligero y sin pretensiones o esperabais algo más? Y una pregunta méramente práctica, ¿a vosotros que habéis visto la serie, os interesaría un artículo que enumerase las diferencias entre libro y novela?
En ¡Vaya Tele! | 'Under the dome' y el nuevo modelo de negocio estival de CBS
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