'Top of the lake', la rabia y el dolor de un pueblo sin ley

Abrazar a 'Top of the Lake' o despreciarla por todo lo que representa. Yo me posiciono entre los primeros e incluso voy un poco más allá, pero no son pocos los que no han podido con su tono o su representación del machismo, entre otras cosas. Por su argumento similar y su ambientación oscura, fría y siniestra, la comparación se estableció desde el principio con 'The Killing', pero poco a poco se fue separando de ésta y creando una identidad de la que era difícil no quedar prendado. Por perturbadora, no por bonita.

Elisabeth Moss es la mitad de 'Top of the Lake'; su interpretación, su historia personal y la relación con un pueblo que desprecia por lo que hizo con ella años atrás es lo que más hipnotiza de toda la serie. Son pocas las escenas en las que no aparece, y el personaje desconcertante que es Robin al principio se vuelve coherente e incluso predecible unos capítulos después. Detrás de toda esa oscuridad hay una historia tétrica con la que Robin quiere acabar, por su salud y la de los que le rodean.

La oscuridad de Laketop

Adri ya hizo hincapié en cómo la ambientación es clave dentro de 'Top of the Lake', hasta convertirse en un personaje más de la serie. Laketop consigue de forma natural lo que 'The Killing' tenía que introducir de forma artificial; toda esa lluvia constante, la acción nocturna y el "porno emocional" al que tenían que recurrir en Seattle se sustituye aquí por un lago enorme, unas montañas asfixiantes y un clima cambiante que convierten al pueblo en un lugar aislado y vacío.

Y es ése aislamiento el que contribuye a la creación de sus personajes y de todos los negocios ilegales que allí se producen. Un lugar aparte, sin ley y sin contacto con el exterior que se pudre entre la propia mierda que sus habitantes vierten sobre él. Casi puedes sentir la angustia entre la vegetación, las tascas de mala muerte, el machismo y el pasotismo de todos sus habitantes al descubrir que una niña de doce años llamada Tui está embarazada.

Nueva Zelanda, el lugar donde se rodó la miniserie de Sundance Channel, puede ser muy atractiva, bohemia y tranquila, pero a la vez resulta demasiado atosigador. La cámara de Jane Campion ('El piano') se recrea en los planos abiertos, con el protagonista en pantalla siendo una partícula infinitesimal de lo que capta la imagen, para que no perdamos nunca de vista dónde estamos; que todo lo que nos rodea es mucho más grande que nosotros mismos.

El pasado de Robin Griffin

Durante los tres primeros capítulos quizá se nos escapan las motivaciones de la implicación de Robin en el caso del embarazo y posterior desaparición de Tui, pero en el momento en que se nos muestra su pasado todo empieza a ir sobre ruedas. Robin está reviviendo su vida a través de los ojos de Tui, su propia violación, el nacimiento de su hijo y cómo tuvo que entregarlo en adopción poco después. No quiere que Tui pase por lo mismo que ella tuvo que pasar, al menos no el procedimiento completo.

Moss le da un toque exquisito a su personaje, representa a la perfección el aislamiento de la mujer en el machista pueblo de Laketop y cómo el regreso de Robin la convierte en un personaje abandonado, errático, impulsivo, solitario y, en cierto modo, nostálgico. Se enfrenta a todo lo malo que esas calles le hicieron cuando era pequeña, pero también recupera los buenos momentos que le dejó; con Johnno por delante.

¿Quién violó a Tui Mitcham?

Me ha encantado el juego de 'Top of the Lake' con todos sus personajes, porque los ha moldeado fácilmente desde el principio y aun así no hemos sido capaces de reconocer a los buenos y a los malos, si es que se pueden hacer estas afirmaciones categóricas. Al final la serie se ha despedido dejándonos las mismas dudas del principio, e incluso más; seguimos sin saber si Robin y Johnno son realmente hermanos, ni quién es el padre del hijo de Tui. Porque, como ella decía hábilmente en su nota, fue "No one", no sólo uno.

Ha habido muchos argumentos en contra de la serie, la mayoría de ellos centrados en el machismo y en la representación de la mujer que hacía el grupo de "Paradise" liderado por GJ, una irreconocible Holly Hunter convertida en abanderada de la mujer maltratada. Un argumento muy pobre, si queréis mi opinión; es como si criticáramos a 'Mad Men' por hacer lo mismo, o a 'Breaking Bad' por la representación que hace del mundo de la droga. Esto no es 'Glee', esto es la realidad; una realidad que apesta.

De 'Top of the Lake' me quedo con sus momentos más dramáticos, los que me han hecho encogerme de dolor por lo que estaba viendo en pantalla. La caída de Jamie por el acantilado y su posterior funeral, la rabia de Tui intentando proteger a su bebé o el asqueamiento de Robin al descubrir el sucio negocio en el sótano de Al. No son siete capítulos, son seis horas de metraje, y como tal hay que considerarla. Si aún no la habéis visto, optad por el maratón. Y dejaos llevar por ella.

En ¡Vaya Tele! | La calma escalofriante de ‘Top of the Lake’

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