Hulu sigue intentando tomar posición en el mercado de producción propia de contenidos. Tiene una ventaja con respecto a otros servicios de streaming y es que su oferta de episodios disponibles al día siguiente de la emisión en directo les diferencia y quita algo de presión. Sin embargo, buscan ficciones que les coloquen más en el mapa. Os hemos hablado aquí de ‘Casual’, una apuesta de nicho, y de ’11.22.63’, una producción más enfocada a hacer ruido que no ha acabado de cumplir su objetivo; y la más reciente es ‘The Path’.
Jessica Goldberg, cuyo trabajo hasta ahora ha sido sobre todo en teatro, es la creadora junto al ya veterano Jason Katims (‘Parenthood’, ‘Rosewell’). Mike Cahill es el productor ejecutivo y director de los primeros episodios (aprovecho para recomendar sus películas como director, ‘I, Origins’ y, sobre todo, la fantástica ‘Another Earth’). ‘The Path’ pone el foco en una secta ficticia llamada the Meyerist Movement, y se adentra en la psicología de los personajes involucrados, desde el líder hasta la gente desvalida a la que captan.
El tema de las sectas siempre me ha resultado un caldo de cultivo interesante para explorar la psicología del ser humano; suele incluir a líderes narcisistas o personas perdidas en busca de pertenecer a algo o conectar con alguien. Si se le saca partido a esto último podemos ver estudios de personajes muy estimulantes e intensos. Algo que, en cierta medida, está en este nuevo drama de Hulu.
Una «historia de sectas»
Aaron Paul (‘Breaking Bad’) interpreta a Eddie, un convertido al Meyerismo que, tras pasar un tiempo en un retiro espiritual, empieza a tener dudas. Estas dudas tienen consecuencias terribles en su matrimonio con Sarah, Michelle Monaghan (‘True Detective’), quien nació en una familia de la secta y tiene autoridad dentro de ella. El tercero en discordia es el líder del movimiento Cal, Hugh Dancy (‘Hannibal’). Hay otros personajes como un detective que investiga a la secta o una joven (Emma Greenwell, ‘Shameless US’) a la que salvan de un tornado y quien ha sido víctima de abusos.
Tras catar los tres primeros episodios, han quedado al descubierto las mayores virtudes y faltas de ‘The Path’. Por un lado, seguramente juega en su contra el hecho de que los elementos que la componen son demasiado familiares; ya lo decía antes, las historias de sectas suelen tener el mismo tipo de personajes y planteamientos pero aquí tiene el agravante de la previsibilidad en algunos aspectos y personajes.
Pero por suerte, entre las historias que plantea, hay algunas que resultan muy atrayentes. La trama principal es la de Aaron Paul, y es la más previsible y la que más busca el factor enganche a través del misterio que se genera porque quiere encontrar la verdad sobre la secta. Sin embargo, personalmente el atractivo del conjunto que ha hecho que siga viendo episodios han sido personajes inicialmente más secundarios, como el líder (que acaba tomando más protagonismo) o el hijo adolescente de Eddie.
Los secundarios brillan
Los líderes de secta suelen ser mostrados como seres narcisistas y manipuladores; además no es poco frecuente que no sean tan creyentes de lo que están divulgando. Sin embargo, el personaje de Hugh Dancy es más complejo de lo que parece en un principio, poco a poco se va profundizando en él, en la influencia de su familia y su pasado con la bebida, en su verdadera y (aparentemente) auténtica intención de hacer del movimiento algo positivo para la mayor gente posible.
Por otro lado, Hawk (Kyle Allen o también conocido como el-doble-de-Heath-Ledger-en-Diez-razones-para-odiarte) tiene un personaje muy atractivo, ya que es un adolescente convencido que desea acabar el instituto cuanto antes para alejarse de todos esos niñatos y niñatas que no viven en La Verdad. No es ningún descerebrado, sino que se le muestra simplemente comprometido con las creencias de su familia y con ser un buen miembro del movimiento. La cosa se tambalea cuando empieza a conectar con una muchachita que le pide ayuda, pero la serie no toma en ningún momento el camino fácil y simplemente nos hace partícipes de cómo Hawk no tiene malas intenciones pero sabe que su familia no va a entenderlo, por lo que empieza a distanciarse de ellos.
Sólo la psicología de ambos personajes (el líder y el adolescente) son lo suficientemente potentes y atrayentes como para mantenerme interesada en ‘The Path’. Estoy expectante de ver por dónde evolucionan otras tramas más tumultuosas y si finalmente empiezan a aprovechar a otros personajes, como la prueba de devoción a la que se tiene que enfrentar Michelle Monaghan con lo que representa Miranda Frank (Minka Kelly, ‘Friday Night Lights’), el otro lado de su problema marital.
En conclusión, ‘The Path’ tiene elementos interesantes y otros más convencionales que tiene espacio para crecer con todos los conflictos que ha planteado en los tres primeros capítulos. Confío en que poco a poco vaya profundizando en otros personajes y líneas que han atisbado hasta ahora, porque** puede convertirse en un visionado muy estimulante**.
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