Si no has visto '24', te estás perdiendo en Netflix la gran serie de acción de lo que llevamos de siglo

Si no has visto '24', te estás perdiendo en Netflix la gran serie de acción de lo que llevamos de siglo

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Bauer

La reciente llegada de ‘24’ al catálogo de Netflix en España nos ha llevado a acordarnos de una de esas series que dejó su marca en la historia de la televisión. Estrenada en 2001, no tardó demasiado en convertirse en una de las series norteamericanas más populares de la primera década del siglo XXI, llamando la atención por su peculiar formato intentando imitar la acción en tiempo real, pero conquistando definitivamente al público gracias al ya mítico personaje de Jack Bauer.

Muchos ya verían ‘24’ en su momento, pero la serie tiene ahora una oportunidad de oro para llegar a un público que por aquel entonces quizá ni siquiera estuviera en edad de ver una propuesta de estas características. Y es que la serie abraza sin rubor el uso de la tortura para hacer frente a las diferentes amenazas terroristas y, de paso, entretener al espectador. A continuación vamos a repasar los motivos por los que merece la pena acercarse hoy en día a ‘24’.

Jack Bauer, el héroe de acción definitivo

Jack Bauer

Jack Bauer fue al mismo la sublimación del héroe de acción que dominó Hollywood a finales de los 80 y principios de los 90 y el canto de cine de un arquetipo que la industria del cine había ido dejando de lado desde mucho antes. Es cierto que es un agente federal y no un policía, pero no es difícil ver en él una prolongación de personajes como John McClane, contando incluso con una expresión muy característica que pronunció en infinidad de ocasiones: “¡Maldición!”. ¡Si hasta se habló sobre un posible crossover entre ambos personajes!

Bauer es un personaje que no deja de recibir golpes a lo largo de la serie, tanto físicos como emocionales. Su hija es secuestrada en infinidad de ocasiones y su mujer tampoco sale precisamente bien parada. Además, es traicionado a menudo -que haya algún topo dentro de la Unidad Anti-Terrorista en la que trabaja acabó convirtiéndose casi en un meme de la serie- y en no pocas ocasiones tiene que actuar si contar con el respaldo de sus compañeros.

Hablar de él como si fuera un héroe renegado no está de lugar, pero cuidado a la hora valorar sus métodos, ya que le da igual recurrir cualquier método para que su investigación no fracase. A fin de cuentas, infinidad de vidas dependen de ello, pero claro, cuando echas mano tan a menudo de la tortura puede acabar pareciendo que su uso es algo habitual en Estados Unidos. Tanto es así que hasta el mismísimo Bill Clinton llegó a referir a Jack Bauer en una entrevista…

Eso le valió duras críticas a la serie, no tantas en sus primeros años, pero sí a medida que iban pasando las temporadas, pero hay que saber diferenciar entre un personaje de ficción y la realidad. Al final, lo esencial en el caso de Bauer es que Kiefer Sutherland acabó derrochando carisma por los cuatro costados. Eso quizá no se note tanto en la primera temporada, pero a partir de la segunda el personaje ya ha pasado por una experiencia muy traumática y no deja de seguir creciendo hasta el punto de que enfrentarse al más difícil todavía parecía razonable, incluso cuando ya la decadencia física y psicológica empezaba a hacer mella.

Acompañantes de primera

Tony Almeida

‘24’ es una serie en la que todo el mundo puede morir. Al principio puede parecer un entretenimiento vibrante pero encaminado en todo momento hacia el inevitable final feliz. ‘24’ no es ese tipo de serie, llegando incluso a plantear dilemas muy potentes como que el propio protagonista tenga que verse en la tesitura de ejecutar a uno de los suyos si quiere evitar una catástrofe terrorista.

No obstante, lo importante aquí es que Jack Bauer no es el único buen personaje de la serie. Especialmente interesante es el caso de Tony Almeida -impecable Carlos Bernard, incluso cuando el personaje empezó a navegar a la deriva-, quien durante varias temporadas vino a ser un espejo más honorable de nuestro protagonista antes de sufrir infinidad de cambios, pero la galería de héroes y villanos de la serie cuenta con más personajes a tener en cuenta como David Palmer, Nina Myers, Michelle Dessler, Chloe O’Brian o Sherry Palmer. A Kim Bauer no la meto aquí, pues justo es reconocer que su personaje siempre fue un poco molestia necesaria para intentar conectar con el público juvenil.

Puede que Jack Bauer llegase poco menos que a ser el Dios de la serie, pero durante varias temporadas estuvo muy bien rodeado, tocando techo sin duda en la quinta temporada, reconocida de forma unánime como la mejor de ‘24’. Adrenalina y diversión de primerísimo nivel que incluso fue justamente recompensada con el Emmy a la mejor serie dramática del año. La serie tocó techo entonces y nunca volvió a estar a ese nivel, en parte porque luego no fue capaz de introducir personajes nuevos igual de efectivos con la excepción de Charles Logan.

El formato

Reloj

Cada temporada está establecida para que los sucesos transcurran a lo largo de 24 horas consecutivas. No hay tiempo que perder  y eso es algo que se refleja en la serie. Dejando a un lado el hecho de que algunos viajes se realizan en un tiempo imposible, la estructura de la serie es algo muy trabajado en ‘24’, viéndose beneficiada en su primera temporada por contar con un realizador tan solvente como Stephen Hopkins para establecer la identidad visual de la serie.

Una de las cosas más curiosas es que las etapas más interesantes de la serie son aquellas en las que se nota que los guionistas parecían más preocupados por dotar a la temporada de una estructura más clara, dejando en un “segundo plano” la necesidad de hacer vibrar al espectador.

Pura adrenalina

Tortura

24 episodios por temporada ya eran muchos entonces, pero en el caso de ‘24’ es algo que forma parte de su propia razón de ser y no puede permitirse dar respiro al espectador. A veces eso desemboca en amenazas intermedias que se podrían haber ahorrado, pero como son muy entretenidas lo pasamos por alto.

Eso sí, pocas series han demostrado un manejo del cliffhanger a la altura de ‘24’. Mucho se hablaría años después de ese recurso tras el estreno de ‘Perdidos’, pero las vibrantes aventuras de Jack Bauer ya habían llevado eso a otro nivel mucho antes, siempre acompañado de ese tictac del reloj que alcanzaba otra dimensión cuando se quedaba mudo por la muerte de algún personaje. Grandeza.

Además, ‘24’ no era uno de esos casos de episodios en los que no pasa nada para intentar engancharte con un repentino giro de guion final. Aquí absolutamente todo está pensado en seguir hacia delante, ver qué obstáculos se cruzan en el camino de su protagonista y las “flipadas” a las que echa mano para conseguir salvar un día otra vez más.

No hay límites

Charles Logan

Cualquiera puede ser el villano en ‘24’. Vale, Jack Bauer no, aunque a menudo tenga que luchar contra la idea de que se ha rebelado contra sus superiores, pero de los demás sí que se tomaron decisiones muy osadas que ayudaron a que el impacto de la serie no decayese. Y es que aquí el todo vale no se aplica solamente a los métodos de su protagonista, ya que se extiende a todo lo que están dispuestos a hacer sus responsables para superarse.

Obviamente ayuda contar con buenos villanos -visto hoy en día menudo lujo fue poder contar en una misma temporada con Misha Collins, Zeljko Ivanek y el ya fallecido Dennis Hopper-, pero todavía más contar con un tratamiento de las escenas de acción que sabe cuándo potenciar la tensión o cuándo dar rienda suelta a la violencia pero sin regodearse nunca en ella. Es cierto que en alguna ocasión podría parecer que Bauer disfruta torturando, pero también que llega un punto en el que ha pasado por tanto que se puede “entender” que así sea.

Puedes ver '24' en Netflix
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