Terminando el verano, ahí fue cuando Netflix decidió estrenar su serie sobre Pablo Escobar y el cartel de Medellín que tanto influyó en la vida de los colombianos. 'Narcos' es una producción creada por Chris Brancato, Eric Newman y Carlo Bernard y, con sus diez primeros capítulos, (la segunda temporada ya está confirmada), ha puesto sobre el ojo del huracán audiovisual una historia que, por más veces que haya sido contada, resulta difícil de olvidar.
Ahora que Netflix ha llegado a España, tal vez muchos decidáis darle la oportunidad a esta producción. Lo cierto es que creo que difícilmente pueda defraudaros, porque tiene todos los ingredientes para ser apasionante y adictiva y el menor de ellos no es precisamente que nos cuente hechos tan reales que nos hielan la sangre.
Ficcionando la historia
Encontrar a un personaje como Pablo Escobar y decidirse a escribir una serie sobre él es algo tan suculento que parece la decisión más natural. Conocer cómo fue la vida de uno de los narcotraficantes más famosos del mundo tiene tantos capítulos que es de esas ocasiones en las que la realidad parece ofrecernos todo lo necesario para que una serie nunca pueda pecar de aburrida.
Si no se conoce la historia del personaje es muy fácil quedar con la boca abierta delante de algunos hechos que se cuentan. Preguntar "pero, ¿esto pasó de verdad?" Y darnos una vuelta por nuestro queridísimo Internet para descubrir que sí, que ninguno de los grandes hechos que se mencionan en la serie son inventados (aunque sí su universo circunstancial, claro está) y que incluso, muchos otros han quedado en el tintero.
Cuando el prota es un villano
Ya sabemos que, en la actualidad, el héroe bondadoso e íntegro no sólo nos aburre, sino que incluso puede dar un poco de risa. Walter White, Tony Soprano, Frank Underwood... han puesto de moda al antihéroe. Pero claro está, una cosa es ver una ficción en la que todo, aunque muy realista, es inspirado; y otra muy distinta es conseguir que un villano como Escobar consiga caernos bien.
El periplo de Escobar no le convierte en un inocente, precisamente, en alguien al que podamos perdonar sus pecados sin darles más trascendencia. Los años en los que el narcoterrorismo estaba a la orden del día, en los que los políticos eran asesinados y toda la sociedad civil permanecía en jaque mientras los atentados se sucedían sin parar, son una mancha muy negra para cualquier personaje.
Aún así, como buena serie televisiva, 'Narcos' se permite mostrarnos un lado de Escobar con el que poder empatizar. La relación con su familia, su amor y predilección por su primo Gustavo, e incluso la soledad y la paranoia de una construcción como La Catedral, la cárcel de lujo diseñada por Escobar para vivir su "encierro", consiguen convertirlo en alguien humano.
Una serie con muchas virtudes...
Para tener una visión más global de la historia, también ha sido fundamental la presencia de la otra parte: el gobierno y los agentes que luchaban contra Escobar. De hecho, por el lado de los policías, tendríamos a uno de los protagonistas oficiales, quien da la voz en off en muchas secuencias. Tanto Murphy como Peña existieron también en realidad y han sido asesores para que la serie llegara hasta nosotros como la estamos viendo.
También resulta muy interesante cómo el gobierno colombiano actuó frente a la tiranía que Escobar pretendía marcar con sus decisiones y actos. La presencia de un político como Gaviria es clave y la manera en que las decisiones gubernamentales chocaban, a su vez, con el interés real de la DEA por extraditar a Escobar y que éste cumpliera prisión en EEUU nos sumerge en otras curiosas polémicas.
La serie, a nivel narrativo, es una pieza fantástica que sabe aprovechar de maravilla los recursos que tiene para construir una historia que tiene drama, tragedia pero también un socarrón sentido del humor. La inclusión de imágenes reales, como las del atentado del Avianca o la toma del Palacio de Justicia consiguen ponernos los pelos de punta.
... y un defecto terrible
Si habéis oído hablar de 'Narcos', tal vez os haya llegado un problema que tiene esta ficción y que, para muchos, supone el primer punto a destacar, por encima de su interesante historia. Esta serie, de la que Netflix presume que ha sido 3/4 partes rodada en castellano, tiene como protagonista a Wagner Moura un actor que, a pesar de sus esfuerzos, no consigue disimular su acento brasileño.
Otros actores que supuestamente interpretan a colombianos tienen el mismo defecto: hay rastros de inglés en sus frases o incluso de acentos de otras latitudes iberoamericanas, como la argentina. Es de suponer que, para los espectadores de Netflix en Estados Unidos, esta circunstancia pasa sin llamar la atención, pero si la compañía de vod quiere de verdad llegar a mercados internacionales ganándose el respeto de los televidentes, tendría que cuidar más este tipo de detalles. Me imagino qué horrores han tenido que pensar los colombianos cuando hayan visto a un Escobar que no sabe hablar en su lengua materna.
En ¡Vaya Tele! | Netflix apuesta por los 'Narcos' y concede segunda temporada
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