No hay dolor en la Ciudad de la Luz. Tampoco hay realidad. El mundo virtual creado por ALIE para salvar a la humanidad no es más que Matrix, la caverna de Platón, un lugar en el que las personas pueden dejar atrás sus sufrimientos, pero a costa de perder precisamente lo que las hace ser como son: sus recuerdos, su dolor, su capacidad de elegir. Ha sido un tema que se ha mantenido al fondo de toda la trama de ALIE y Jaha reclutando por la fuerza gente para su causa, para la Ciudad de la Luz, y que se explicita muy claramente en el final de la tercera temporada.
La sutileza no es uno de los fuertes de 'Los 100'. Lo suyo es más avanzar las tramas sin descanso y poner a sus personajes y a su protagonista, Clarke, ante decisiones imposibles, y esto es parte de la razón por la que la serie se ha visto este año envuelta en una controversia que, después, se amplió con las acciones tomadas por otras series. Y lo más curioso es que lo que inició esa controversia es lo mejor que pudo pasarle a la serie.
Toda muerte tiene consecuencias
Porque, al final, Lexa debía morir. Esto no excusa que el timing de su muerte y el modo en el que se manejó fueran desafortunados, por decirlo finamente, pero era un desarrollo que la temporada necesitaba. La entrega de Arkadia a un líder cuya idea de la supervivencia es el exterminio de todos los que se interpongan en su camino, y las propias pugnas entre los terrícolas por socavar la autoridad de la Comandante, eran ideas que, probablemente, funcionaban mucho mejor sobre el papel de lo que lo hicieron en pantalla.
El arco de Bellamy, por ejemplo, se vio demasiado acelerado para que realmente comprendiéramos sus ansias de venganza por el abandono de Lexa en el Monte Weather, y que se lanzara tan de cabeza a seguir las tácticas tirando a totalitarias de Pike. Con el paso de los episodios, y las sentencias de muerte a Kane, Lincoln y el resto de insurgentes, Bellamy va despertando y, para el final, el personaje está más o menos recuperado. Pero sigue pretendiendo imposibles, como que Octavia pueda colaborar con Pike sabiendo que él mató a Lincoln.
La venganza de Octavia es una de las consecuencias que han tenido las dos grandes muertes en la tercera temporada de 'Los 100'. La ejecución de Lincoln no podía quedar impune, y el fallecimiento de Lexa no podía quedar sólo como un momento impactante. Su muerte conecta todas las líneas argumentales que la serie había manejado hasta ese momento y, de paso, nos explica el origen del holocausto nuclear que da pie a todo.
Ese vistazo a Becca, la creadora de ALIE, y la revelación de que la versión actualizada de esa inteligencia artificial lleva pasando de comandante en comandante durante generaciones, fusionándose con ellos, fue uno de los momentos álgidos de la temporada, y también es el instante en el que queda claro que, otra vez, Clarke va a tener que tomar las riendas de la situación y sólo va a tener una posibilidad para acabar con ALIE: implantarse ella misma la Llama e ir a la Ciudad de la Luz.
Un final a lo Matrix
El último episodio de la temporada, ese 'Perverse instantiation' doble, nos devuelve la mejor versión de 'Los 100', la que avanza la trama sin descanso y pone a sus personajes ante situaciones cada vez más complicadas. Y la que deja en manos de Clarke el último recurso. En la primera temporada fue el encendido de los motores de la nave de descenso para matar a los terrestres que los asediaban; en la segunda, la irradiación de todos los habitantes de Monte Weather y, en ésta, la activación del kill switch, del interruptor de emergencia que destruye a ALIE y a ese mundo de fantasía que es la Ciudad de la Luz.
La manera en la que vemos, por un lado, a Raven trabajando en el código de ALIE para darle a Clarke un camino hacia el interruptor, a Bellamy, Octavia y Pike frenando a los sectarios de ALIE (Jaha y Kane incluidos), a Abby y Murphy intentando mantener el corazón de Ontari bombeando "sangre de la noche" a Clarke y, por otro, a ésta en la Ciudad de la Luz, buscando ese kill switch e intentando eludir la vigilancia de ALIE, construye un último capítulo trepidante y que no da un solo respiro. Y en el que Clarke y Lexa se reencuentran de nuevo.
Era de esperar que, habiendo llevado esa ALIE 2.0 en la nuca, Lexa estaría también en la Ciudad de la Luz, y su aparición para proteger a Clarke de los ataques de ALIE le ofrece también la despedida que merecía, y que no había podido tener antes. Esta Lexa es un poco la Trinity para la Neo de Clarke, si comparamos esta parte del final con 'Matrix'; Clarke tiene que hacer "despertar" a todos del sueño irreal de la Ciudad de la Luz. Y tiene que hacerlo sabiendo que la Tierra tiene otra vez los días contados, con la revelación de la fusión en esas centrales nucleares abandonadas que, muy probablemente, centrará la cuarta temporada.
Una temporada de menos a más
La tercera temporada de 'Los 100' era la prueba de fuego para la serie. Después de sorprender a todo el mundo con una segunda entrega que llevaba mucho más allá de lo esperado su premisa, los primeros capítulos de la tercera apostaban por ampliar un poco más su mundo, por mostrarnos más en detalle el funcionamiento de los terrestres y de las frágiles alianzas que Lexa había conseguido entre todas las tribus. Pero manejar más líneas argumentales no le ha hecho ningún bien.
La evolución de Bellamy o la presentación de la Nación del Hielo han sido algunos de los aspectos a los que esa ampliación del universo de la serie no les ha sentado nada bien. Hacía falta más tiempo con ellos para que los viéramos realmente fructificar, pero por suerte, en cuanto la trama de ALIE y la Ciudad de la Luz pasa a primer plano, la temporada eleva su interés y se vuelve mucho más efectiva. La exploración de por qué alguien como Raven puede sentirse tentada por las promesas de ALIE, la manera en la que Clarke, Bellamy, Octavia y Monty trabajan en conjunto para salvarla y la entrada final de Clarke en la Ciudad de la Luz muestran cómo esos 16 episodios han ido de menos a más.
La cuarta temporada no se verá hasta 2017, y entonces comprobaremos si 'Los 100' mantiene su lema de que no se puede huir de las cosas que has creado, como decía William Adama en 'Battlestar Galactica'. ¿Cómo podrán seguir adelante Jaha, Kane y Jasper sabiendo lo que hicieron mientras estaban controlados por ALIE? ¿Qué pasará ahora con Octavia, después de haberse vengado por la muerte de Lincoln? ¿Y asumirá finalmente Clarke su rol como líder de Arkadia? Huir de su dolor, como hizo al final de la segunda temporada, ya no es una opción para ella. Como le dice a ALIE, el dolor no se aparta a un lado, no se puede ignorar. Hay que afrontarlo para superarlo.
En ¡Vaya Tele! | 'Los 100' se juega mucho en una tercera temporada que promete
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