Las renovaciones de última hora generalmente no son un buen presagio, y aunque personalmente me alegré de la decisión de The CW de darle una segunda oportunidad a 'Life Unexpected', tengo que admitir que no supieron resarcirse de los errores que cometieron en los primeros capítulos. La repetición de tramas no le ha hecho ningún bien, y que el personaje central de la serie siguiera siendo una adolescente malcriada y egoísta ha sido el remate.
De lo único que nos han librado ha sido de las cansinas discusiones entre Cate y Baze, que llenaron muchos minutos en la primera temporada, pero que apenas se han visto este año. No obstante, no podían dejar a Cate sin un macho alfa al que desafiar, y la infidelidad de Ryan fue la excusa perfecta para traer de nuevo al ogrito que lleva dentro. Improperios, peleas y malas caras que no se resolvieron hasta el último tramo. Y aun así, no pude evitar cogerle cariño a los personajes.
Se va Bug y llega el Sr. Daniels
Poquísimo duró Bug este año en 'Life Unexpected', y realmente ha sido un acierto. Si querían darle más juego a Lux y a su relación con Jones, había que quitar este elemento de en medio cuanto antes; y nada mejor para espantar a una adolescente de 16 años que proponerle matrimonio. Que sí, que es muy romántico y Lux es una muchacha muy madura para su edad, pero de ahí a dar el gran paso hay un trecho. El otro, claro, se rebota y se pira; y ya no vuelve a aparecer.
El que no tarda en llegar es el Sr. Daniels, el nuevo profesor de Lux, con el que comienza una relación. Todo muy poco creíble, tengo que decirlo. Te llega un rubio al bar de tu padre y te dice que te montes con él en el coche para ver el océano, y tu vas y te montas. La jugada salió bien, pero en fin, son esos pequeños detalles que hacen chirriar una historia que no termina de cuajar. Y para cuando él se da cuenta de la juventud de la joven, ya es demasiado tarde y está coladísimo por sus huesos.
Y aunque este tema de la relación alumna-profesor es el tema al que recurren las series cuando están agonizando, pienso que ha sido de lo poco salvable de la temporada. ¿Por qué? Pues porque probablemente ha sido la única pareja que se ha querido de verdad, la única que ha protagonizado momentos románticos sin engaños ni mentiras; la mayoría de momentos bonitos han venido de esta pareja (preciosa escena en el lago de noche) y el hecho de tener que mantenerlo en secreto le ha dado su puntillo.
Las mentiras de Lux... y del resto
Es cierto que Lux tenía mucho que ocultar este año, y hasta cierto punto podemos comprenderlo; pero en el momento en que sus mentiras empiezan a afectar a los que le rodean, deja de ser divertido. Lo de Mr. Daniels se entiende, todos sabíamos lo que pasaba y las causas por las que no podía contarlo (acabaría con él en la cárcel), pero dado que los espectadores no conocíamos las motivaciones que tenía para mentir sobre su antigua familia de acogida, nuestra visión de ella empeoró aún más si cabe. Y es que cuando parecía que todo se resolvía, Lux volvía a ponerlo todo patas arriba.
Pero los demás no se quedan detrás. Ryan ocultó su affair con Julia, y Cate hizo lo propio con Baze. Entre esto, los intentos de Cate por no quedarse embarazada y su despido como locutora en la emisora de radio, la relación de la parejita por excelencia se fue al garete en menos que canta un gallo. Luego todo volvió a ser feliz cuando ella finalmente se quedó embarazada, pero el aborto y el descubrimiento de que Julia estaba embarazada lo dejaba todo de nuevo en el aire... ¡y sólo quedaban diez minutos de capítulo!
Otra que no tuvo reparo en mentir fue la nueva jefa de Baze, que se había beneficiado tanto al padre como al hijo en un corto periodo de tiempo. Al final, el único que resultó ser completamente sincero fue el propio Nate, que para una vez que sienta la cabeza se ve traicionado por su padre y su novia. Un dramón de narices.
El epílogo final
El epílogo es una forma fácil y satisfactoria de terminar una serie, es un fin que cierra a largo plazo todas las tramas, y es imposible no dejarte una lágrima en el camino; el brillante epílogo de 'Six Feet Under' es un buen ejemplo de ello. Pero cuando un epílogo se convierte en el último recurso para cerrar una trama in-extremis, la cosa pierde valor; y eso ha sido precisamente lo que le ha pasado a 'Life Unexpected'.
Sí, no voy a negar que lloré como un crío cuando vi los últimos cinco minutos del capítulo, soy de lágrima fácil y, como ya he dicho, le terminé cogiendo mucho cariño a todos los personajes, pero para mí es un final algo forzado, y no me ha dejado nada satisfecho. Mucha gente piensa que estaba claro que Cate y Baze terminarían juntos; personalmente, viendo los derroteros que había cogido esta temporada, yo no lo tenía tan claro, y ciertamente no era ése el final que quería. Ambos estaban muy bien posicionados con sus respectivas parejas, y dejarlos como estaban hubiera sido un final bastante digno. Pero bueno, no se pudieron resistir al "...y comieron perdices".
Lo de Lux ya me chirría un poco más; acabar emparejada con Jones a estas alturas, cuando nunca le había profesado ningún tipo de cariño, no viene a cuento. Quizá esperaba una entrada triunfal del Sr. Daniels en el acto de graduación, ahora que Lux ya tiene los 18 años, pero no hubo suerte. En definitiva, un final feliz, pero con ese puntito amargo que no deja saborear a gusto una historia que se obcecó demasiado en contar lo mismo una y otra vez. No está confirmada oficialmente su cancelación, pero está claro que de aquí no van a salir más capítulos. Descanse en paz, 'Life Unexpected'.
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