El capitán Pike tiene el futuro y el canon trekkie en sus manos
Con la llegada (al fin) a España de 'Star Trek: Strange New Worlds' se saldaba cierta deuda con los trekkies a través de una serie que es todo lo que la franquicia ha sido durante décadas. Con nuestros más y nuestros menos, las aventuras de la Enterprise del Capitán Pike (Anson Mount) y su tripulación nos han convencido.
Pero, como suele pasar a la hora de tratar con spin-offs en un mismo universo, nos encontramos con ciertos desajustes en la línea temporal de Star Trek. Y en esta serie tenemos un interesante descuadre o, al menos, un conflicto entre los hechos de la serie original y esta precuela.
Con la cronología en mano, 'Star Trek: Strange New Worlds' comenzaría unos pocos meses después de su la aparición de Pike y compañía en 'Star Trek: Discovery'. Esto nos sitúa alrededor del año 2259, unos siete años antes del comienzo de la Serie Original (TOS).
Por cierto, aquí tendremos spoilers de la temporada 1 de 'Strange New Worlds'.
Pequeños desajustes en todas partes
Ya desde el principio de la serie observamos ciertas discrepancias en la continuidad de la franquicia (la relación de Spock con su prometida, por ejemplo está "retconeada") en lo que uno de los motivos del capitán Pike es esa visión sobre su futuro y muerte. Algo que le atormenta y que corresponde a lo que vimos en 'La colección de fieras' (episodios 1x12-13 de 'TOS').
Si bien hay detalles por aquí y por allá, ha sido el episodio final de la temporada 1 de 'Strange New Worlds' la que ha hecho saltar un pelín las alarmas al mostrarnos un posible futuro que entraría en conflicto directamente con toda la continuidad de la saga de cumplirse.
'Una cualidad de piedad' pone al capitán Pike ante el dilema de advertir a un joven muchacho del peligro que en el futuro pondrá en riesgo sus vidas. En ese momento recibirá la visita de un yo futuro que le advertirá que eso tendrá consecuencias nefastas para la Federación, llevándole a un momento clave que en realidad está bien anclado en el pasado de la saga.
El episodio nos lleva a revisitar los eventos de 'El equilibrio del terror', la presentación de los romulanos en 'Star Trek' (TOS 1x15), implicando que Pike seguiría al mando de la Enterprise en esos momentos en lugar de James T. Kirk (interpretado aquí por Paul Wesley) y provocando, por tanto, un descuadre en la cronología de la saga.
En palabras de Henry Alonso Myers, coshowrunner de la serie, en ese momento tenían varias ideas en el aire:
«Teníamos tres ideas sobre la mesa. Una era "¿Y si encontrásemos el modo de recontar una episodio clásico de TOS pero con nuestros personajes?" y una era lo que llamaría el fantasma del futuro de Pike, la idea clásica de viaje en el tiempo de "¿Y si tu yo mayor viene y te dice que no hagas eso que estás a punto de hacer?" Y entonces estaba esa tercera idea... el Spock de 'La colección de fieras' es una persona que roba la Enterprise y claramente tiene una lealtad hacia el capitán Pike, ¿y si contamos la historia de cómo sucedió eso?»
Si bien no deja de ser un clásico episodio de posible futuro a evitar, los guionistas dejan en manos del protagonista el asumir su destino o intentar cambiarlo. De hecho sí que esta visión de futuro le hace deshacer la decisión que había tomado... pero aún quedan años por delante y este tormento es uno de los leit motivs de Pike durante 'Strange New Worlds'.
¿Jugada Kelvin a la vista?
Podríamos incluso hablar de este episodio como un pequeño globo sonda por parte de los guionistas: las cosas pueden cambiar mucho según las decisiones del personaje de Anson Mount. Incluso con este conocimiento podría decidir intentar cambiar las cosas y podríamos acabar en una línea temporal alternativa al estilo de la Kelvin.
Recordemos que en 2009, J.J. Abrams propuso junto con Roberto Orci y Alex Kurtzman (que, recordemos, es el arquitecto de esta nueva etapa trekkie) una nueva línea temporal que se creaba al evitar la destrucción en un futuro de Romulo (algo que está en el trasfondo de la primera temporada de 'Star Trek: Picard').
Si somos sinceros, al contrario que otros universos como el de Star Wars, que mantiene bien cimentado y prácticamente inamovible su guía de estilo y estética (los diseños de hace cuarenta años y los de ahora apenas difieren más allá de sutilezas), con Star Trek hay mucha más manga ancha.
Hay bastante flexibilidad tanto en eventos como en diseños, lo que se nota en, por ejemplo, el aspecto de los klingons originales respecto a representaciones posteriores. Lo que haría que un nuevo pequeño reboot en la saga no sería algo extraño para la franquicia de ciencia ficción. Quién sabe si ese es el plan, pero ahora que en Marvel están con los "multiversos" no sería extraño que quisieran emularlo.
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