Estaba claro que este iba a ser el año de la polémica en ‘Juego de Tronos’. Hasta ahora habíamos sido testigo de algunas críticas de los lectores más exigentes con respecto a la adaptación del material escrito a la pantalla. Algunos cambios de personajes y de tramas de las cuatro temporadas anteriores no han sentado bien y el debate ha estado siempre encendido.
Era de esperar que esta quinta temporada, que mezcla dos de las novelas además de contar con información que va más allá de lo publicado actualmente en papel, la cosa se calentase de forma exponencial, y al parecer George R. R. Martin está harto de que le inunden el blog de comentarios y le envíen emails exigiendo explicaciones y opinión al respecto.
Tras la emisión del capítulo más reciente, el sexto de la quinta temporada, las redes sociales se pusieron tensas con el devenir de algunas tramas, y están acosando al Martin, quien ayer ha respondido con un post en su blog. Él mismo dice que se esperaba esta reacción al episodio. Después de comenzar diciendo que había eliminado los comentarios, sin importar su tono, porque no era el lugar para debatir la serie, entra en harina.
Muchos fans me siguen incitando a que comente. Dejadme reiterar lo que ya he dicho antes. ¿Cuántos hijos tenía Scarlett O’Hara? Tres, en la novela. Uno en la película, ninguno en la vida real. Era un personaje ficticio, nunca existió. La serie es la serie, los libros son los libros. Dos narraciones diferentes de la misma historia.
Ha habido diferencias entre las novelas y la serie desde el primer episodio de la primera temporada. Y desde entonces llevo hablando del efecto mariposa. Pequeños cambios llevan a cambios más grandes y a cambios enormes. HBO lleva ya cuarenta horas en esta tarea imposible y exigente que es adaptar mis (extremadamente) largas y (excesivamente) complejas novelas, con todas sus capas de tramas y subtramas, los giros, las contradicciones, los narradores no fiables, cambios de puntos de vista y ambigüedades, y un reparto de personajes que se cuenta en los cientos.
Raramente nos topamos con una serie de televisión tan fiel a su material de partida, en líneas generales (si dudáis de esto, hablad con los fans de Harry Dresden (‘The Dresden Files’) o los lectores de las novelas de Sookie Stackhouse (‘True Blood’), o los fans de los comics de ‘The Walking Dead'). Pero cuanto más avanza la serie, más grandes se hacen las mariposas. Y ahora hemos alcanzado un punto en el que el aleteo de las alas de la mariposa está provocando tormentas, como la que ahora mismo está sepultando mi email.
La literatura y la televisión tienen diferentes fortalezas y flaquezas, diferentes requerimientos. David, Dan, Bryan y HBO están intentando hacer la mejor serie de televisión que son capaces. Y yo por mi parte intento escribir las novelas lo mejor que puedo.
Y sí, difieren cada vez más. Dos caminos que se bifurcan en la noche de un bosque, supongo. Pero todos seguimos procurando que al final lleguemos al mismo lugar.
Mientras tanto, esperamos que los lectores y los espectadores disfruten del viaje; o de los viajes, en el caso que sea. A veces las mariposas se convierten en dragones.
Después se despide apuntando que cierra los comentarios del post y que a aquellos que quieran discutir sobre el tema, se vayan a otros lugares más adecuados. Esta es la lista que él hace: Westeros, Tower of the Hand, Watchers on the Wall, Winter Is Coming y los apartados de comentarios de los críticos de television que normalmente hacen seguimiento de la serie: James Hibberd, Alyssa Rosenberg, Mo Ryan, James Poniewozik y demás.
La polémica de nunca acabar
Personalmente estoy muy de parte de Martin. Nunca entenderé cómo a los consumidores de ficción les cuesta tanto entender las exigencias que entraña adaptar una narración a un medio distinto; cómo los esquemas y las herramientas asociados a ese medio condicionan el modo en el que planteas la historia. Cómo una novela tiene mucho más espacio para desarrollar según qué cosas pero a la vez tiene menos capacidad de síntesis (una imagen vale más que mil palabras). Cómo el ritmo interno de la narración y la relación con el receptor (espectador/lector) son drásticamente distintas.
Como dice el propio autor de ‘Canción de Hielo y Fuego’, cada medio tiene sus fortalezas y sus debilidades, y un buen narrador saca el mayor partido de ambas. Entendería tantas sensibilidades lectoras heridas si la adaptación televisiva de HBO fuera infame, pero ‘Game of Thrones’ se me antoja una serie exquisita en todos los aspectos. No hay una sola secuencia que no sea estimulante, las localizaciones y el reparto son brillantes, y es extremadamente fiel a la esencia de la historia, de las temáticas y del alma de sus personajes.
Y ya no entramos en el tema de los spoilers y si hablar de las diferencias entraña destripar o no. Ya hemos pasado el ecuador de esta quinta temporada (sí, ya, es deprimente) y seguramente nos queden muchos debates encendidos a este respecto con las modificaciones que se avecinan. Paciencia, George.
En ¡Vaya Tele! | Seguimiento de la 5ª temporada de 'Juego de Tronos'
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