El lunes despedimos la segunda temporada de 'Fargo' y la tercera no llegará hasta 2017. Eso significa que en 2016 habrá que llenar el hueco de una de las mejores series que existe en este momento. Ya la primera temporada fue toda una campanada que desbancaba a 'True Detective' en el corazón de muchos seriéfilos (aunque no termino de ver por qué hay una batalla entre estas dos series). La segunda temporada de 'Fargo' ha sido más y mejor, en todos los sentidos.
En la primera temporada veíamos a Lou Solverson, ex policía, contándole a Lorne Malvo, la historia que le dejó marcado de por vida: Sioux Falls, donde pasaron cosas tan increíbles que no podía entrar en detalles porque pensaría que se lo estaba inventando. Noah Hawley y su equipo de guionistas decidieron recoger el guante que ellos mismos habían lanzado y contarnos lo que ocurrió allí y qué llevó a esa matanza.
Nos encontramos en Luverne en 1979. Ed y Peggy Blumquist (Jesse Plemons y Kirsten Dunst) son un matrimonio que buscan su ocasión de cumplir sus respectivos sueños. Una noche, Peggy atropella a un hombre que acaba de asesinar a tres personas en un restaurante de carretera, asustada decide recoger a la víctima y retenerle en casa hasta saber qué hacer. ¿La pega?, que resulta que es el pequeño de los hermanos Gerhardt, la familia que controla el imperio criminal de Fargo.
Lou Solverson (Patrick Wilson) es el policía encargado del caso del triple asesinato, entre los que se encuentra una jueza, y junto con su suegro el Sheriff Hank Larsson (Ted Danson), pronto se encuentran que las cosas escalan de manera exponencial. Los Gerhardt claman venganza desde mientras que la mafia de Kansas planifica expandirse a Fargo y envían a Mike Milligan (Bokeem Woodbine) a tantear el terreno.
Así, durante la segunda temporada de 'Fargo' nos encontramos con una gran partida en el que los bandos juegan a por todas, cualquier desliz se paga caro, y los buenos (y no tan buenos) se ven involucrados en unos casos y se convierten en testigos casi impotentes en otros. Una guerra abierta, llena de víctimas, en la que destacan el ya nombrado Milligan y el enigmático Hanzee (Zahn McClarnon) con sus propios planes.
Esta es una historia real
En el mejor espíritu de los Coen, la serie de 'Fargo' sigue viviendo en el universo propio que se creó. Uno en el que todo hombre es importante, ningún esfuerzo es nimio y en el que los más corrientes resultan ser fundamentales para el desarrollo de los acontecimientos. Por eso Noah Hawley se atreve con todo. Tiene a su disposición cientos de ingredientes y ofrece en cada episodio un plato que hace que quieras repetir.
Aquí quizás fuerza más el "es una historia real" y busca hasta qué punto explotar el pacto con el espectador. El más claro ejemplo es ese pedazo de deus ex-machina que salva la vida a Lou durante la matanza de Sioux Falls. Esa aparición OVNI de la que ya se nos había dado pistas (ya desde la primera temporada) y que, de hecho, su aparición es circular puesto que comienza todo el embrollo (es la luz que distrae al atropellado Rye).
Pero este OVNI no es más que una de tantas cosas que resumen lo que fueron los 70 en EEUU: Desde la ovnimanía tras 'Encuentros en la Tercera Fase' hasta la nostalgia por el western (ahí tenemos al candidato Ronald Reagan interpretado por Bruce Campbell), los sueños por una América mejor tras la debacle de Vietnam, el feminismo quema sostenes y demás símbolos de dominación varonil, de la Estados Unidos desencantada. Todo Fargo-style, por supuesto.
De hecho estilística y argumentalmente podríamos interpretar la segunda de 'Fargo' como el último aliento del espíritu del western, del de la mafia y las bandas que lo controlan todo, de 'Harry el Sucio' y disparar desde Cadillacs molones. El día que le dicen a Milligan que cambie el estilismo y se corte el pelo es el fin de esa era.
Los últimos episodios de la segunda temporada de 'Fargo' son, además, un esfuerzo por enlazar con la primera temporada. Esa visión de futuro, el usar a Lester Nygard de narrador, y esos guiños y apariciones de personajes de dicha temporada de niños... Hawley usa sabiamente los mecanismos de la precuela.
'Fargo' tiene la mejor banda sonora de la televisión
Por si fuera poca cosa lo que ya nos ofrecen a nivel argumental cada semana, 'Fargo' cuenta además con una banda sonora alucinante y ecléctica. Una selección musical perfecta para cada momento y que me ha tenido no pocas veces con el Shazam al rojo vivo. Desde las piezas con las que hace que cada comienzo de episodio sea memorable hasta esa fuga que comienza el Cello que sirve de música incidental.
Marguerite Phillips es a la que tenemos que dar las gracias por la magnífica selección musical que ha tenido 'Fargo' durante la segunda temporada y que cuenta con lieds de Mahler, el Amor Brujo de Falla o piezas tan fantásticas como 'The Eve of War' o 'Yama Yama'. De hecho reconozco que estoy escribiendo estas líneas con la playlist de fondo.
'Fargo' pone el listón bien alto
Para mí no hay duda de que 'Fargo' es la mejor serie de 2015: las actuaciones son magníficas, la dirección es espectacular y la historia está planificada y ejecutada de forma soberbia. No hay diálogo si monólogo que sobre... Se queda a un paso de la perfección. ¿La lograrán en la tercera temporada?
Lamentablemente tendremos que esperar hasta 2017 para saberlo. Hawley está trabajando en un par de series más y no da para tanto. De momento ha dado pocos detalles sobre la tercera temporada, pero en su cabeza quiere algo más "íntimo" ambientado hace relativamente pocos años (en 2010). Hawley tiene un papelón, pero es que ser responsable de una de las mejores series actuales es lo que tiene.
En ¡Vaya Tele! | 'Fargo', un espléndido regreso
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