Ya estamos otra vez con lo mismo. El éxito de personajes moralmente reprobables es inaudito, el despiadado House es un "referente ético" de la televisión actual, Miguel Ángel Silvestre tiene más éxito en el Festival de Cine de San Sebastián que Woody Allen, y el hecho de que se acentúen los valores negativos de los personajes es síntoma, en España, de un problema cultural autóctono porque Dexter o House, al menos, tienen un fondo positivo. Pero lo que realmente me ha chocado es que se contrapongan a los personajes actuales figuras como la del buenazo de Michael Landon como ejemplo de lo que se hacía en la tele en otras épocas.
Y es que ahí está el quid de la cuestión. La ñoñería televisiva es hija de su época, de la misma manera que los personajes actuales son hijos de la coyuntura actual. Es obvio que malos de antología como JR parecen hermanitas de la caridad al lado de otros personajes que triunfan ahora pero yo no creo que eso signifique que la sociedad actual sea peor. Simplemente es distinta. Y aunque los personajes sean un reflejo sólo son ficción, nada más y nada menos.
¿Hasta cuándo vamos a seguir realizando comparaciones con referentes imposibles? La casa de la pradera es de 1974, entonces en nuestro país se producían cosas como Juan y Manuela, una serie de Ana Diosdado en la que una novia dejaba plantado al novio en el altar. Que una cosa es que se recuperen éxitos de los ochenta, época con la que hay ahora ciertos paralelismos, y otra muy diferente es que los hitos del pasado lo sigan siendo en el presente. Un House bueno, a lo Nacho Martín, actualmente no interesaría a nadie y no tendría nada que hacer.
Vía | La Verdad Más información | Poprosa, Blog de cine En ¡Vaya Tele! | Por qué nos gusta... Gregory House (House M.D.)
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