La verdad es que me apena estar escribiendo esta crítica. Más que nada porque puede que sean las últimas líneas que le pueda dedicar a esta serie que tan grandes momentos me ha dado. Y es que el hecho de que una serie como ‘Damages‘ esté cancelada es sinónimo de amargo luto y castañear de dientes, bueno quizás no tanto, pero es una pena.
Cuando hace dos años vi por primera vez ‘Damages’ me pareció chocante el desarrollo de la serie en sí. Es una serie de abogados, pero no la típica de juzgado, de hecho salvo para conversar con un juez creo que Patty Hewes no ha pisado una sala del juzgado en su vida. Es, a su vez, una serie de intriga, pero con un gran añadido, los saltos en la narración. Elemento algo tramposo pero que mantiene el interés del espectador, por lo que por tanto funciona.
Esta tercera temporada, la serie venía marcada por una floja segunda temporada. Temporada de la que los guionistas tomaron sus notas de lo que había funcionado y no y parece que lo aplicaron bastante bien porque la tercera temporada sobrepasó (y con nota) a su predecesora. Para mí los mayores problemas de la segunda temporada era que la trama principal no terminaba de enganchar, estaba algo cogida por los pelos.
Sin embargo con la tercera temporada la cosa cambia. El caso Tobin, un caso de estafa piramidal de esquema Ponzi, era un auténtico filón, además porque se inspiraba levemente al relativamente reciente caso Madoff. Antes de pasar al análisis esbocemos los puntos claves del principio de la temporada: Louis Tobin está en arresto domiciliario tras el descubrimiento de la estafa. Patty Hewes es la abogada de las víctimas y Ellen tiene un trabajo que no le llena en la fiscalía del distrito.
Los Tobin, esa gran familia
La principal línea de investigación que llevan tanto el buffete de Patty como la fiscalía es qué pasó el día de Acción de Gracias, en el que Louis Tobin, ante la inminencia del descubrimiento del fraude, confiesa a su familia que ha sido instigador de una gran estafa. Aunque la familia es ajena a la estafa en sí, sí que juegan un papel importante, de hecho todos se implican, en mayor o menor medida, en eludir a la justicia como si de las grandes familias del hampa se tratara, pero sin tan grandes pretensiones.
Quien asume el papel de líder de la familia es Joe, el “heredero” de la familia, a quien vemos en un principio como el hijo de papá que quiere ser bueno y colaborar con la justicia en provecho de su propia familia para después, y por causa (o excusa) de su alcoholismo, mostrarse como el líder y principal oponente de Patty Hewes. Aunque quien verdaderamente lo controla todo es el abogado de la familia que conoce todos y cada uno de los detalles del caso Tobin.
Auge y caída de Tom Shayes
Desde el principio de la temporada, cuando se nos revela que en seis meses Tom Shayes aparecerá muerto, intuimos que la trama que rodea a Tom será muy grande. Y en ese sentido creo que no defrauda. Vemos cómo Tom es honrado con su nombre en la puerta del bufete, algo que se veía simplemente imposible ya que implicaba que alguien estaba a la altura de Patty.
Casi a la vez que en el cartel se pone “Hewes & Shayes & Associates” Tom recibe una mala noticia, él es una de las víctimas del caso Tobin lo cual le inhabilitaría para ejercer en el caso. Tom decide, entonces, ocultar esta información a Patty y tirar para adelante intentando que su quiebra no afecte a su trabajo.
Tate Donovan está absolutamente soberbio en la temporada. De hecho me atrevería a decir que en esta temporada la protagonista no es ni Ellen Parsons ni Patty Hewes, sino Shayes ya que es quien dinamiza la investigación del caso Tobin y es quien logra acaparar nuestro interés muy por encima de los otros personajes.
De sueños, soñadores y otros menesteres
Otro de los elementos importantes de esta temporada es la presencia de sueños. Si bien ya habíamos visto con anterioridad este elemento es durante esta temporada en el que cobran importancia. Estos sueños nos conducen a saber más del origen de las protagonistas principales. Personalmente me parecieron que estaban fuera de lugar y que, aunque tenían esa función tardan en llevarnos a ese momento.
Por otro lado tenemos tenemos el regreso de Arthur Frobisher (Ted Danson) quien querrá limpiar su imagen limpiando primeramente el planeta y a través de su biografía, que será llevada al cine por el autor de moda. La presencia de Frobisher nos lleva a atar ciertos cabos sueltos sobre el asesinato de David, el prometido de Ellen. Personalmente me pareció algo absurdo y fuera de lugar que tirasen por ese tema en ese momento, medio cerrando el tema de forma tan cutre.
Creo que en líneas generales podemos hablar de una muy buena temporada, bastante mejor que la anterior pero que no llega a la altura de la primera temporada. Los guiones, como siempre, bastante sólidos y que nos hacen vibrar a cada episodio. Eso sí, siempre desde el elemento tramposo que nos demuestra que los que amamos la serie somos las zorras de los guionistas. Ahora, con el futuro de la serie en el aire (aunque está oficialmente cancelada hay esperanzas de rescate) me alegro de que Damages se despida de forma más que correcta y emocionante.
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