La leyenda del Rey Arturo ha sido llevada, tanto a la pequeña como a la gran pantalla, innumerables veces. Si hablamos de televisión, la última que lo ha intentado ha sido la BBC inglesa en colaboración con la NBC con su serie ‘Merlin’. Una serie cuyo planteamiento me pareció, personalmente, demasiado infantil desde el principio. Por eso me esperaba bastante de ‘Camelot’, que emitiéndose en una cadena de cable americana (Starz) no tendría que tener las mismas restricciones que ‘Merlin’, dado que ésta sí se emite en un horario para todos los públicos.
No podría estar más equivocada. Aunque llevamos tan sólo dos episodios, tanto el estilo como el planteamiento de ‘Camelot‘ decepciona desde un principio. Gran parte de culpa la tiene su protagonista, el propio Arthur. Le conocemos en el primer episodio, nada más empezar, como un hijo de dos campesinos cualquiera más preocupado por los líos de faldas que de otra cosa. Por casualidades de la vida, y después de que King Uther muriera, Merlin va a buscarle con una sorpresa: él es el sucesor al trono del reino.
A partir de ahí comienza la acción: Morgan, su hermanastra, intenta robarle el trono aliándose con el rey Lot, mientras que Arthur para evitarlo debe conseguir ganarse el respeto y el apoyo de su pueblo. Para comenzar ya tiene a unos cuantos caballeros leales, a su hermano, a su padre y a Merlin, que en esta versión parece ser cualquier cosa antes que un hechicero. Todo ello mezclado con algunas muertes con algo de sangre y con sexo, ya que al fin y al cabo estamos hablando de Starz.
Mención aparte merece el reparto que, en mi opinión, no podría haber estado peor escogido. Jamie Campbell Bower no da el pego como Arthur y Joseph Fiennes lo intenta como Merlin, pero en las escenas más intensas pierde toda su credibilidad. Los únicos que están a la altura son Eva Green como Morgan (aunque pase más tiempo desnuda que vestida) y James Purefoy dando vida al malvado rey Lot. Cada vez que están en pantalla, ambos se adueñan de todo el protagonismo con una facilidad pasmosa, dejando de manifiesto lo flojitos que son el resto, tanto personajes como actores.
Tampoco os esperéis mucho a nivel técnico y de ambientación. La serie podría haberse rodado perfectamente en cualquier feria medieval y no nos habríamos dado cuenta. Sí, hay castillos y espadas, pero no por soltar a un grupo de gente vistiendo como vestían en la época (aunque esto es bastante discutible) nos lo vamos a creer. No, ésta no es una superproducción más de Hollywood donde se ven resplandecientes armaduras y espectaculares castillos.
El problema es que, tal y como está planteada la serie, tampoco parecen necesitarlos. La leyenda del Rey Arturo parece ser tan sólo una excusa para contarnos cómo los personajes se lían y se pelean entre sí. Sí, amigos, ‘Camelot’ es un culebrón más. No esperéis ver espectaculares luchas de espadas o escenas de acción, porque no las hay. Si no fuera por el sexo y la cantidad de desnudos, podríamos estar viendo perfectamente una versión algo crecidita del Arturo que nos quiere vender la BBC en ‘Merlin’.
Aunque me fastidie decirlo, no creo que ‘Camelot’ merezca la pena. Quizás sea algo pronto y después acabe cogiendo ritmo, pero por lo visto hasta ahora se trata de una serie floja en casi todos sus aspectos, con un protagonista que no da la talla y algún que otro secundario interesante, pero no con el suficiente protagonismo como para hacer que sigamos adelante. ‘Camelot’ no es ‘Spartacus’, ni siquiera se le acerca lo más mínimo. Es, simplemente, una serie para olvidar y, como mucho, pasar el rato si no hay nada más interesante que ver.
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