A pesar de que a mí Zack Snyder me parece un director muy poco valioso o importante, volví a ver recientemente el entretenido pero, en mi opinión, muy flojo remake de 'Amanecer de los muertos' ('Dawn of the Dead', 2004), una versión mucho mejor hecha técnicamente pero mucho menos interesante que la original de George A. Romero. Y confirmé lo que hace un tiempo llevo pensando, y que me parece que tiene poca discusión: el cine de zombies es, en su mayoría, un cine sin el menor interés.
Un cine que roza casi siempre la parodia, cuando no la ridiculez y el aburrimiento más absolutos, parido por cineastas a menudo mediocres o muy limitados y casi nunca por directores de fuste. Algo parecido, curiosamente, a lo que ocurre con el penoso y predecible cine de hombres lobo, y muy diferente a la larga y venerable estirpe de grandes películas de vampiros. Digo yo que por algo será.
En busca de cerebros: ¿tan difícil es crear suspense y miedo?
Pero, en realidad, el cine con y de zombies, con todo lo que ello comporta, podría dar mucho más de sí, en el caso de que los productores, guionistas y directores se lo tomaran más en serio y no propusieran cada dos por tres el enésimo apocalipsis zombi sin el menor rigor, plagado de tópicos y lugares comunes. Más preocupados por el impacto fácil, la acción frenética y todo lo relativo a vísceras, desmembramientos, putrefacciones, salpicaduras y todo tipo de asquerosidades, antes que por el suspense, la atmósfera, la narración potente de una aventura o el dibujo de unos personajes enfrentados a la hazaña de vencer a los muertos vivientes.
El mito de los zombies, esos seres que resucitan después de ser mordidos (o infectados por alguna de sus variantes) con un ansia incomprensible e imperturbable de comer carne humana, tampoco ha encontrado algo realmente memorable en televisión con la conocida serie que inició el cineasta Frank Darabont y que se resiste a morir, dando lugar a numerosos spin-offs. ¿Tan difícil es dar miedo, provocar angustia y terror, antes que asco, repulsión o repugnancia en el espectador? A tenor de las películas que se estrenan todos los años, parece que sí.
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Con todo, la esperanza es lo último que se pierde (eso dicen…), y en este mundo friki en el que vivimos existe la opción de beber e influenciarse de fuentes realmente vigorosas y rigurosas, que robustecen el mito de los zombies y realmente nos enseñan el camino desperdiciado con persistencia. Sin ir más lejos, el divertidísimo 'Zombi – Guía de supervivencia' (2003), escrito por Max Brooks, no por casualidad hijo del célebre cineasta Mel Brooks y de la fallecida y maravillosa actriz Anne Bancroft. El manual de Brooks ha hecho más por la solidificación de la figura zombi, que las miles de películas que nos aburren con acción de tercera y maquillaje de primera categoría.
Porque, ¿cuáles son las películas consideradas como representativas? Pues…lamentablemente, las de la prescindible saga 'Resident Evil', iniciada en 2002 por Paul W. Anderson, a raíz del videojuego del mismo nombre, con el que poco o nada tiene que ver, ni visual ni temáticamente (como suele suceder en estos casos). También hay otras, no demasiado imponentes, como la de '28 días después…' ('28 Days Later…', Danny Boyle), también de 2002, que juega más con el concepto de “infectados” que con el de zombies de toda la vida.
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Una película que ha conocido una secuela algo mejor, '28 semanas después' ('28 Weeks Later', Juan Carlos Fresnadillo, 2007), y que tiene otra secuela en marcha con la que también se han roto los cuernos con el título, y que a su vez entroncan con el magnífico relato o novela corta 'Soy leyenda', de Richard Matheson, autor también de la historia homónima que dio lugar a 'El increíble hombre menguante' ('The Incredible Shrinking Man’, Jack Arnold, 1957).
Relato, el de 'Soy leyenda', sobre vampiros infectados por una plaga biológica, que dio lugar a una pobrísima película de Francis Lawrence en 2007, con Will Smith, en la que los vampiros se parecían más a los zombies del videojuego de 'Resident Evil', y que en 1971 conoció una versión bastante mejor (aunque tampoco para tirar cohetes) protagonizada por Charlton Heston y titulada 'El último hombre…vivo' (‘The Omega Man’, Boris Sagal), en la que los vampiros asemejaban auténticos zombies. Todo está conectado, al parecer. Un revoltijo de criaturas y de universos que termina por aguarlo todo.
Los muertos vivientes no tienen prisa
En realidad, creo que el libro de Max Brooks ofrece una perspectiva científica inigualable para hacer las películas de zombies mucho más intensas y escalofriantes. Y dirá el lector: Adrián, muchacho, ¿qué más dará que los zombies puedan correr o no? ¡Pues no da igual! No solamente porque así, en lugar de hacer una película de fantasía en la que todo vale (es decir, una mala película de fantasía…), haces una película de sci-fi con las reglas bien delimitadas (¿cómo va a funcionarles adecuadamente el sistema locomotor si su cuerpo no puede fabricar células y sangre?... además de los problemas de coordinación y equilibrio de un sistema nervioso dañado…).
Pero, mucho más importante que esto, es el juego narrativo, de suspense, que ofrece el hecho de que sólo puedan perseguirte tambaleándose. El que crea que es una ventaja, está muy equivocado, pues un zombi no se cansa jamás, y tú sí. La mayoría de directores hacen correr a sus zombies porque esto les supone un extra de dinamismo, incapaces, muy probablemente, de exprimir todo lo que supone una masa de seres devoradores que te embosca lenta pero implacablemente.
Pero hay muchos más aspectos aterradores a tener en cuenta, y que no suelen usarse casi nunca; como su escalofriante mutismo sólo roto por gemidos cuando divisan a una presa (fundamental para el diseño de sonido), su insensibilidad a las heridas (en la película de Zack Snyder, como en muchas otras, los zombies reaccionan cuando les hieren…), su independencia del oxígeno (muy pocos zombies bajo el agua, una imagen bastante inquietante de por sí), su anhelo de carne humana aunque no dependen de ella para sobrevivir, el hecho de que sólo los humanos resuciten después de morir por una mordedura o contagio, su habilidad cazando en total oscuridad (algo muy importante para el diseño de fotografía), su absoluta estupidez que no conlleva menor peligro para el hombre cuando son muchos…
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Es decir, toda una mitología muy elaborada, que rivaliza con la de los vampiros, por ejemplo, o con la de los Alien iniciados por Ridley Scott, y que está infrautilizada. Como mucho, el zombi-vudú (muy diferente al zombi corriente…) de la extraordinaria 'Yo anduve con un zombie' ('I Walked with a Zombie', Jacques Tourneur, 1943) o la curiosa 'La serpiente y el arco iris' ('The Serpent and the Rainbow', Wes Craven, 1988). Al final, las películas de George A. Romero, y sus ramificaciones más cercanas, van a quedar como el ejemplo más puro de este subgénero.
Si consideramos a 'La legión de los muertos sin alma' ('White Zombie', Victor Halperin, 1932) como la primera del grupo, y echamos un vistazo a la historia del cine, resulta que variantes sociopolíticas como 'La invasión de los ladrones de cuerpos' ('Invasion of the Body Snatchers', Don Siegel, 1956), gamberradas como 'Braindead: tu madre se ha comido a mi perro' ('Braindead', Peter Jackson, 1992), o proyectos patrios como '[REC]' (Jaume Balagueró, Paco Plaza, 2007), se encuentran entre lo más estimulante.
Pero me temo que ya las películas de zombies son, sobre todo, para consumo adolescente, ávidos ellos de vísceras y sustos fáciles. Yo, personalmente, sigo esperando la gran película que me produzca algo más importante: miedo, angustia, desesperación. Y que me la crea. No es tanto pedir. O a lo mejor sí.
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ublo
Muy buen artículo, me ha encantado.
Sobre lo que se comenta de zombies bajo el agua está el problema de que los cuerpos al descomponerse generan gases, el cuerpo se hincha y en consecuencia flota. Si el zombie hubiera perdido todas las vísceras del torso entiendo que sí sería posible un zombie caminando por el fondo.
Sobre los contagios únicamente entre humanos se puede explicar en caso de que el origen sea un virus. Por ejemplo la gripe aviar surgió cuando un tipo de gripe exclusiva de los patos (creo que eran los patos) mutó y logró infectar a personas. Esto sinceramente podría dar mucho juego y me gustaría verlo.
Sobre los zombies que corren, pues coincido con la opinión del autor del artículo pero también se podría explicar como una fase del zombie. Los zombies recién infectados no tendrían todavía suficientemente deteriorado el cuerpo como para impedirles correr, y a medida que se van pudriendo ya resultaría imposible y sería la imagen que tenemos todos de zombie tambaleante.
Una serie que me gustó bastante en cuanto a atmósfera es El Colapso.
gothmud891
De tantas películas de zombies me quedo con tres, de mejor a peor:
Night of the Living Dead (1968)
Shaun of the Dead (2004)
Dawn of the Dead (2004)
makmanaman2
pobrísima no, paupérrima
elpableras
Pues yo a las películas de vampiros sí las meto en el mismo saco porque la mayoría de las que conozco me parecen una castaña. En cuanto un vampiro enseña los colmillos con la típica especie de suspiro esa apago la tele.
anscarixbcn
En el caso de Soy Leyenda... dios.... es que cada vez que alguien dice que es una buena película CUANDO ES UN TRUÑO, el relato en el que se basa como todos los relatos del autor pivota sobre un concepto... en el caso de soy leyenda... la soledad del monstruo... y la reflexión clara de que si vives en un mundo en el que todos se han convertido en vampiros MENOS TÚ.... quien es el monstruo? ellos o aquel que se pasa el dia buscandolos y matandolos? de hecho el final de donde sale el título es cuando lo ejecutan y el dice soy un monstruo SOY LEYENDA, la de Heston es otro refrito que también se pierde convirtiendo a los vampiros en infectados que se convierten en una secta, la única minimamente fiel es la de Vincent Price.... por cierto el perrito de de Will Smith... si aparece en la novela.... pero el perro se lo encuentra... pero tiene tanto miedo que cuando lo toca se muere... y las de zombis pues como Guerra Mundial Z... parece que el subtitulo se lo pasaron por el forro y la novela ya ni te lo cuento... la novela cuenta COMO SE GANO LA GUERRA CONTRA LOS MUERTOS y no es un puro disparate lineal con muertos a la carrera... que es más de lo mismo una y otra y otra vez... que son muy cansinos
radar-2
Una de cal y una de arena. Por un lado siempre apoyaré que se reivindiquen y recuperen los clásicos (Yo anduve con un zombi) o se rescaten películas tristemente olvidadas (La serpiente y el arco iris), por otro hay algún desprecio que no comparto (28 días después) u olvidos extraños (Shaun of the dead). En 28 Días Después sí que hay suspense y terror además de actualizar y modernizar el subgénero, y solo por eso ya es reivindicable. En Shaun of the dead, aunque no es de terror (¡ey, tú empezaste con Guía de Supervivencia!), sí que es uno de los mejores retratos de dos aspectos interesantes: las primerísimas fases del apocalipsis y la integración del zombi en la normalidad. Aparte de que es divertidísima, claro.
Desde mi punto de vista hay dos aspectos claves que han de estar presentes en cualquier película de zombis: que es una masa imparable y creciente presente por todas partes, lo que conlleva la sensación de claustrofobia aunque se esté en campo abierto, y que cualquiera puede volverse zombi, incluido los seres más queridos, lo que lleva a la paranoia y la devastación emocional. Todo lo demás, los sustos, los higadillos, las carreras, son secundarios e incluso innecesarios, estoy contigo.
alex
Leñe adrian , un placer volver a leerte por aquí.
A ver si te prodigas más.
mariocediel1
Dejé de leer cuando dice que 28 semanas después es mejor que 28 días después...
Ton Sitruc
Respecto al apunte personal, me parece que para hacer esa peli aterradora y creíble van a necesitar reinventar el género o peor aún, que finalmente la realidad le dé un sorpasso a la ficción.
Muy fan del sub-sub-género caribeño y de esos dos peliculones de Torneur y Craven y por añadir una más de la zona pero en clave de comedia; La versión cubana de Shawn of the Dead, Juan de los Muertos. Al menos su primera media hora.